La actual política militar espacial de los Estados Unidos se orienta principalmente hacia dos países, China y Rusia.
En mayo de 2000 el Washington Post publicó un artículo titulado «Para el Pentágono, Asia pasa a primer plano». El artículo afirmaba que «El Pentágono está mirando a Asia como el escenario más probable para futuros conflictos militares, o al menos como la competencia». El artículo decía que Estados Unidos duplicaría su presencia militar en la región y fundamentalmente intentaría controlar a China.
Sistema de misiles del Pentágono
El Pentágono se ha convertido en el servicio de extracción de recursos primarios para el capital corporativo. Tanto si se trata de petróleo y gas natural del Mar Caspio, minerales de tierras raras que se encuentran en África, yacimientos de petróleo de Libia o petróleo venezolano, cada vez se dedica a ello más alta tecnología militar de Estados Unidos.
El ex consejero de Seguridad Nacional del presidente Obama, el general James Jones, había servido previamente como Comandante Supremo Aliado de la OTAN. En 2006, el general Jones dijo a los medios de comunicación: «La OTAN está desarrollando un plan especial para proteger los campos de petróleo y gas en la región [del Mar Caspio] …. Nuestro objetivo estratégico es expandirnos a la Europa del Este y África».
En un informe cuatrienal de la Estrategia Nacional de Inteligencia, el ex director norteamericano de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Dennis Blair, dijo que Rusia «puede seguir buscando vías para reafirmar poder e influencia de manera que complique nuestros intereses … [y] China compite por los mismos recursos que necesitan los Estados Unidos y está en proceso de modernización rápida de sus fuerzas armadas «.
Utilizando a la OTAN como herramienta militar, ahora los Estados Unidos están rodeando a Rusia y arrastrando fácilmente la alianza europea basada supuestamente en la guerra de Afganistán y el ataque a Libia. Los Estados Unidos están recurriendo a la OTAN en una alianza militar global, incluso para ser utilizada en la región de Asia-Pacífico.
Energía y misiles de ataque
A mediados de marzo de 2009, la Agencia de Defensa de Misiles del Pentágono (MDA) celebró una conferencia en Washington. En esta reunión el senador Carl Levin (D-MI) declaró: «La defensa antimisiles es un elemento importante de defensa de nuestra nación. Por ejemplo, es una alta prioridad en el campo de defensas efectivas para nuestras fuerzas de avanzada desplegadas contra los cientos de misiles de corto y medio alcance existentes «.
Misiles Patriot
El gobierno de Obama está implementando actualmente sistemas de «defensa antimisiles» (MD) en Turquía, Rumania, Polonia y en los destructores de la Armada que entran en el Mar Negro. El nudo militar de la OTAN se está estrechando alrededor de Rusia.
Rusia tiene las mayores reservas mundiales de gas natural y provisiones significativas de petróleo. Estados Unidos ha construido recientemente bases militares en Rumania y Bulgaria y pronto se añadirán más en Albania. La OTAN se ha expandido hacia el este en Letonia, Lituania y Estonia, justo a la frontera con Rusia. Georgia, Ucrania, Suecia y Finlandia también están en la lista para ser miembros de la cancerosa OTAN.
Un periodista indio observa: «El arco de cerco de Rusia se va fortaleciendo. Los vínculos de la OTAN facilitan el despliegue [eventual] del sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos en Georgia. Estados Unidos aspira a tener una cadena de países vinculados a ‘alianzas’ con la OTAN en su sistema de defensa de misiles, que se extiende desde sus aliados en el Báltico a los de Europa Central. El objetivo último de esto es neutralizar la capacidad estratégica de Rusia y la China y establecer su superioridad nuclear. El documento de la Estrategia Nacional de Defensa, emitido por el Pentágono el 31 de julio de 2008, refleja la percepción de Washington de una Rusia renaciente y un ascenso de China como potenciales adversarios».
