La poesía tiene más poder real que cualquier arma blanca o de fuego. Sólo los versos nos salvarán del desastre. Mientras tengamos al alcance poetas como Antoni Vidal Ferrando, el mundo no se hundirá. Con su último libro, Si entra boira no tendré on anar, ganador del último premio Carles Riba, el más prestigioso de la poesía catalana, nos lo confirma. Fuera guerras, fuera enfrentamientos estúpidos, fuera mentiras baratas. Gobernantes políticos de todo el planeta: déjense de combates inhumanos y regálennos notas poéticas de violonchelo. Hagan como el poeta de Santanyí: ¡repartan felicidad y magia a manos llenas! Hagan poemas en prosa como los de Antoni Vidal Ferrando y déjense de hostilidades y puñetas alocadas. Sean generosos como las sabias palabras del poeta.
Ahora bien, en la poesía no todo el monte es orégano. Los poetas mayores como Vidal Ferrando también realizan las oportunas denuncias sobre la situación política actual. No se muerden la lengua. Es el coraje y la valentía que hace falta cuando nos molestan. Y aquí, en Mallorca y en el resto de los Països Catalans, sabemos bien lo que sufrimos estructuralmente a causa del centralismo de Madrid, y lo que seguiremos sufriendo si no ponemos freno a tanta represión y agresividad. Los poetas no utilizan, como he dicho antes, armas blancas ni de fuego. Ellos utilizan unas armas más pacíficas, pero también más duraderas y expansivas: las palabras. Las palabras, hechas alegorías y metáforas, desnudan al enemigo y le cantan las cuarenta. Así lo expresa el amigo Antoni en unos versos de prosa poética dignos de ser enmarcados: «Primero nos usurparon los bosques, las reservas de agua dulce, el legado de los difuntos, los remedios contra las penas de amor. Mañana todo será suyo. Entrarán en las casas y nos echarán al barro».
Mañana puede estar más cerca de lo que todos pensamos. Tengamos el violonchelo preparado.
Fuente: Última Hora