Visionando esta conferencia de Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo y oyendo de boca de esta eminencia (con tanta información y honestidad) unos datos y análisis tan serios y difícilmente cuestionables, pero tan absolutamente opuestos a lo que nos cuentan la práctica totalidad de “nuestros” medios, me resulta imposible el dejar de cuestionarme algunas cosas como las tres que trataré a continuación:
– 1ª El papel de “nuestros” medios y “nuestros” líderes políticos: ¿Qué les pasa a los directivos y profesionales de “nuestros” medios de comunicación locales, nacionales y europeos? ¿En qué mundo viven? ¿No tienen tiempo para ver documentos tan importantes y reveladores como estos dos videos de la reciente intervención de Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo? ¿O no tienen interés alguno en ello? ¿O están tan perdidos, que ni tan solo tienen criterio para seleccionar bien sus fuentes y vías de información? ¿O es que incluso aquellos escasos medios de “información” supuestamente independientes, en los que Black Rock no es el accionista mayoritario, cobran calladamente de fundaciones como las de Soros y están controlados por ellas, fundaciones tan generosamente financiadas a su vez por la criminal USAID? ¿Cómo hemos podido llegar a tener un problema tan descomunal y grave (el más descomunal y grave de todos): el problema de la idiotización de un porcentaje tan excesivo de conciudadanos? Con tantas y tan serias carencias sociales como sufrimos, ¿cómo es posible que toleremos que “nuestras” elites políticas del partido único (conservadores/progresistas) decidan por su cuenta llevar adelante decisiones tan importantes, canalladas tan graves, como la decisión que el Gobierno de Sánchez acaba de tomar para “rearmar a Europa”: aprobar la bárbara inversión de 135.000.000.000 de euros en los próximos cuatro años? ¿Somos conscientes de lo que es realmente semejante “inversión” de ciento treinta y cinco mil millones? ¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí?
¿Cómo ha sido posible que unos líderes políticos, algunos de los cuales incluso ya están en su cargo de precario desde hace tiempo, como es el caso del hiperactivo/belicista Macron, hayan logrado (en estrecha colaboración con los grandes medios de “nuestras” elites) idiotizar a nuestras sociedades hasta el punto actual: que se hayan llegado a tragar la delirante fantasía de que es necesario semejante rearme, ya que “el Putin”, el nuevo zar, pretende extender su imperio hasta el Finisterre gallego (el Fin de la Tierra)? Un zar sobre el que, al mismo tiempo, afirman paradójicamente que está tardando años en conquistar la estrecha franja del Donbass (pero se cuidan siempre de referirse tanto al hecho de que para los habitantes de ella, de etnia rusa, agredidos desde 2014 por el Gobierno de Kiev, no se trata de una conquista sino de una liberación, como también se cuidan de referirse al hecho de que las estrategias rusas evitan arrasar a sus hermanos ucranianos). Un zar –afirman– incapaz de vencer a Ucrania y mucho menos a una Europa que, incluyendo el Reino Unido, tiene un presupuesto militar que cuadruplica el de Rusia. Un zar de cuya “impotencia” en Ucrania se burlan aquellos mismos que dice que es un criminal tan poderoso como para pretender someter a toda Europa. ¿En qué quedamos? ¿Estas gentes son tontas o nos toman a nosotros por tontos? Frente a estas guerras “inclusivas” (¡cuidado con el género!) y “sostenibles” (¡cuidado con el medio ambiente!), que son denunciadas hasta por personas más bien conservadoras, ¿dónde están escondidos los líderes de aquellos partidos minoritarios progresistas/ecologistas/soberanistas en los que algunos de nosotros confiamos un día? O, lo que es peor, ¿cómo es posible que, siguiendo el itinerario “ideológico” de los verdes alemanes, algunas líderes izquierdistas/feministas/ecologistas sean tan belicistas o más que los “machos” del partido único, “machos” que provocan descomunales desastres bélicos/medioambientales (empezando por el de Irak y acabando, por ahora, con el de Ucrania), mientras nos acomplejan a todos por no cuidar nuestra personal “huella de carbono”?
