La familia de Paul Rusesabagina ha descubierto hoy que el gobierno ruandés ha dejado de suministrar alimentos, agua y medicamentos a Paul mientras está en prisión. La esposa de Paul, Taciana, ha declarado que «estamos todos increíblemente asustados y no sabemos cómo va a conseguir mi marido comida y agua para sobrevivir. Creemos que intentan hacerle daño». Además, Paul dijo a la familia que su llamada de 5 minutos de esta mañana sería la última que podría hacerles, y que las comunicaciones están siendo cortadas. Paul dijo a la familia que «lo cortaron todo».
Rusesabagina cree que esto es un intento de coaccionarle para que vuelva al juicio que lleva boicoteando desde el 12 de marzo. Todas las condiciones de su encarcelamiento han cambiado en las últimas dos semanas. Fue trasladado a una nueva celda con compañeros de celda desconocidos que probablemente estén allí para informar sobre él al gobierno. Ahora le han cortado la comida, el agua, las medicinas y el acceso a su familia mediante breves llamadas telefónicas semanales. Resulta especialmente preocupante el hecho de que el médico que le proporcionó el gobierno ruandés le recetó tres botellas de agua al día y no las está recibiendo.
Los abogados de Paul intentaron visitarlo en la cárcel esta mañana. Se les retuvo en la puerta y no se les permitió entrar. Los abogados recibieron ayer la noticia de que la alimentación de Paul iba a cambiar y Paul informó a la familia de los cambios completos esta mañana.
Rusesabagina lleva 280 días en una cárcel ruandesa desde su secuestro a finales de agosto de 2020. Fue torturado a su llegada y mantenido en aislamiento durante más de 250 de esos días. La privación de alimentos también es otra forma de tortura y es una violación masiva de sus derechos humanos fundamentales. Las reglas Nelson Mandela de la ONU, junto con todos los demás documentos legales que tratan sobre el encarcelamiento, establecen que la alimentación de los presos es responsabilidad absoluta del gobierno que los retiene.
Retirar el suministro de agua y alimentos a Rusesabagina significa simplemente que no tiene acceso a la comida ni al agua, y parece ser otra forma inhumana de castigo que aplica el gobierno ruandés.
Las internacionalmente reconocidas Reglas de Mandela para el Tratamiento de los Reclusos establecen que «Todo recluso deberá recibir de la administración, a las horas habituales, una alimentación de valor nutritivo adecuado para su salud y fortaleza, de calidad sana y bien preparada y servida». Además, «todo recluso deberá disponer de agua potable siempre que la necesite».
Paul Rusesabagina ha sido muy maltratado durante su estancia en la cárcel de Ruanda. El gobierno ruandés también ha dejado claro que no habrá un juicio justo en su caso, ya que las normas sobre juicios justos han sido violadas en cada paso del proceso desde su secuestro y detención arbitraria.
Estados Unidos, Bélgica, la UE y la comunidad internacional deben actuar INMEDIATAMENTE para interceder ante el gobierno ruandés, garantizar que Paul Rusesabagina vuelva a recibir alimentos y exigir su liberación inmediata.
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Fuente: PRLog