La acusación de Assange es reconocida por muchos grupos de libertad de expresión como el caso más importante de libertad de prensa de nuestro tiempo. Sin embargo, con el apagón de los medios de comunicación y el silencio absoluto de los líderes políticos sobre este importante asunto, la criminalización del periodismo continúa sin que el público se entere.
El lunes 13 de enero, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, compareció ante el Tribunal de Magistrados de Westminster en su lucha contra la extradición a Estados Unidos. La audiencia administrativa se centró en la falta de acceso de Assange a un abogado, lo que le dificultaba la preparación adecuada de su caso. Su abogada, Gareth Peirce, dijo a la jueza que la prisión británica impide a su cliente revisar pruebas clave. Sólo ha estado dos horas con él desde la última audiencia en diciembre.
La tragedia de la injusticia está entretejida en el propio sistema jurídico del Reino Unido. Esta audiencia procesal, que originalmente estaba programada para el martes, se adelantó un día en el último minuto. Esto le dio al equipo de defensa de Assange sólo una hora con él en lugar de todo el día que esperaban.
Assange ha sido acusado de 17 cargos de espionaje por publicar los documentos del gobierno que exponen los crímenes de guerra de Estados Unidos en Irak y Afganistán, y la tortura en Guantánamo. La acusación de Assange es reconocida por muchos grupos de libertad de expresión como el caso más importante de libertad de prensa de nuestro tiempo. Sin embargo, con el apagón de los medios de comunicación y el silencio absoluto de los líderes políticos sobre este importante asunto, la criminalización del periodismo continúa sin que el público se entere.
La traición de Estados Unidos a sus ideales
¿De que trata realmente este procesamiento de Assange? ¿Por qué los estadounidenses tienen que preocuparse por este periodista australiano que está acusado de violar la Ley de Espionaje por nuestro gobierno? WikiLeaks ha cambiado radicalmente el panorama de los medios de comunicacion. Al publicar información veraz sobre Estados Unidos, la organización se enfrentó al Pentágono y a la CIA. Sin embargo, la eficacia de su intrépido periodismo no es la única razón por la que Assange se ha convertido en un prisionero político; designado como enemigo del Estado y torturado psicológicamente dentro de la prisión de Belmarsh (antes conocida como la bahía de Guantánamo en el Reino Unido).
La publicación de WikiLeaks en 2010 del video «Asesinato Colateral» reveló una historia oculta de Estados Unidos. Las imágenes en bruto de un ataque del ejército estadounidense en un suburbio de Irak, llevado a cabo bajo el estandarte de la «Operación Libertad Iraquí» recuperaron páginas perdidas de la historia. Las imágenes desplegadas vistas desde un helicóptero Apache se remontan a una época anterior a la invasión de Irak, antes del 11 de septiembre, e incluso antes de que comenzara la adicción de la nación al petróleo; al genocidio de los nativos en la guerra librada con las armas y cañones estadounidenses.
Los recuerdos recuperados permiten a la gente ver la hipocresía y la traición de Estados Unidos a sus propios ideales. Esto, que se manifiesta en la exclusión de algunos de la premisa de la igualdad de todas las personas, se declaró como una verdad evidente en su documento fundacional.
Continuando las luchas del pasado
Assange, a través de su trabajo con WikiLeaks, no sólo informó al público sobre el problemático comienzo de Estados Unidos, sino que también proporcionó un mecanismo para que la gente redimiera su pasado no explicado. A lo largo de la historia, desde el desafío de los abolicionistas hasta el movimiento por el sufragio femenino, las demandas de igualdad vinieron desde abajo. La gente común y corriente traspasó los límites de la Constitución para que los ideales de la Declaración de Independencia fueran legalmente vinculantes.
Los años 60 trajeron consigo una agitación política, y la resistencia se hizo sentir con toda su fuerza. Individuos como Rosa Parks, Martin Luther King, Jr. y Malcolm X, a través de sus palabras y acciones conjuntas, inspiraron a la gente negra a movilizarse en su lucha por lograr los derechos civiles. Mario Savio, el portavoz del movimiento de libertad de expresión, instigó las protestas estudiantiles por todo el país contra la censura del gobierno y la restricción de la libertad de expresión en las universidades.
