“El mayor criminal en activo”, es propuesto por la ONU como modelo de lucha contra el hambre y la discriminación

El pasado 7 de junio, la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, explicaba con satisfacción en el Senado que, en claro reconocimiento del compromiso español en favor de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon acaba de elegir a José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del grupo internacional que impulsará el efectivo cumplimiento de éstos. Lo hará en representación de los países desarrollados y compartirá el honor de dicha presidencia con el representante de los países en vía de desarrollo. Se trata de los ocho objetivos que los 192 países miembros de las Naciones Unidas se propusieron para el 2015. En septiembre de 2000 se escenificó en nueva York la solemne Declaración del Milenio que se proponía, por fin, objetivos anhelados por millones de seres humanos: objetivos tan nobles como son la erradicación de la pobreza y el hambre, la enseñanza primaria universal, la igualdad entre los géneros, la reducción de la mortalidad infantil o la sostenibilidad medioambiental.

Hasta aquí todo es maravilloso, pero… ¡oh sorpresa!: tan honroso regalo a nuestro presidente lleva escondido en su interior, al igual que un roscón de Reyes, un sorprendente “regalito”. Aunque ahora no se trata del haba seca que, ya desde el siglo III, convertía en rey de reyes por unos días a aquel afortunado que tenía la suerte de encontrarla en su correspondiente porción. Se trata de un regalo envenenado que convertirá a Zapatero en el penoso símbolo mundial del impensable grado de corrupción al que ha llegado la ONU. Una ONU manipulada por una reducida, poderosísima y opaca élite global que es la máxima responsable de una situación mundial con efectos colaterales altamente criminales y masivos, una ONU corrupta que quiere ser convertida por algunos en el nuevo y único Gobierno Mundial. Ese regalo no es otro que aquel monstruo que ha sido elegido como copresidente del grupo, en representación de los países no desarrollados: Paul Kagame, presidente de Ruanda.

¿Quién es este individuo? Paul Kagame es aquel que, según múltiples testigos, en octubre de 1990, tras el asesinato de su compañero el moderado general Fred Rwigema, se hizo con el liderazgo del Frente Patriótico Ruandés, que acababa de invadir Ruanda desde Uganda. Kagame marcó unas nuevas estrategias: provocar el terror en la gran masa hutu y el despoblamiento de una gran parte del país a fin de alcanzar más fácilmente el poder en la capital, Kigali. Fue así que, en seguimiento de sus órdenes, y sólo a título de ejemplo, miles de campesinos hutus fueron abiertos en canal y atados a algún objeto con sus mismas tripas, para que de ese modo los encontrasen sus familiares y conocidos. Es aquel que dio la orden de asesinar a nueve ciudadanos españoles, testigos molestos de sus fechorías. Es aquel que dio la orden de asesinar a tres obispos y decenas de personas que los acompañaban, diciendo a sus subalternos desconcertados, que dudaban de haber entendido bien sus órdenes: “Ya os dicho que limpiéis esa basura”. Es aquel que, utilizando personalmente una poderosa ametralladora, asesinó entre risotadas a decenas de civiles hutus que se encontraban en un mercado. Es aquel que, aún recientemente, se lamentaba en un exaltado discurso de haber asesinado sólo a unos cientos de miles de refugiados hutus en el Congo y no a todos ellos… Sería interminable la lista de ejemplos semejantes. Pero cualquiera puede encontrarlos en el Auto emitido por el Juez Fernando Andreu Meralles el 5 de febrero de 2008, en el que se responsabiliza a Kagame de los más graves crímenes calificados por el derecho internacional y se dicta orden de arresto contra cuarenta de sus más importantes colaboradores. Es, en definitiva, como dice Filip Reyntjens junto a otros muchos expertos que lo conocen bien, “el mayor criminal en activo” de nuestro mundo.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio quedan así tan degradados que sólo aparecen ya como una mascarada, como un filantrópico lavado de imagen del enorme pillaje que una poderosa élite de nuestro mundo globalizado, utilizando a monstruos como Kagame, está llevando a cabo en países como el Congo, países de los que esa élite pretende además ser la gran benefactora. No conozco una metáfora que sea tan reveladora del lamentable estado actual de nuestro mundo como es esta presidencia filantrópica en la ONU de ese criminal de masas. ¿Es eso lo que usted acepta personificar junto a él, señor Zapatero? ¿Ser el nuevo rostro visible mundial de una farsa filantrópica que ahonda ya sus raíces en las sociedades secretas de hace siglos; farsa criminal que es hoy una de las estrategias básicas para alcanzar el Nuevo Orden Mundial en el que la ONU debe ser el “benéfico” instrumento principal?

¿Quiénes son aquellos que, ostentando tanto poder como para marcar una agenda criminal a la ONU, son capaces de corromper de tal manera todo lo más sagrado, todos los más hondos anhelos de la humanidad? ¿Cómo hemos podido llegar a tanta perversión y locura colectivas, llegar a aceptar como modelo de referencia de los Objetivos del Milenio a alguien que es no sólo el responsable del gran empobrecimiento del Congo y de la masa de campesinos hutus de Ruanda sino de que ambos países hayan sido arrasados y hayan muerto millones de ruandeses y congoleños? ¿Qué importantes intereses tienen esas élites en el Congo y en toda el África Central para actuar abiertamente con un cinismo tan increíble, proponiendo al mundo como modelo a semejante monstruo? Se entiende ahora perfectamente que Ban Ki-moon no haya respondido al juez Fernando Andreu Meralles, quien en un nuevo Auto de inicios de 2009 le demandaba las pruebas del pillaje del Congo ejecutado por Kagame. Se entiende también que el grupo de expertos de la ONU, en el informe de noviembre de 2009, nos acusara a nosotros, la pequeña organización promotora de dicha querella, de ser la más importante financiadora del enorme conflicto del Congo. ¡Qué excesivo es todo en esta increíble historia!

Señor Zapatero, esta denuncia no es contra usted, sino a favor suyo. Es la denuncia de personas profundamente defraudadas por su comportamiento frente al mayor conflicto actual, un conflicto en el que han sido asesinados por orden de Kagame nueve ciudadanos españoles; personas que, sin embargo, en su momento le votaron y que aún ahora no desean verle caer tan abajo. No ceda una vez más, presidente. Esta vez no, por favor. Sería demasiado denigrante. Tenga cuidado con quienes desde fuera o incluso desde dentro de su mismo círculo de confianza, le llevan a situaciones tan bochornosas. No nos insulte a tantos españoles que sabemos el significado de lo que usted va a hacer. Ahora ya no podrá decir que no lo sabía. ¿O acaso está pagando algún “favor” a aquellos que mueven los hilos de nuestro mundo? Señor Zapatero, no comparta la presidencia de los Objetivos del Milenio con Kagame, no pase a la historia como el cómplice de semejante monstruo y de sus poderosísimos padrinos en su operación de expolio y engaño globales. Van a quedar en evidencia a corto plazo. No les de la mano, no se ensucie usted también con sangre inocente.