Así como hemos visto la balcanización de Yugoslavia, Libia e Irak por Estados Unidos y la OTAN, parece que la misma estrategia se ha desarrollado para Rusia. Continuando con el cerco militar de la OTAN en Rusia, el plan parece hecho para atraer a Moscú a un lodazal militar en Ucrania que la debilitaría. La Rand Corporation tiene estudios que piden la desintegración de Rusia en muchos trozos pequeños, dando así a las corporaciones occidentales un mejor acceso a la inmensa base de recursos disponibles allí.
El reciente anuncio de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que han creado un banco de desarrollo internacional de 100.000 millones de dólares para rivalizar con el FMI y el Banco Mundial, ha enfurecido a los gobiernos occidentales controlados por las corporaciones que no quieren ningún desafío a su gestión de la economía global. Directamente después del anuncio de los BRICS fuimos testigos de una escalada de la guerra civil de Ucrania financiada y dirigida por Estados Unidos y la OTAN.
El gobierno de Harper recomienda ahora que Canadá se una al programa de defensa de misiles de Estados Unidos. Las corporaciones militares canadienses están ansiosas por abrir las compuertas del tesoro nacional – las ganancias de una cooperación menor con Estados Unidos en la carrera de armamentos en el espacio son demasiadas como para dejarlas pasar. Pero primero hay que hacer más recortes en el programa nacional de salud de Canadá y otros valiosos programas de bienestar social. En Estados Unidos, el complejo militar-industrial ha apuntado a los «programas de ayuda social» – la Seguridad Social, la Asistencia Médica, el Seguro por Enfermedad y lo que queda de «bienestar» para desfinanciar y ayudar a pagar la agenda de la cara tecnología espacial militar.
Canadá también ha llevado a cabo la construcción de «buques de combate armados» en el astillero de Irving en Halifax. Este programa de 25.000 millones de dólares, la asignación militar más grande en la historia de Canadá, ha tenido el apoyo de todos los partidos políticos del país. ¿Por qué necesita Canadá un monumental programa como este de construcción de buques de guerra?
Rol en expansión de la Marina de guerra
Ya que se está fundiendo el hielo en el Ártico, la Marina de los Estados Unidos anticipa que tendrá que aumentar su presencia en la región para «proteger a los barcos». En los últimos 25 años, el Ártico ha visto una reducción del 40% en el hielo como consecuencia del calentamiento global. El senador independiente Angus King de Maine ha escrito recientemente que «las reservas de gas y petróleo que antes eran inaccesibles» pronto estarán disponibles para la extracción. La primavera pasada, el senador King dio una vuelta en un submarino nuclear de los Estados Unidos bajo el hielo del Ártico. Durante el viaje era almirante Jonathan Greenert, el jefe de operaciones navales, que dijo al New York Times: «Tenemos que estar seguros de que nuestros sensores, armas y personas son competentes en esta parte del mundo», de modo que allí podamos «poseer el dominio submarino y llegar a cualquier lugar.»
Un nuevo informe de la marina de guerra llamado «Hoja de ruta de la Marina de guerra de los Estados Unidos: 2014-2030», establece: «El hielo en el Ártico ha ido retrocediendo más rápido de lo que pensábamos … y presenta un aumento de la actividad». La región del Ártico tiene una gran cantidad de combustibles fósiles no descubiertos y recursos naturales, incluyendo una estimación de 90.000 millones de barriles de petróleo, 1.669 billones de pies cúbicos de gas natural y 44 millones de barriles de líquidos de gas natural, dice la hoja de ruta.
El informe advierte que la Armada se enfrentará a graves problemas logísticos y deberá examinar formas de distribuir combustible en la región en «plataformas aéreas y de superficie». Se necesitarán bases operativas para albergar personal militar desplegado. Se necesitarán alianzas con naciones que bordean el Ártico y más buques de guerra para garantizar que los recursos submarinos se mantienen en manos de los Estados Unidos y la OTAN y lejos de competidores como Rusia.
El secretario de Guerra de los Estados Unidos Chuck Hagel afirmó a finales del 2013 que «aprovechando oportunidades de formación multilateral con socios de la región, mejoraremos nuestra experiencia operativa en climas fríos y fortaleceremos nuestros lazos de cooperación militar con otras naciones del Ártico. «
Echando a perder la paz
El presidente Obama ha hecho un llamamiento en el pasado para la abolición de las armas nucleares. Los rusos, viendo un avance de los despliegues de la OTAN y el MD cerca de sus fronteras, están diciendo al mundo que las esperanzas reales de reducción seria de las armas nucleares están en peligro.
