El lenguaje que The Guardian y todos los demás medios de comunicación corporativos han estado utilizando sobre la victoria de Syriza el fin de semana contra la draconiana austeridad impuesta por la UE es revelador. Estos son algunos ejemplos de la formulación sutil pero efectiva de la primera página del diario de hoy:
* El referéndum se describe en la introducción y en el texto como «polarización» en lugar de lo que es: un ejercicio de democracia participativa directa. Si una victoria del 61% es una ilustración de una sociedad polarizada, ¿qué ilustra la reciente victoria absoluta de David Cameron en las elecciones parlamentarias británicas con el 24% del total de votos? A la vista de las amenazas e intimidaciones masivas desde el establishment de la UE, de las que se hicieron eco los medios de comunicación europeos, los griegos han demostrado que existe un amplio consenso en contra de la austeridad sin fin. Nada de «polarización» al respecto, en absoluto.
* Syriza es caracterizada en repetidas ocasiones como un partido «radical de izquierda», mientras que su líder sereno bajo la presión, Alexis Tsipras, es descrito como «encendido» (mostrará The Guardian un poco de equilibrio etiquetando a la canciller alemana Angela Merkel como «intimidatoria»?). La verdad, por supuesto, es que Syriza es una amplia alianza de partidos que representan una amplia gama de puntos de vista políticos del centro a la izquierda, unida sólo en su oposición a un continuo programa de austeridad impuesto por la UE destinado principalmente a beneficiar a las instituciones financieras europeas en lugar del pueblo griego. Syriza sólo es vista como si fuese la izquierda radical porque medios como The Guardian se colocan en el centro neoliberal blando.
* El artículo concluye señalando que el voto del «no» ha ganado porque ha recibido «el apoyo de la extrema izquierda y la derecha neo-fascista de Grecia, mientras que la corriente principal de centro-izquierda y centro-derecha han hecho campaña por el voto del sí. » La clara insinuación del The Guardian es que los locos se han apoderado del asilo griego. ¿Pero es este el caso realmente? ¿O es sólo la forma en que las élites de la UE quieren que interpretamos el resultado? Alemania ha estado presionando muy fuerte por la austeridad salvaje en Grecia. Pero vale la pena recordar que después de la Segunda Guerra Mundial, a raíz de la agresión alemana que causó una gran destrucción en toda Europa, los países occidentales, entre ellos Grecia, que habían sufrido tanto bajo el régimen nazi, decidieron perdonar a Alemania la mayor parte de sus deudas. En el reverso exacto del enfoque de austeridad de Europa hacia Grecia, EEUU implementó el Plan Marshall para la reconstrucción de Alemania y otras economías europeas devastadas para crear mercados para su propia expansión industrial.
* Las élites de la UE, a las que se hace referencia como «acreedores», pero que en realidad representan a las grandes instituciones financieras de Europa, se describen en varias ocasiones como «corriente principal». Esto se supone que les confiere legitimidad y sugiere que representan a Europa y a los europeos. Pero no hay nada de «corriente principal» en estas élites irresponsables que tratan de conseguir el «cambio de régimen» en Grecia por el sangrado de la esperanza. Si tienen éxito y Syriza cae, Grecia acabará teniendo a los extremistas reales – ya sean los neonazis de Amanecer Dorado o las élites de viejos compañeros del país que metieron a Grecia en este lío, con la ayuda de las élites europeas más amplias en primer lugar. Lo que piensa la «corriente principal» de opinión en el resto de Europa sobre Grecia, Syriza o el proyecto europeo es imposible de medir porque la mayoría de los países europeos están demasiado aterrorizados para hacer estas preguntas a sus electores de la manera que Syriza lo ha hecho.
ACTUALIZACIÓN:
Yanis Varoufakis, el ministro de Finanzas griego, ha dimitido. En un comunicado, sugiere que su permanencia en el cargo, a pesar del apoyo que acaba de recibir en el referéndum, haría que tratar de renegociar un acuerdo con las instituciones financieras europeas fuera más duro. Prefieren su «ausencia». Una indicación triste que la Unión Europa sigue siendo de hecho un proyecto muy antidemocrático.
www.theguardian.com/world/commentisfree/2015/jul/06/yanis-varoufakis-resignation-statement-creditors-loathing-with-pride