A Victoire Ingabire, conocida como la “Mandela ruandesa”, no se le permite incurrir a los comicios como tampoco puede hacerlo ningún partido opositor. El presidente actual cumple su quinto mandato, y modificó la constitución para perpetuarse en el poder. Creemos que Ingabire merece un reconocimiento público internacional y estamos convencidos de que el premio contribuiría a homenajear su lucha, a perseverar en su causa, a proteger su integridad y la de su alianza. Visibilizar su caso abriría nuevas posibilidades de reconciliación y de reconstrucción en paz de una nueva Ruanda y sería un ejemplo relevante para otros procesos de paz abiertos. Así mismo daría esperanza a los colectivos ruandeses que siguen en el exilio en Europa y América.
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