Parece ser que los análisis que realicé en la primera parte del presente artículo son tan “políticamente incorrectos” que jamás encontrarán un cauce para ser publicados en los medios “serios y responsables”. Incluso aunque haya sido uno de estos medios el que me solicitó un artículo. Demos, por tanto, una vuelta de tuerca más sobre las cuestiones que en él traté. Pero hagámoslo citando, solo y exclusivamente, a militares, políticos, diplomáticos o periodistas que hayan formado parte del Sistema anglo/occidental. Ya se trate de personas honestas que desde relevantes posiciones de liderazgo han ido evolucionando hacia la verdad y la dignidad o de gentes que, como el mismo Netanyahu, siguen empecinados en sus crímenes. Quizá así consiga eludir la permanente y cansina acusación de ser un “radical antisistema” con la que me toca convivir desde hace demasiados años, al igual que les sucede a otros. Aunque, si he de ser sincero, no creo que consiga nada positivo. La avasalladora, elaborada y omnipresente propaganda BlackRokista parece haber dañado irremediablemente las conexiones neuronales de demasiados de “los nuestros”. Las personalidades que a continuación citaré son tan solo una pequeña muestra de los muchos otros que también podrían ser citados para fundamentar los análisis que realicé en la primera parte de este artículo. Voy a tratar las diferentes cuestiones por el mismo orden en el que aparecían en él.

Empecemos por el alarmismo en el que ya parece caer el mismo título del artículo

En la primera parte enfrenté de cara la extendida manía, inducida desde los poderes BlackRockistas, de ver conspiracionismo en cualquier crítica al llamado Estado Profundo, por documentada que esté esa crítica. Ahora corresponde enfrentar la acusación de alarmismo excesivo. ¡Qué exagerado es -dicen- el hablar de una Gran Escalada ya cercana! Curiosamente, al igual que la acusación de conspiracionismo, la de alarmismo está hecha también, demasiado frecuentemente, por conciudadanos nuestros que, apoltronados en sus sofás frente a las televisiones, jamás salen de la cómoda y adormecedora burbuja “informativa” BlackRockista. Una burbuja en la que el silenciamiento de cuestiones fundamentales es peor que las mentiras. Los europeos vivimos en el plácido jardín del señor Borrell… ¡cómo se puede ser -dicen- tan crítico y tendencioso! Pero veamos qué piensan otros de los nuestros.

Sí, ya acabó la hegemonía mundial absoluta anglo/occidental

Se trata de algo tan evidente, que me limitaré a citar al profesor Jeffrey D. Sachs, en su último artículo. Este economista ha sido incluido dos veces en la lista de las personas más influyentes del mundo elaborada por la revista Time. Es el presidente de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU y ha servido como asesor especial de los secretarios de ella Kofi Annan, Ban Ki-moon y António Guterres, así como de los presidentes rusos Gorvachov y Yeltsin. Para él, la reciente cumbre de los BRICS en Kazán, con la asistencia de los representantes políticos de más de la mitad de la humanidad, debería marcar el fin de las fantasías hegemónicas de los neoconservadores. Fantasías fundamentadas en los delirios de personajes como el fallecido Zbigniew Brzezinski. Pero no parece que estas gentes sean capaces de hacer pie en la realidad. Y, detentando tanto poder, son un gran peligro para toda la humanidad.

 Sí, el Estado profundo está decidido a usar armas termonucleares en cuanto lo considere necesario

Hace un par de meses, el coronel Lawrence Wilkerson, jefe del Gabinete del secretario de Estado Colin Powell, afirmaba en una entrevista que ha sido eliminada por Youtube que seguramente el Estado Profundo querrá llegar hasta el final, aunque eso signifique el recurso a armas termonucleares. Tras lamentar profundamente el no haber sido más lúcido en el momento de la decisión del ataque a Irak, ha criticado duramente a la camarilla neoconservadora de Cheney y Rumsfeld, así como la nefasta influencia del lobby judío (criticando en particular a Elliott AbramsPaul Wolfowitz y Richard Perle) en la Administración estadounidense. Se ha atrevido incluso a hacer denuncias como aquella de que el ataque químico de Ghouta fue una operación de falsa bandera israelí para desacreditar al gobierno de Bashar al-Assad en Siria.

