El pasado lunes 24 de febrero los ministros de Exteriores de la UE, en palabras de la comisaria Emma Bonino, «reabrieron el dossier sobre los sangrientos conflictos del Zaire, Rwanda y Burundi; dossier que se había cerrado por motivos sórdidos e incluso con mentiras». Esta reapertura viene a sumarse a la reciente resolución 1.097 del Consejo de Seguridad de la ONU, al nuevo lenguaje que comienza a percibirse tanto en el representante especial de la ONU i la OUA, Sr. Samhoun, como en la diplomacia norteamericana. Acabamos nuestro ayuno en un clima de esperanza.

1.- LA SORPRESA

Después de 42 días sin actividad digestiva, mi organismo ha necesitado casi una semana para poder ingerir y asimilar alimentos densos. Curiosamente, lo mismo le ha pasado a mi psiquismo respecto a unos hechos que le resultaban demasiado fuertes y difíciles de aceptar:

  1. Que empiece a existir voluntad política allá  donde hasta ahora no la había.

  2. Que el ayuno de media docena de personas, apoyados en un primer momento solo por unas decenas de ONGs, ha influido en la toma de decisiones por parte de aquel casi inaccesible círculo de poder que es el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE.

Mi incredulidad no provenía del hecho de que me costase aceptar la existencia de verdaderos milagros. En relación al primero de los hechos nombrados he de decir que he visto durante el transcurso de mi vida bastantes utopías convertirse, a veces de manera súbita, en realidades. Y por lo que respecta al segundo, estoy suficientemente familiarizado con las tàcticas gandhianas, y en particular con la capacidad del ayuno político para producir cambios en aquel ámbito, que no podría sorprenderme cuando a través de ellas se consiguen resultados tangibles.

Mi resistencia estaba más bien en relación con el deseo de conocer mejor, en primer lugar, el alcance de las decisiones de los ministros y, en segundo lugar, los diversos factores que habrían influido en estas decisiones. Intentaba evitar de esta manera caer demasiado a la ligera en un triunfalismo fácil o en lo que habría estado peor aún, un triunfalismo narcisista.

2.- LAS PALABRAS DE «LA BONINO».

Cuando la pequeña, rápida y carismática figura de la comisaria vino hacia nosotros, después de su intervención en el Consejo, llevándonos la sorprendente noticia de que los ministros habían firmado la gran mayoría de las medidas políticas que nosotros veníamos pidiendo, nuestras resistencias no desaparecieron del todo. Nuestra alegría aún estaba mezclada con la reticencia. Esta no acababa de desaparecer ni tan solo al día siguiente, cuando ya teníamos en nuestras manos el documento surgido del Consejo. Y no obstante, las palabras que sobre ello dijo la Sra. Bonino eran bien claras. Me rogaba que acabáramos el ayuno ya que, según dijo: «Hemos conseguido una cosa muy importante, hemos conseguido reabrir el dossier, que había sido cerrado en Diciembre por motivos sórdidos e incluso con mentiras. Cuando algunos habían llegado a hacer creer a la opinión pública que ya prácticamente no quedaban refugiados en el Zaire, cuando habían conseguido desactivar la intervención internacional tan difícilmente decidida, cuando se habían desmovilizado aquellos grupos sociales que antes habían reaccionado, cuando incluso muchas de las ONGs más activas se habían rendido impotentes, algunos como vosotros y nosotros, acusados de visionarios, hemos conseguido que se reconozca la existencia de aquellos que no existían y que ahora se reabra el dossier. El Consejo de Ministros ha aprobado tres medidas en la línea de lo que venís pidiendo:

1.-Conferencia de paz. Se ha fijado ya la fecha, el 12 de marzo en Nairobi.

2.-Una llamada muy fuerte a todas las dos partes a fin de que se acabe el fuego, para que no se atrevan a tocar a los refugiados y desplazados, para que se abstengan igualmente en el este del Zaire de toda violación de los derechos humanos y del derecho humanitario y para que acepten el principio de supervisión por vía de observadores internacionales.

3.-Que las dos partes aseguren que la ayuda necesaria pueda ser aportada a los refugiados y desplazados por el HCR (Alto Comisariado para los refugiados) y las organizaciones humanitarias.

Hoy -continua diciendo Bonino- no es un día ya de ayuno ni de denuncia, es al contrario hora de expresar nuestro agradecimiento. Gandhi sabía también mucho de ello. No hemos de ser suicidas, ya ha habido demasiadas muertes, necesitamos que os recuperéis plenamente y cuanto antes mejor para seguir trabajando juntos como hemos hecho hasta ahora. Te ruego que me hagas caso, porque si no muchos dirán aún que la Bonino no manda ni tan solo sobre ti».

3.- LA ACEPTACIÓN DE LOS HECHOS

Miles de seres humanos siguen muriendo día tras día en la región de los Grandes Lagos. Y esta dolorosa realidad desautoriza hoy por hoy el más pequeño indicio de triunfalismo por nuestra parte. Pero, si aún en los fracasos no nos hemos cansado de repetir aquellas lúcidas y al mismo tiempo paradójicas palabras de Tupac Amaru, «vamos de derrota en derrota construyendo la victoria final», hoy más que nunca tenemos motivos para la esperanza. Aún faltan muchas batallas para conseguir finalmente la paz definitiva, pero hoy hemos conseguido una importante victoria. Por otra parte, el reconocimiento de la importancia de nuestra acción sólo ha llegado después de la reiterada insistencia, en este sentido, de personas como el ministro Sr. Matutes, de diputados como la Sra. Benassar, de cargos de máxima responsabilidad como el secretario general de la Izquierda Europea, Sr. José Manuel Fernández, y de muchos colaboradores, de comisarios o de diputados.

4.- LA TEMPESTAD DURANTE LA MAÑANA

En el transcurso del Consejo, el Sr. Matutes, en un gesto que le honra, interrumpió durante casi una hora y media su asistencia en él y nos recibió a la Sra. Amor y a mi. Pero la tempestad de fuera tenía una clara réplica en el interior del edificio. El Sr. Matutes se mostraba claramente pesimista sobre la situación después del fracaso de la mediación de Sudáfrica y ante la franca minoría en que decía sentirse junto al ministro francés. Ante tal panorama le manifesté, a pesar de todo, mi convencimiento de que siempre se podía hacer alguna cosa más y que a su lado, haciendo un gran trabajo diplomático durante las dos últimas semanas, había el ministro belga. Le recordé que hacía dos semanas había sido entregado al ministro holandés en ejercicio el documento en que todos los grupos políticos del parlamento Europeo juntamente con su presidente, el Sr. Gil Robles, pedían al Consejo que atendiesen sin demora nuestras peticiones y le entregué aquel mismo documento firmado ahora por doce premios Nobel.

5.- SINERGIAS HACIA UNA PAZ DEFINITIVA

Finalmente quiero hablar de sincronicidades y sinergias. Decir que los seres humanos concretos hacemos la historia, sin añadir que es sobretodo la historia la que nos hace a nosotros, sería una engañosa verdad a medias. Creemos que, más aún que sujetos activos de los acontecimientos, somos personas con una mayor o menor receptividad intuitiva, con un mayor o menor sentido de la oportunidad (tan diferente del oportunismo egocéntrico). Creemos que hemos sabido estar en el momento y el lugar justos donde convergían sinérgica y sincrónicamente las intuiciones, los anhelos y los esfuerzos anónimos de miles de personas de buena voluntad.