Victoire Ingabire Umuhoza, líder del partido de la oposición Fuerzas Democráticas Unificadas desde 2006, ha sido citada hoy para ser interrogada por supuesta colaboración con grupo armado. El pasado 13 de junio la policía registró durante horas su domicilio, así como el del también opositor Bernard Ntaganda, confiscando sus ordenadores, teléfonos y archivos informáticos, y dejándoles incomunicados hasta el día siguiente.

No es la primera vez que se acusa falsamente a los líderes de la oposición en Ruanda, de pretender atacar el gobierno y subvertir el orden. Sin embargo, Victoire Ingabire ha demostrado estar firmemente comprometida con la paz duradera en el país y en el resto de la región de los Grandes Lagos.

Sus críticas al actual gobierno y sus actividades promoviendo la reconciliación, le costaron primero el exilio y luego la cárcel, donde estuvo recluida más de 8 años por “enaltecer el terrorismo”, en un juicio plagado de irregularidades y falto de las mínimas garantías judiciales. De hecho, la Corte Africana de Derechos Humanos dictaminó, en su sentencia dictada en noviembre de 2017, que se habían violado sus derechos a la libertad de opinión y expresión, y exigió al gobierno ruandés su liberación. Aunque finalmente fue indultada y liberada en septiembre de 2018, desde entonces no ha dejado de ser hostigada y perseguida.

El compromiso de Victoire Ingabire con los procesos de paz y diálogo fue reconocido por la Asociación Pro Derechos Humanos de España, que le concedió el Premio Internacional de Derechos Humanos en diciembre de 2019.

Estos hechos se producen en un contexto de criminalización por el gobierno de Ruanda, que ha derivado en graves violaciones de derechos humanos, como detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas de opositores políticos, periodistas, defensores y activistas.

Un ejemplo es Kizito Mihigo, víctima del genocidio y reconocido artista ruandés, que desde que en 2014 lanzó una canción crítica con el gobierno, no dejó de ser perseguido por las autoridades. Primero fue arrestado, luego condenado a 10 años de prisión por conspiración, y finalmente indultado junto a Victoire y otros presos. El pasado 17 de febrero el Sr. Mihigo murió bajo custodia policial, tras ser detenido por su supuesta integración en una milicia.

Fuente: APDHE