Santísimo Padre,
Con profunda reverencia y enorme esperanza nos dirigimos a Su Santidad, último recurso para aquellas personas cuyas voces son silenciadas por la indiferencia del mundo.
Somos mujeres corrientes, portadoras de una causa extraordinaria: el reconocimiento de todo ser humano como persona digna de respeto en su plena humanidad. Reunidas en la Red Internacional de Mujeres por la Democracia y la Paz (RifDP), una organización con sede en Bélgica y delegaciones en los Países Bajos, Francia y Canadá, prestamos especial atención a la región de los Grandes Lagos africanos, donde se está produciendo una tragedia que ha sido ignorada durante demasiado tiempo.
Hoy queremos llamar la atención de Su Santidad sobre la dramática situación humanitaria que asola el este de la República Democrática del Congo. Una tragedia silenciosa, pero devastadora, que afecta a los más vulnerables: mujeres, niños y jóvenes. Su vida cotidiana está marcada por un sufrimiento indescriptible, y sus cuerpos se han convertido en un campo de batalla durante más de tres décadas.
Estas atrocidades, denunciadas sin descanso por el Dr. Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz en 2018, aún no han encontrado un eco real entre los poderosos de este mundo. Las mujeres congoleñas siguen siendo violadas, su dignidad pisoteada, sus gritos ignorados. Desde 1996, la situación no ha dejado de empeorar, a pesar de las alertas y los numerosos informes –en particular el denominado «Mapping Report» de las Naciones Unidas– que documentan minuciosamente estos crímenes.
Vuestro predecesor, su santidad el Papa Francisco, alzó su voz durante su visita a Kinshasa del 31 de enero al 3 de febrero de 2023, pronunciando estas poderosas palabras: «Quiten sus manos de África!».
Denunciando el colonialismo económico y la violencia sistémica, pidió el fin del saqueo de un país rico en recursos, pero cuya población se mantiene en la pobreza más absoluta, sobreviviendo en su mayoría con menos de 2,15 dólares al día.
El Papa Francisco denunció el «colonialismo económico» que «se desata» especialmente en la República Democrática del Congo (RDC), un vasto país azotado por la violencia endémica. «Dejen de asfixiar a África: no es una mina que se pueda explotar ni una tierra que se pueda saquear», subrayó el Papa en un discurso en italiano pronunciado ante las autoridades y el cuerpo diplomático en el palacio presidencial.
Sus palabras fueron aplaudidas y resonaron especialmente en la RDC, un país con un subsuelo de inmensa riqueza y tierras fértiles, donde dos tercios de los cerca de 100 millones de habitantes viven con menos de 2,15 dólares al día.
Santísimo Padre,
La humillación de las mujeres congoleñas ha durado demasiado. Las violaciones, las masacres, la miseria y la mendicidad institucionalizada han durado demasiado. ¿Cómo, en un mundo tan rico en bienes y tecnologías, se puede seguir admitiendo que seres humanos vivan sin comida, sin techo, sin esperanza? ¿Cómo se puede tolerar que un conflicto, que se ha convertido en algo habitual a los ojos de la comunidad internacional, permita que la violación de mujeres y niñas se convierta en un arma de guerra y casi en una norma?
La lógica que impera hoy en día es la de la depredación: despojar a los pueblos, privarlos de su autonomía y luego presentarse como salvadores. Este círculo vicioso es la marca de nuestra época. Destruye la dignidad, instaura la humillación como sistema y perpetúa la deshumanización.
Por eso acogemos con gratitud su llamamiento del 14 de mayo de 2025, dirigido a los representantes de las 23 Iglesias cristianas de Oriente, en el que propone la mediación de la Santa Sede para silenciar las armas e invitar a los dirigentes al diálogo. Sus palabras, que reproducimos a continuación, nos han llegado al corazón:
«La Santa Sede está disponible para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos, para que los pueblos recuperen la esperanza y la dignidad que les corresponde, la dignidad de la paz».
Su compromiso con la paz, su defensa de una comunicación desarmada y desarmadora, son un faro en la oscuridad. Ha hecho un llamamiento a una palabra liberada del odio, atenta a los más débiles, respetuosa con la verdad y llevada por el amor. Una palabra que, en la región de los Grandes Lagos africanos, muchos han intentado apagar.