En esta era digital, Assange, que ha ganado numerosos premios de periodismo, encontró la manera de ayudar a una nueva generación de Estados Unidos a continuar esta lucha del pasado. Lo hizo innovando una nueva forma de periodismo en línea que funciona con software libre.
Experimento abierto de democracia
Jérémie Zimmermann, ingeniero informático francés y cofundador de la organización más destacada de Europa que defiende las libertades en línea, describió el software libre como un contrato social y señaló que es una forma de organizar una esfera pública.
Zimmermann profundizó más para revelar que el motor del software libre es el amor. Describió cómo «el amor se basa en la comprensión, la comprensión de nuestros defectos y los de los demás». Luego habló de cómo el software libre es «una práctica alegre con un rol para todos donde aprendemos colectivamente sobre nuestros defectos, donde aprendemos a equivocarnos y amar nuestros fracasos, y aprender sobre nuestros fracasos».
Con WikiLeaks como proyecto de software libre, Assange aportó un amor a Internet que podría transformarlo en una poderosa herramienta para la democracia. Este amor compartido entre los jóvenes que crecieron en Internet alimentó actos de desobediencia civil. La exanalista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, Chelsea Manning, encendió la chispa de la conciencia al revelar el mayor tesoro de secretos de estado de la historia de Estados Unidos. Esta figura que está detrás de la revelación por parte de Wikileaks de los crímenes de guerra de la Era Bush sigue encarcelada por negarse a cooperar en un gran jurado que tiene como objetivo al editor.
Desde Manning hasta Jeremy Hammond y Edward Snowden, las olas de denunciantes han creado una insurgencia de coraje contagiosa. Los que están dentro de las instituciones y quieren cambios se ofrecieron a desafiar las leyes injustas para defender los altos ideales. Esto dio inicio a un experimento abierto de democracia, creando una red que busca entender las faltas, colabora para enmendarlas e invita a todos a participar en la visión de una nueva sociedad.
Reclamando nuestra historia
Con esta plataforma de democracia que Assange ayudó a lanzar, ¿qué intentó hacer? Assange llegó a ver cómo se convierte en pasiva a la gente común; cómo se le da la espalda y se la excluye de los procesos vitales de toma de decisiones. Decidió ponerse del lado de los oprimidos, queriendo ayudar a la gente a reconocer su propio potencial.
Encontrándose en régimen de aislamiento en una prisión de máxima seguridad en Londres, Assange recibió el Premio Dignidad 2019 por su apoyo a la lucha del pueblo catalán por la independencia y su lucha contra la brutalidad policial española. Así como aspiraba a caminar junto a los catalanes en su camino hacia la autodeterminación desde detrás de la pantalla del ordenador dentro de una pequeña habitación de la embajada ecuatoriana, donde cada uno de sus movimientos era vigilado por la CIA, también se preocupaba por el destino de Estados Unidos y en qué se está convirtiendo.
Despues de la audiencia del lunes, mientras era transportado desde la Corte de Magistrados de Westminster, Assange miró a una multitud desde el interior de una furgoneta policial y reconocio su apoyo mientras un hombre gritaba fuertemente: «Mantente fuerte, seras libre». Assange ha sacrificado su libertad para que todos pudiéramos ser libres. Al divulgar los documentos, WikiLeaks puso en marcha una historia congelada. La historia está sucediendo ahora, y la lucha de Assange por la libertad es nuestra historia, en la que cada persona tiene un papel importante que desempeñar.
Solo si cada uno de nosotros elige libremente responder a este amor por el mundo que Assange ha demostrado, podremos reclamar nuestra propia historia. Sólo a través del amor mutuo que nos permite ver la profundidad de nuestros defectos y encontrar la sabiduría a través de nuestros errores y fracasos, podremos empezar a trabajar para corregir los desmanes de nuestros líderes y, juntos, poner fin a este atroz atropello de la justicia.
La doctora Nozomi Hayase es ensayista y autora de WikiLeaks, the Global Fourth Estate: History Is Happening. Sígala en Twitter: @nozomimagine
Fuente: Common Dreams