El ex presidente soviético Mikhail Gorbachov pronunció el discurso de apertura en la conferencia «La superación de los peligros nucleares», en Roma, el 16 de abril de 2009. Señaló: «Si no abordamos la necesidad de desmilitarizar las relaciones internacionales, reducir los presupuestos militares, poner fin a la creación de nuevos tipos de armas y evitar la militarización del espacio ultraterrestre, toda conversación sobre un mundo libre de armas nucleares será sólo retórica intrascendente «.
Todo el imperio militar estadounidense está entrelazado utilizando la tecnología espacial. Con satélites militares en el espacio, los Estados Unidos lo pueden ver prácticamente todo en la Tierra, pueden interceptar todas las comunicaciones en el planeta y pueden apuntar prácticamente a cualquier lugar en cualquier momento. Rusia y China entienden que el objetivo militar de Estados Unidos es conseguir un «dominio de espectro completo» en nombre del capital corporativo.
El uso de nuevas tecnologías espaciales para coordinar y dirigir la guerra moderna también permite al complejo militar-industrial tener enormes ganancias a medida que construye la arquitectura de lo que la industria aeroespacial afirma que será el «proyecto industrial más grande» en la historia de la Tierra.
Objetivo: Asia
Con el despliegue de los destructores Aegis de la Armada en la región de Asia-Pacífico, con interceptores MD a bordo, con el pretexto de protegerse contra los lanzamientos de misiles de Corea del Norte, Estados Unidos tiene más capacidad para lanzar primero ataques preventivos en China.
Los Estados Unidos ahora tienen 30 interceptores MD terrestres desplegados en Corea del Sur. Muchos activistas por la paz sostienen que el objetivo último de estos sistemas no es Corea del Norte, sino China y Rusia.
Los líderes europeos son cómplices en la Dominación de Espectro Completo
La actual expansión militar estadounidense en curso en Hawai, Corea del Sur, Japón, Guam, Okinawa, Taiwán, Australia, Filipinas y otras naciones del Pacífico es de hecho una estrategia clave en esta ofensiva «pivote» para el control de la China.
Un objetivo adicional de los Estados Unidos es que los países «anfitriones» hacen aportaciones significativas para ayudar al Pentágono a cubrir el coste de esta cara escalada masiva.
Durante muchos años, el Comando Espacial de Estados Unidos ha estado haciendo anualmente un juego de guerra sobre un primer ataque en China. Ambientado en el año 2017, el Pentágono lanza el primer plano espacial militar que vuela por los cielos y suelta un primer ataque devastador sobre las fuerzas nucleares de China – parte del nuevo programa «Golpe global».
En el juego de guerra, China intenta lanzar después un ataque de represalia con sus decenas de misiles nucleares capaces de llegar a la costa oeste continental de Estados Unidos. Pero en Estados Unidos «los sistemas de defensa de misiles», actualmente desplegados en Japón, Corea del Sur, Australia, Guam y Taiwán, ayudan a inutilizar la respuesta nuclear de China.
Los comentarios del ex secretario de Defensa de Obama, Robert Gates, fueron muy reveladores en 2009 cuando dijo: «Estamos convirtiendo más barcos Navy Aegis para tener una defensa contra misiles balísticos que ayudaría en contra de China.»
La defensa contra misiles, que se vende al público como un sistema puramente defensivo, está realmente diseñado por el Pentágono para ser el escudo después de un primer ataque contra el corazón del arsenal nuclear de una nación en particular.
Viviendo en Bath, Maine, tengo una perspectiva especial en esta competencia militar entre Estados Unidos y China. En mi ciudad, la Marina construye los destructores Aegis que están equipados con sistemas MD. Los líderes del Congreso de mi Estado sostienen que se necesitan más fondos del Pentágono para la construcción naval Aegis para «contener» a China.