De hecho, en esta región, los periodistas son amordazados, encarcelados o asesinados, como atestigua el periodista Anjan Sundaram en su libro BAD News.
Las mismas preocupaciones se reflejan en una investigación bien documentada sobre la muerte del periodista ruandés John Williams Ntwali en enero de 2023.
Varias investigaciones de las Naciones Unidas también lo atestiguan.
Como usted ha recordado, Santísimo Padre:
«El sufrimiento de estos periodistas encarcelados interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, llamándonos a todos a salvaguardar ese bien precioso que es la libertad de expresión y de prensa. Desarmemos la comunicación de todo prejuicio, rencor, fanatismo y odio; purifiquémosla de toda agresión. No necesitamos una comunicación estruendosa y musculosa, sino una comunicación capaz de escuchar, de recoger la voz de los débiles que no tienen voz. Desarmemos las palabras y contribuyamos a desarmar la Tierra».
No dudó en subrayar una vez más en estos términos que:
«Una comunicación desarmada y desarmadora nos permite compartir una visión diferente del mundo y actuar de manera coherente con nuestra dignidad humana». Usted concluyó que es necesario «elegir con conciencia y valentía el camino de una comunicación de paz».
Santísimo Padre,
Volvemos nuestra mirada hacia usted con una expectativa llena de paz y esperanza. El día en que las puertas del Vaticano se abran para acoger a estas mujeres congoleñas deshumanizadas y humilladas, caminando sobre la alfombra roja que suelen pisar los poderosos, será un día de gracia para toda la humanidad. Este gesto simbólico, más fuerte que mil discursos, dirá al mundo entero que estas mujeres importan. Su única petición será simplemente recibir su bendición.
Si el Dr. Denis Mukwege repara los cuerpos de estas mujeres, sus corazones y sus almas le esperan a usted, Su Santidad, para que estas mujeres sean reconocidas, respetadas y amadas como seres humanos.
En la esperanza de recibir su respuesta, le rogamos humildemente, Santísimo Padre, que acepte nuestros más sinceros respetos.
Hecho en Bruselas, el 23 de julio de 2025.
En nombre de los miembros de la Red Internacional de Mujeres por la Democracia y la Paz:
Gloria UWISHEMA / RifDP en los Países Bajos
Marie-Louise GAKWAYA / RifDP en Bélgica
Chantal GAUDIOT / RifDP en Francia
Perpétue MURAMUTSE / RifDP en Canadá.
Contacto: international@rifdp-iwndp.org
Copia reservada:
Su Excelencia Félix Tshisekedi, presidente de la República Democrática del Congo
Su Excelencia Paul Kagame, presidente de la República de Ruanda
Su Excelencia Evariste Ndayishimiye, presidente de la República de Burundi
Su Excelencia Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América
Su Excelencia Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa
Su Excelencia Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea
Dr. Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz
Sra. Tatiana Mukanire, coordinadora nacional del Movimiento Nacional de Supervivientes de Violencia Sexual en la República Democrática del Congo
Su Excelencia Mark Carney, primer ministro de Canadá
Su Excelencia Bart De Wever, primer ministro de Bélgica
Su Excelencia Dick Schoof, primer ministro de los Países Bajos
Personas que apoyan la carta
Yo, abajo firmante, apoyo la carta anterior:
Sr. Joan Carrero
Sr. Hervé Cheuzeville
Coronel Luc Marchal
Sr. Déo Namujimbo
Sr. Jooneed Khan
Sra. Anneke Verbracken
Sra. Ann Garrison
Sr. David Jacobs
Sr. John Philpot
Sr. Robin Philpot
Sra. Roxanne Gendron
Sr. Charles Onana
Mossèn Jean Pierre Mbelu
Sr. Fred Winther Holt
Sr. Chris De Beule
Sra. Martine Syoen
Sra. Judi Rever
Sr. Phil Taylor
Sr. Patrick Mbeko
Sra. Nicole Ndongala Nzoiwidi
Sr. Abraham Kiplangat Mutai.
Fuente: RifDP
Foto: Una madre lleva a sus hijos en brazos en el este de la República Democrática del Congo. Las mujeres desplazadas por la fuerza se enfrentan a graves amenazas y abusos en esta región tan inestable.
Encuentro del Papa Francisco con víctimas de la violencia en la República Democrática del Congo (Vatican News, 01.02.2023)