– 2ª La criminal y peligrosa rusofobia combinada con la traición (por parte del “democrático” y “libre” Occidente) a la Rusia de Gorbachev, al que se engañó desde el comienzo: un ejemplo de las muchas y serias cuestiones tratadas por Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo. De esa lúcida intervención de Jeffrey Sachs se podrían destacar bastantes de las temáticas tratadas. Pero me limitaré a referirme a esta, solo a título de ejemplo. Porque la rusofobia que han logrado generar en nuestras sociedades es un problema gravísimo. Y también porque aquel presidente ruso tuvo relación directa con nosotros (al igual que Jeffrey Sachs, no hablamos solo de oídas) y apoyó decididamente nuestras tareas, como se puede ver en mi artículo titulado “Gracias Mijaíl S. Gorbachev”, que llevaba este subtítulo: “Quienes te traicionaron, son los que ahora, tras tu fallecimiento, te elogian hipócritamente y pretenden apropiarse de tu figura”. Sean o no las nuestras, se trata sin duda de unas importantes tareas frente a una gran, pero olvidada, tragedia. Al mismo tiempo que se trata de unas tareas reveladoras, al igual que el episodio de la traición a Mijaíl S. Gorbachev. Una tragedia en la que podríamos ver claramente, si llegásemos a abrir los ojos, quienes son los verdaderos villanos mundiales del último medio siglo. Efectivamente, nosotros, “los buenos” de la película (¡siempre Hollywood!), somos en realidad el verdadero villano que aparece tanto en los genocidios del África Central como en este increíble episodio geopolítico que ha sido la traición a la Rusia de Mijaíl S. Gorbachev. Un episodio, por tanto, sumamente revelador de lo absolutamente injustificable que es la rusofobia, motivo por el cual lo he elegido como ejemplo entre las muchas cuestiones importantes tratadas por Jeffrey Sachs.
– 3ª ¿Habrá alguna posibilidad de que el Parlamento Europeo vuelva a ser como aquel que tanto y tan unánimemente nos apoyó hace ahora tres décadas? Vuelvo a hablar no de oídas sino por propia experiencia. ¿Será posible un Parlamento Europeo independiente de las manipulaciones y decisiones de los “altos” funcionarios de las otras seis instituciones europeas (el Consejo Europeo, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, etc.), funcionarios que nadie ha elegido (o, mejor, que tan solo han sido elegidos por “nuestras” grandes “familias” financieras/“filantrópicas”)? ¿Será posible en el futuro un Parlamento Europeo diferente del actual, que está compuesto ahora, en una gran mayoría, por gentes pagadas por fundaciones como las de Soros, tan generosamente financiadas a su vez por la criminal USAID? Un Parlamento Europeo capaz de, por ejemplo, aprobar, alegremente y por una gran mayoría, el provocar muy gravemente a Rusia, la mayor potencia nuclear, con el lanzamiento de unos misiles que llegarían a lo más profundo de ella. Como explica Jeffrey Sachs, son gentes que viven no en la realidad sino en su propio mundo. Un mundo en el que la cobarde Rusia nunca se atreverá a un enfrentamiento frontal contra ellos.
El actual, es un Parlamento Europeo secuestrado. Confirmada así mi tesis expuesta en La hora de los grandes “filántropos” sobre la terrible realidad de que en 2010 ya estábamos viviendo, de lleno y en directo, La Hora en la que “nuestras” grandes “familias” financieras/“filantrópicas” avanzaban en el secuestro de la economía, de la información, de la política, de las universidades, de las grandes ONGs, etc. No es este el parlamento que yo conocí, el que firmó mi carta a Clinton así como nuestra interpelación al Consejo de ministros de la Unión Europea. Pero, para acabar con una nota de esperanza, esta conferencia de Jeffrey Sachs, así como el ánimo y los aplausos de los numerosos europarlamentarios asistentes a ella, insinúan que no todo está perdido en el Parlamento Europeo.