Sí, debemos preocuparnos mucho por la posibilidad de una guerra nuclear

Por su parte, un Jeffrey D. Sachs muy alejado de sus antiguos compañeros que forman parte del Estado profundo (Dick Cheney, Joe Biden, Kamala Harris, Victoria Nuland…), denuncia (sin posibilidad de equívoco alguno, sin ocultar sus nombres) sus condenables comportamientos. Así lo hizo en un encuentro con John Mearsheimer que llevó este título: “¿Es inevitable la guerra nuclear? ¿Qué es el Estado Profundo?”. Los acusa de haber arruinado desde los noventa “nuestras” políticas hacia Rusia. El único objetivo de esta delirante elite es el poder hegemónico. De ahí a la decisión de apretar el botón nuclear solo hay un pequeño paso. Acabo este apartado con una frase de Sachs en dicho encuentro: “Creo profundamente que estamos cerca de una guerra nuclear porque tenemos una mentalidad [de pretensión de poder hegemónico único] que nos lleva en esa dirección. Tenemos la mentalidad de que todo es un desafío para nuestra supervivencia y de que, por tanto, la escalada es siempre el enfoque correcto […]. Te aconsejo [al contrario de lo que dijo Bill Burns, director de la CIA, mintiendo de nuevo] que te preocupes mucho por la guerra nuclear”.

Sí, antes del llamado genocidio de los tutsis los supuestos liberadores cometieron grandes atrocidades: el objetivo final eran los enormes recursos del Zaire

Precisamente en estos mismos días, nuestro amigo Charles Onana, al que pretenden juzgar en París por negacionista, está provocando un verdadero terremoto al volver a sacar a la luz un silenciado holocausto de más de diez millones de víctimas mortales. Relevantes personalidades (como el coronel belga Luc Marchal, comandante de las fuerzas de la ONU en Kigali en los días de aquel genocidio; Johan Swinnen, embajador belga en Ruanda hasta aquellas fechas; o diversos altos cargos militares franceses bien conocedores de los acontecimientos reales, muy diferentes a los que proclaman la falsaria versión oficial de aquella enorme tragedia) están reapareciendo en escena para desenmascarar tanto silenciamiento y tanta falsedad.  

Sí, la doctrina de que “la invasión de Ucrania por Putin fue una agresión no provocada” es una gran farsa

Jack Madlock, embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética desde 1987 a 1991 (justo antes de la disolución de esta), rechaza absolutamente tal falacia. Afirma: “Hablo desde la experiencia de alguien que estuvo muchos años en esa área y que fue uno de quienes se opusieron desde el principio a la expansión de la OTAN, porque predije que crearía tales cosas [como la guerra actual]”. En la primera parte de este artículo, para argumentar que la “no provocación” era una falacia, tan solo recurrí, a fin de no extenderme demasiado, al argumento de las gravísimas agresiones sufridas desde 2014 en el Donbass por las poblaciones étnicas rusas. Pero tan grave o más que eso ha sido la expansión de la OTAN, que ha llegado al punto de convertirse en una cuestión existencial para la Federación Rusa.

El influyente diplomático estadounidense George F. Kennan, que acabó convirtiéndose en un crítico realista de la política exterior de su país, lo expuso de modo inequívoco: George Kennan: la extensión de la OTAN al este, “un error fatal” | Conversacion sobre Historia.

Actualmente el Estado Profundo sigue obsesionado en avanzar por aquel mismo camino delirante y suicida seguido por Europa desde la Edad Media: la destrucción definitiva de la Federación de Rusia por parte de Occidente. Lo mismo que ya se logró con la Unión Soviética. En esta gran farsa, hasta las grandes ONGs anglosajonas para “la democracia” y “los derechos humanos” juegan su luciferino cometido (minuto 28 del anterior video), el de pretender ser luz en medio de las tinieblas. Rusia es la intolerable evidencia de que Occidente no es el estadio superior de la raza humana. Una evidencia intolerable. Además, es un enorme territorio de incalculables recursos naturales. A la arrogancia herida, como la de la madrastra de Blancanieves, se suma la avidez.