El famoso autor Noam Chomsky dice que ahora la política exterior y militar está basada sobre el control de la mayor parte del suministro de petróleo del mundo como una «palanca de dominación del mundo». Una forma de mantener Europa, China, India y otros mercados emergentes dependiendo de los Estados Unidos y en sincronía con sus políticas es la de mantener el control del suministro de combustibles fósiles que son dependientes. Aunque la economía estadounidense se está colapsando, el Pentágono parece decir, quien controla las claves del motor de la economía mundial aún sigue al frente.
China, por ejemplo, importa hasta el 80% de su petróleo con barcos a través del Mar Amarillo. Si cualquier nación competidora puede ser capaz de controlar militarmente esta ruta de tráfico y paralizar el suministro de petróleo a China, su economía podría ser tomada como rehén.
Se puede ver cómo el Pentágono utilizará la base de la marina de guerra de Corea del Sur en la isla de Jeju -que se está construyendo a pesar de una decidida campaña no-violenta de siete años de oposición a la base- para apoyar al potencial bloqueo de la costa de China.
Conclusiones
Durante muchos años, Rusia y China han presentado resoluciones en la ONU instando a negociar un nuevo tratado que prohíba las armas en el espacio.
Desde mediados de los 80, todos los países miembros de la ONU han apoyado la resolución «Prevención de una carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre» (PAROS), con la excepción de EEUU, Israel y Micronesia.
Esto fue así durante la presidencia de Clinton, así como durante el dominio de George W. Bush y ahora también con Obama.
Una carrera armamentista en toda regla entre Estados Unidos, Rusia y China sería un desastre para el mundo y haría la vida en la Tierra menos segura. En el mismo momento que los recursos globales se necesitan con urgencia para hacer frente a las duras realidades cercanas del cambio climático y el aumento de la pobreza, no podemos permitirnos el lujo de ver más dinero gastado en la mayor militarización del espacio y mayor conflicto entre las superpotencias.
El Pentágono tiene en realidad la huella de la bota de carbono más grande del planeta. Los Estados Unidos insistieron en que el Pentágono fuera excluido de los protocolos de Kyoto sobre el cambio climático y se negaron a firmar los acuerdos si no se eximía al Pentágono.
Como los Estados Unidos se comprometen a armar al mundo para el beneficio de la globalización corporativa, nuestras comunidades locales se han convertido en adictas al gasto militar. A medida que nos oponemos al imperio agresivo militar estadounidense en el extranjero, también tenemos que hablar sobre el tema del trabajo en casa. Hay una llamada para la conversión de la industria militar, exigiendo que nuestra base industrial se transforme para crear una infraestructura de energía renovable para el siglo XXI que nos ayude a ir en coalición con los trabajadores de producción de armas que ahora han de apoyar la máquina de matar si quieren alimentar a sus familias.
Los estudios han demostrado desde hace tiempo que la conversión de la producción militar a la creación de sistemas necesarios, como las turbinas de ferrocarril, energía solar o eólica, no sólo ayudaría a luchar contra los desafíos del cambio climático, sino también a crear muchos más puestos de trabajo.
Es en definitiva una pregunta sobre el alma de la nación – ¿qué dice sobre nosotros como pueblo cuando continuamos construyendo armas para matar personas en todo el mundo para que los trabajadores puedan llevar comida a la mesa de su casa?
Lo que ahora se necesita más que nunca es una campaña mundial unificada que busque soluciones. Paz, justicia social, medio ambiente, trabajo y otros movimientos tienen que trabajar más para vincular nuestros problemas y construir movimientos de base integrados contra el poder destructivo de las oligarquías empresariales que ejecutan la mayoría de nuestros gobiernos occidentales. La prisa por privatizar el bienestar social y la privatización de la política exterior y militar deben ser impugnadas si queremos proteger con éxito las futuras generaciones.
Bruce K. Gagnon es el coordinador de la Red Global contra las Armas y la Energía Nuclear en el Espacio y es autor del libro «Vamos juntos ahora: Organizando Historias de un Imperio desdibujado. Vive en Bath, Maine. www.space4peace.org