Excelentísimo Señor Bill Clinton
Presidente de los Estados Unidos
Señor Presidente,
Pasan las semanas y los meses, y miles de seres humanos siguen muriendo en Zaire, Ruanda y Burundi, víctimas de una violencia bárbara y absurda, víctimas del hambre y de las enfermedades. Los medios de comunicación se han olvidado de ellos y la falsa idea de que el conflicto ya está resuelto los condena de nuevo a una muerte injusta y imperdonable.
Las duras palabras de Su Santidad Juan Pablo II, el día de Navidad, continúan revistiendo una absoluta y triste actualidad: “En el Corazón mismo de Africa, en la región de los Grandes Lagos, este continente vive uno de los dramas humanitarios más crueles de su historia, en medio de la indiferencia general de la comunidad internacional. Millares y millares de personas, que son hermanas y hermanos nuestros, vagan presos del terror, el hambre y las enfermedades. Nadie puede permanecer indiferente ante este escándalo, del que las palabras y las imágenes no pueden dar más que un pálido reflejo”.
Estados Unidos y Canadá, junto con Europa, estamos obligados ante la humanidad y ante la historia a lograr una paz estable en esta región. En primer lugar porque tenemos medios más que suficientes para ello. En segundo lugar porque nosotros mismos no estamos en absoluto exentos de culpa en toda esta inmensa tragedia que no parece que tenga fin: Europa por sus graves complicidades históricas y también recientes, Estados Unidos al menos por estas últimas.
Señor Presidente, Ud. se encuentra en este momento en una situación privilegiada para pasar a la historia como el líder de un nuevo orden mundial en la paz y en el progreso, incrementando la influencia y el prestigio de su Nación en todo el mundo. Pero si no se empieza ya a poner remedio definitivo a esa gran herida abierta que tiene nuestra planeta en la zona de los Grandes Lagos africanos, más bien quedarán Ud. y su pueblo marcados ante la historia con el estigma de una complicidad, como mínimo pasiva, en este gran genocidio de nuestro siglo. Terrible estigma para un gran pueblo como el norteamericano que se considera el gran valedor de la paz, la democracia y los derechos humanos en nuestro mundo.
Por eso le hacemos llegar hoy nuestro ruego apremiante para que escuche Ud. y de su apoyo a tres voces que se levantan hoy en Europa cargadas de autoridad moral. En Bruselas la Comisaria Sra. Emma Bonino y también el Parlamento Europeo que preside el Sr. José María Gil Robles y en Ginebra, el Alto Comisario para los Derechos Humanos Sr. José Ayala Lasso. Estas son pues las tres peticiones que hoy le dirigimos:
1. Que sean atendidas de inmediato las reiteradas llamadas de la Comisaria europea, Sra. Emma Bonino, sobre la AYUDA URGENTE A CIENTOS DE MILES DE REFUGIADOS Y DESPLAZADOS, que vagan por el interior del Zaire, y que el ACNUR haga honor al mandato para el cual fue creado y proporcione un lugar de refugio a todos aquellos que, con indudable fundamento, tienen temor de ser perseguidos en su país de origen.
2. Que sean atendidas de inmediato las peticiones del Alto Comisario para los Derechos Humanos, Sr. José Ayala Lasso, sobre la necesidad de INCREMENTAR EN NUMERO SUFICIENTE LOS OBSERVADORES INTERNACIONALES en Ruanda y en Burundi. Es necesario garantizar la independencia de éstos.
3. Que se comiencen de inmediato a dar los pasos para que sean aplicadas por fin las recientes Resoluciones del Parlamento Europeo, en especial la del 12.12.96, que denunciando la ausencia de voluntad política en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, así como en el seno de la Unión Europea, pide que de una vez por todas sean adoptadas sin demora medidas concretas para lograr una SOLUCION POLITICA GLOBAL Y UNA PAZ ESTABLE en la región de los Grandes Lagos.
Estamos plenamente de acuerdo con esta Resolución del Parlamento Europeo en cuanto a la necesidad de una serie de actuaciones para alcanzar una estabilidad en estos países. Consideramos indispensable y urgente:
1º La realización de una o varias CONFERENCIAS DE PAZ, con la participación de todas las partes implicadas en los conflictos y convocadas conjuntamente por la O.N.U. y la O.U.A.
2º La AYUDA ECONOMICA Y TECNICA CONDICIONADA al estricto respeto de los derechos humanos para programas que favorezcan la reconciliación y el desarrollo para todos.
3º La ACTIVACION DEL SISTEMA JUDICIAL mediante tribunales independientes e imparciales que acaben con la impunidad y administren justicia para todos, condenando a los culpables y garantizando la libertad de los inocentes. Es indispensable proporcionar a éstos la posibilidad de una defensa digna y eliminar cualquier sombra de venganza.
4º El EMBARGO GLOBAL DE ARMAS en la zona, sin el levantamiento unilateral a determinados gobiernos, y el embargo general en Burundi mientras la junta militar no deje el poder y se restablezca la legalidad.
Con la esperanza de que su firme decisión pueda más que todos los obstáculos que impiden la paz y el respeto de los derechos humanos y provocan tanto dolor a nuestros hermanos africanos, reciba nuestros respetuosos saludos.
Bruselas, 29 de enero de 1997
FIRMAS DE PREMIOS NOBEL
Adolfo Pérez Esquivel (Paz)
Rita Levi-Montalcini (Medicina)
Betty Williams (Paz)
Jean-Marie Lehn (Química)
John Charles Polanyi (Química)
H.H. Dalai Lama (Paz)
Joseph Rotblat (Paz)
International Physisians for the Prevention of Nuclear War (Paz)
François Jacob (Medicina)
Rigoberta Menchu Tum (Paz)
Mäiread Corrigan Maguire (Paz)
FIRMAS DE LOS PRESIDENTES DE LOS GRUPOS POLÍTICOS
DEL PARLAMENTO EUROPEO
Pauline Green – Partido de los Socialistas Europeos
Wilfred Martens – Partido Popular Europeo
Jean-Claude Pasty – Unión por Europa
Alonso José Puerta – Izquierda Unitaria Europea
Claudia Roth – Verdes en el Parlamento Europeo
Magda Aelvoet – Verdes en el Parlamento Europeo
Catherine Lalumière – Coalición Radical Europea