Para referirme también a algún español, sería muy ilustrativo escuchar al periodista Rafael Poch-de-Feliu, corresponsal en Moscú (entre otras muchas cosas de su dilatado CV) desde 1988 hasta 2002, corresponsal de un diario nada sospechoso de “antisistema” como es La VanguardiaLo que nunca te habían contado sobre el revuelto contexto geopolítico. Efectivamente es muy ilustrativo oírle recordar que más del 80% de ucranianos no quería la entrada en la OTAN, que durante décadas se buscó insistentemente el control de Ucrania para convertirla en un poderoso instrumento para el enfrentamiento con la Federación Rusa a fin de desmembrarla y dominarla, etc.

Sí, ni el 7 de octubre fue el inicio que algunos pretenden ni Israel es la víctima

Israel es ahora el agresor que pretende ser “la” (única) víctima, afirma enérgicamente Gideon Levy, periodista israelí  del diario HaaretzGideon Levy, periodista israelí: “Israel castiga a Gaza desde 1948” | Interferencia. Demasiada arrogancia, demasiado fanatismo, demasiada crueldad. Aquellos que aman verdaderamente al pueblo judío deberían denunciar al actual sionismo suicida, impuesto en los inicios por los poderes anglosajones sobre aquella minoría sionista que no deseaba la partición de Palestina sino simplemente ser acogidos por los palestinos. Rafael Poch también afirma en el video anterior: Israel se está suicidando, ahora (“gracias” a tantos y tan graves agravios a los palestinos) es el lugar más inseguro para aquellos judíos que allí buscaban seguridad, etc.

A pesar de su ascendencia judía y de haber vivido doce años en Israel, Sylvain Cypel, redactor jefe de Le Monde, el más importante diario en francés, ha dado este título a su último libro: El Estado de Israel contra los judíos. Y sé por propia experiencia que Le Monde es sin duda alguna un importante bastión globalista, como en España El País. No es ni mucho menos un medio antisistema, como dicen que lo soy yo. En plena carnicería de refugiados hutus en el Zaire, Sylvain Cypel me recibió muy amablemente en su despacho. Ciertamente esa entrevista fue posible gracias a que ya empezaba a configurarse el grupo de casi dos decenas de premiados con el Nobel que iban apoyando nuestras declaraciones, acciones y denuncias. El caso es que, tras casi una hora y media de conversación, me dijo con toda franqueza: “Juan, seguramente tienes razón en tus análisis [tanto sobre la autoría del doble magnicidio del 6 de abril de 1994 como sobre las grandes masacres de refugiados], pero es demasiado políticamente incorrecto para ser publicado por Le Monde”.

Casi una década después, el juez antiterrorista francés Jean-Louis Bruguière, en su Auto del 17 de noviembre de 2006, afirmaba exactamente lo que Sylvain Cypel no quiso o no pudo publicar sobre el atentado del 6 de abril de 1994. Y el 27 de agosto de 2010, con motivo de la filtración del informe Mapping del 1 de octubre de 2010 del Alto Comisionado para los Refugiados, Le Monde publicaba un extenso dossier sobre las grandes masacres de refugiados sobre las que Sylvain tampoco quiso o pudo publicar nada.

Sí, efectivamente se está llevando a cabo una limpieza étnica total en Gaza

En la citada entrevista eliminada por Youtube, el coronel Lawrence Wilkerson confirmaba la valoración de la prestigiosa revista médica The Lancet, según la cual las víctimas en Gaza hasta finales de junio de 2023 serían 186.000. Ni al Gobierno israelí ni a Hamas les interesa difundir semejante cifra (a unos por la magnitud de sus crímenes y a otros por la magnitud del desastre desencadenado a partir de su ataque del 7 de octubre). ¿Cómo se puede minimizar tan fácilmente semejante barbarie y, al mismo tiempo, magnificar tan excesivamente lo realmente sucedido en el ataque del 7 de octubre, unos acontecimientos que han sido distorsionados en una versión oficial llena de falsedades (como la falsa y ya desenmascarada decapitación de 40 bebés)? En opinión del coronel, Israel no existirá por mucho tiempo (algo que en su momento ya afirmó Henry Kissinger).

