Y lo está haciendo sin aparecer en ningún titular
Pocas siglas provocan reacciones más viscerales entre las madres de MAHA (Devolver la salud a Estados Unidos) que esta: ARNm.
Y con razón.
Nos vendieron la tecnología como un milagro, una vacuna revolucionaria que salvaría vidas y nos devolvería a la normalidad. La mayoría de nosotros no lo cuestionamos. No nos detuvimos a preguntar en qué se diferenciaba de las vacunas tradicionales con las que habíamos crecido. Dimos por sentado que había sido probada, examinada y demostrada.
En 2020, cuando las voces conservadoras advirtieron que no se trataba de otra vacuna más, sino de algo fundamentalmente diferente y peligroso, fue fácil ignorarlas. Hablaban de transhumanismo, vigilancia y un «Internet de los cuerpos» que se avecinaba.
A muchos nos parecía absurdo, alejado de la realidad.
Sus advertencias quedaron ahogadas por el discurso más aceptable de la salud pública y la seguridad colectiva.
Pero el tiempo tiene una forma de separar la verdad del ruido.
Atletas sanos se derrumban en directo por televisión. Hombres jóvenes, que antes tenían un riesgo bajo, ahora sufren episodios cardíacos a un ritmo nunca visto en la medicina. Cánceres que antes se consideraban raros están aumentando de forma exponencial. Algo nos está destrozando y solo estamos empezando a atar cabos.
Esta divergencia ha fracturado silenciosamente el movimiento MAHA.
Por un lado, la culpa de nuestra mala salud recae en el glifosato, los alimentos ultraprocesados y un medio ambiente envenenado. Por otro lado, las vacunas contra la COVID. Algunos creen que lo primero es una cortina de humo, una distracción del verdadero culpable. Otros creen que ambos son dos puntas de la misma arma: un ataque sistémico a la biología humana en nombre del «progreso».
Con tres movimientos precisos, RFK Jr. lo dejó claro: no está tomando partido en una guerra cultural MAHA. Está cortando por lo sano. Ve todo el campo de batalla: los calendarios infantiles, la tecnología experimental, las lesiones ignoradas durante mucho tiempo, así como nuestros alimentos, agua y aire envenenados.
Quizás eso es lo que le hace perfecto para el trabajo.
1. El golpe de 700 millones de dólares
Sin rueda de prensa ni frenesí mediático.
Solo una decisión silenciosa que podría cambiarlo todo.
La administración Kennedy canceló un contrato de 700 millones de dólares con Moderna: fondos destinados a acelerar el desarrollo de una nueva vacuna de ARNm contra la gripe aviar. Sobre el papel, parecía un recorte fiscal. Pero, en un raro momento de lucidez, el HHS emitió un comunicado que desveló lo que se escondía tras el telón:
«Tras una rigurosa revisión, hemos llegado a la conclusión de que la inversión continuada en la vacuna de ARNm contra el H5N1 de Moderna no es justificable desde el punto de vista científico ni ético.»
Y luego, con más contundencia:
«La realidad es que la tecnología de ARNm sigue sin estar suficientemente probada y no vamos a gastar el dinero de los contribuyentes repitiendo los errores de la última administración, que ocultó al público preocupaciones legítimas sobre la seguridad.»
En un rápido párrafo, el HHS admitió lo que muchos han gritado en vano durante años:
Las preocupaciones sobre la seguridad eran reales y se ocultaron.
2. Eliminación de las vacunas contra la COVID del calendario infantil
Esta semana, RFK Jr. revirtió silenciosamente una de las decisiones de salud pública más controvertidas de la historia de Estados Unidos, eliminando las vacunas contra la COVID-19 del calendario de vacunación infantil.
Este calendario era la puerta de entrada para que los niños fueran obligados a cumplirlo, rechazados en las consultas de los pediatras y alimentados durante toda su vida con productos farmacéuticos.
Al romper el vínculo entre la tecnología experimental y nuestros hijos, Kennedy asestó un golpe moral y financiero al activo más protegido de las grandes farmacéuticas.
3. El estudio que podría cambiarlo todo
El verdadero punto de inflexión se produjo ayer, con el anuncio de un estudio nacional de referencia sobre los daños causados por las vacunas contra la COVID.
Dirigida por el Dr. Marty Makary y respaldada por la administración Kennedy, esta iniciativa no solo recopilará historias de los afectados. Creará la base empírica para las demandas, los cambios de política y la rendición de cuentas pública que deben seguir.
Por primera vez, creará un consenso científico que ni siquiera las instituciones financiadas por la industria farmacéutica podrán ignorar.
El movimiento por la libertad médica ha preguntado: «¿Por qué no prohibir las vacunas por completo?».
Esta es la razón.
Porque la ciencia es el arma que derriba imperios. No son los eslóganes. No son los discursos, sino las pruebas.
Este estudio es la piedra angular de una estrategia legal y cultural para sacar la verdad a la luz y exigir responsabilidades a los responsables.
4. La carta secreta de la FDA
Luego vino el cuarto golpe, quizás el menos difundido de todos.
Una carta de la FDA, que apareció discretamente en su sitio web la semana pasada, muestra que los reguladores han exigido a Pfizer y Moderna que actualicen sus etiquetas para incluir los hallazgos de lesiones miocárdicas tras la vacunación.
La carta cita múltiples estudios observacionales a largo plazo, incluido uno que muestra que 278 de 331 pacientes experimentaron síntomas cardíacos tras la vacuna.
Advierte que el incumplimiento de esta exigencia supone una violación de la ley federal (FDCA, sección 505(o)(4) por parte de las empresas. Si se ignora, sus productos serán etiquetados como «mal etiquetados», lo que abriría la puerta a una retirada total del mercado.
Kennedy no necesitó un micrófono… Simplemente utilizó la ley.
Así es como se ve la reforma
Mientras los críticos gritaban que se había «callado» sobre las vacunas, Kennedy estaba haciendo lo que solo un abogado litigante experimentado podía hacer: librar una guerra legal en toda regla contra las grandes farmacéuticas desde dentro.
Los engranajes de la maquinaria farmacéutica siguen girando, pero cada vez más lentamente. La financiación se está agotando. Los escudos legales se están resquebrajando. La ilusión del consenso científico se está desvaneciendo.
Y bajo la superficie, se está construyendo algo nuevo:
Una política de vacunas basada en el consentimiento informado.
Un sistema sanitario basado en la transparencia y la confianza.
Un futuro en el que la ciencia se utilice para servir a las personas, no a las empresas.
No se equivoquen:
La guerra es silenciosa, pero se está librando. Y, por primera vez en una generación, la verdad está ganando terreno en el ámbito político.
Fuente: Lauren Lee
Foto: Robert Kennedy Jr.
Robert Kennedy Jr. elimina la vacuna de la COVID-19 del calendario infantil y prenatal en Estados Unidos (Noticias Q-anon, 27.05.2025)