De Trump a Crash Test Dummy, las «políticas» del hegemon han logrado toda una hazaña.

Deben haber sido necesarios eones de paciencia taoísta para que el presidente Xi Jinping contara algunos hechos evidentes de la vida a un funcionario imperial mediocre como el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.

Las palabras clave de Xi:

    1. «China está dispuesta a ser socia y amiga de Estados Unidos». Aun cuando lo contrario es muy dudoso, ya que Washington considera a China como una «amenaza» existencial.
    2. China se centra en el bienestar de toda la humanidad: ése es el núcleo del concepto de Pekín de una «comunidad con futuro compartido» global.
    3. Tanto China como Estados Unidos deben ser responsables de la historia, de los pueblos y del mundo. Ese es el concepto de las «tres responsabilidades».

Lo último de lo que es responsable un hegemón unipolar es del mundo en general: la unipolaridad, por definición, sólo beneficia a la propia plutocracia del Imperio.

Little Sullivan también impulsó las comunicaciones directas, por teléfono, de militar a militar a nivel de trabajo. Por supuesto, porque el hegemón tiene menos de cero topos pagados infiltrados en los nodos clave del sistema chino,  por lo que al menos podrán escuchar pequeños chismes sobre y fuera de los militares chinos.

Sin embargo, la información clave sobre el expediente militar llegó durante la sesión de Little Sullivan con el general Zhang Youxia, vicepresidente de la Comisión Militar Central de China.

El general Zhang dijo sin rodeos a Sullivan, en términos inequívocos, que se mantuviera alejado de Taiwán. Sullivan parecía un pollo sin cabeza después de la reunión.

Tan descabezado como tras su reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi:

«Estados Unidos y China no han avanzado en las negociaciones para encontrar una solución a la crisis ucraniana.»

Por supuesto que no. Pekín ve a través de todas las maquinaciones imperiales de «alto el fuego», en paralelo con los EE.UU. traspasando todas las líneas rojas rusas. Moscú no ha respondido de forma devastadora –todavía– porque Putin tiene tantos rasgos taoístas como Xi.

China ha vuelto: asúmanlo

Es posible que las reuniones de los dirigentes de Pekín con el enviado de una administración estadounidense en horas bajas no hayan sido más que un ejercicio proforma. Al fin y al cabo, lo que realmente importa son los negocios.

Las exportaciones chinas a Estados Unidos representan menos del 2% del PIB chino. Eso es insignificante. China es la primera potencia mundial del comercio, y el verdadero y fuerte negocio que tiene por delante no es con Occidente, sino con la Mayoría Global. China ha estado jugando este Juego Largo a la perfección.

Tanta perfección que los medios de comunicación imperiales se han vuelto literalmente locos por lo profundamente que China se ha integrado en toda la Mayoría Global, desafiando lo que es el «orden» internacional liberal-totalitario de facto. Véase, por ejemplo, aquí.

De Trump a Crash Test Dummy, las «políticas» del hegemon han logrado toda una hazaña.

Incluido en el paquete está regalar el mayor mercado tecnológico del mundo –China– exclusivamente a los fabricantes chinos; ahuyentar al menos el 75% de los principales científicos chinos de vuelta a China desde los EE.UU.; y dar todo el mercado ruso –más de 100 millones de consumidores– a China, en paralelo a Pekín comprando montones más de energía barata de Rusia.

Y esto es sólo el principio. En realidad, las sanciones hegemónicas fueron decisivas para ayudar a Pekín a desarrollar aún más rápido el conjunto de políticas Made in China 2025, convirtiéndose en líder o segundo mejor en 10 sectores de alta tecnología. Y la siguiente etapa son los diversos pasos simultáneos hacia la desdolarización – incluyendo la expansión del petroyuan.

Un erudito chino de primera línea lo resumió todo con su estilo deliciosamente contundente («con la ventaja de ser tan claro como el Leviatán»): China ha vuelto de verdad, y lo hará durante mucho, mucho tiempo.

No es de extrañar que esto sea más que un anatema para la plutocracia imperial y sus vasallos atlantistas.

Estamos avanzando lenta y seguramente hacia el establecimiento de un nuevo sistema-mundo gestionado por Estados Civilizacionales Soberanos: China, Rusia e Irán están a la vanguardia.

El camino, sin embargo, será largo y espinoso, con muchos reveses desagradables. Y eso nos lleva a la actual saga judicial, tecnológica y geopolítica de Pavel Durov.

Telegram es geopolítica

Pavel Durov es ahora un rehén de alto nivel en uno de los nodos clave de la OTAN, Francia.

La matriz de inteligencia militar/vigilancia/económica de la OTAN ha conseguido por fin la influencia que buscaba activamente desde hace tanto tiempo. Por el momento no hay respuesta a la pregunta clave: ¿qué ofreció Durov a sus captores para ser «recompensado» con un régimen temporal de semilibertad tras pagar una fianza que para sus estándares equivale a dinero de bolsillo?

A Durov se le acusa esencialmente de no «colaborar» o «cooperar» con la inteligencia occidental. Su única obsesión es controlar el sistema de moderación de contenidos de Telegram, tener acceso total por la puerta trasera y, finalmente, prohibir todos los canales rusos, que han sido fundamentales para llevar las historias reales sobre el terreno, desde Ucrania hasta el África subsahariana y más allá.

Telegram es la red social elegida por la Mayoría Global. Telegram está en el corazón de la geopolítica. Así que este es otro capítulo de la Guerra Híbrida sin cuartel del Occidente Colectivo contra la Mayoría Global.

Telegram también se utiliza ampliamente en Rusia por organismos públicos y militares. Es casi seguro que Pavel no tiene las legendarias claves de encriptación de Telegram, pero su hermano, el genio matemático Nikolai, sí las tiene.

Por el momento, nadie conoce los términos del acuerdo que ha conducido a la semilibertad de Pavel. Lo que está claro es que se ha hecho algún tipo de concesión: Durov no se ha convertido en Assange 2.0. Estas concesiones podrían incluir la entrega de información seleccionada en un modo «judicial» clásico que no comprometería los secretos de Estado rusos.

Los hermanos Durov son sin duda conscientes de que cualquier información que lleve a la inteligencia occidental a acosar a blogueros y canales por su postura política comprometería fatalmente la credibilidad de Telegram.

Dependiendo de cómo avance la «investigación» de la megaburocracia francesa, y de si el sistema decide llevar a Durov a juicio o incluso bloquear Telegram en la Unión Europea, eso sólo beneficiará a Telegram a nivel mundial.

La saga no ha hecho más que empezar. Tal y como están las cosas, el mundo está esperando una palabra del propio Pavel Durov. En Telegram.

Fuente: Strategic Culture Foundation

El presidente chino, Xi Jinping, ese reúne con el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan (CGTN, 30.08.2024)

Arresto de Durov: ¿Quién controla Telegram? (Alexander Mercouris – SaneVox, 29.08.2024)