Como expresa con dolor y fuerza otro peso pesado de la política estadounidense de hace unas décadas, Paul Craig Roberts, subsecretario del Tesoro en la Administración Reagan y editor/columnista de Wall Street Journal, “En Gaza, los niños sufren amputaciones sin anestesia. La poca agua disponible está contaminada. Todo el mundo está enfermo. Washington sigue enviando armas que se utilizan desde el aire contra poblaciones puramente civiles. Las enfermedades y el hambre acabarán el trabajo de los estadounidenses y los israelíes. Es Estados Unidos el que ha permitido este genocidio. Y los estadounidenses, en su existencia despreocupada, creen que son la sal de la tierra”.

Sí, el 7 de octubre fue el evento que justificó esa gran limpieza étnica: Netanyahu y las bolsas lo sabían anticipadamente

En la actual elite política israelí la cosa está muy clara: «Gracias a Hamás evitaremos la implementación de los dos estados». Son personalidades honestas y valientes (como el historiador de la Universidad Hebrea de Jerusalén Zeev Sternell o el congresista Ron Paul) las que se atreven a denunciarlo: Hamás fue llevada por el Mossad y los servicios secretos anglosajones a la posición de poder que ha conseguido ocupar.

El 7 de octubre solo fue la culminación de las estrategias llevadas a cabo por Netanyahu y los suyos desde hacía dieciséis años. Estrategias mediante las cuales han conseguido acabar con los moderados que intentaban avanzar en la vía de los dos estados. En su momento ya me hice eco de las informaciones que evidenciaban que la Bolsa se anticipaba sin duda alguna a los acontecimientos que vendrían.

Así que… ¿hay que seguir esperando un grave evento? Pues yo diría que sí

Sería hora de ir tomando conciencia de que la mentira de estas gentes es sistemática, a fin de no caer una y otra vez en el engaño.

¿Hemos olvidado ya las denuncias del general Wesley Clark, comandante supremo de la OTAN durante la guerra de Kosovo, sobre el delirante proyecto de iniciar guerras una tras otra? En su libro Winning Modern Wars (Ganando las guerras modernas), el general trascribió su conversación con un oficial militar del Pentágono de su confianza poco después del 11 de septiembre: “Cuando volví al Pentágono en noviembre de 2001, uno de los oficiales superiores del personal militar tuvo tiempo para charlar. Sí, todavía estábamos en camino de atacar Irak, dijo. Pero había más. Esto se estaba discutiendo como parte de un plan de campaña de cinco años, dijo, y había un total de siete países, empezando por Irak, luego SiriaLíbanoLibiaSomaliaSudán y terminando con Irán”.

¿Hemos olvidado también las terroríficas denuncias del coronel Richard Black, jefe de la División de Derecho Penal del Ejército en el Pentágono y ex oficial del Cuerpo de Abogacía General de la Marina, en la entrevista titulada “Estados Unidos lleva al mundo a una guerra nuclear”?

El último evento que ha provocado numerosas declaraciones sobre la licitud y la necesidad de utilizar ya misiles de largo alcance para atacar en el interior de Rusia (algo que seguramente Rusia no tolerará, a diferencia de cuanto está tolerando hasta hoy) es la llegada a Ucrania (real o no) de miles de soldados de Corea del Norte. Curiosa justificación, cuando es incuestionable que, contra Rusia, han participado en la guerra más de 13.000 “mercenarios” de todo el mundo Cantidad de mercenarios en Ucrania, en cifras – 27.07.2024, Sputnik Mundo, casi la mitad de los cuales han sido abatidos.

Foto: Coronel Lawrence Wilkerson

Coronel Lawrence Wilkerson sobre Ucrania, la OTAN y la política militar y nuclear de Estados Unidos (Community Church of Boston, 29.07.2024)
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