El día 27 de agosto el diario Le Monde filtró la noticia de que un extenso informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que dirige la sudafricana Navanethem Pillay, informe no hecho público aún oficialmente pero que ahora ya circula libremente, califica como “crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, hasta de genocidio” los crímenes “sistemáticos, metódicos y premeditados contra los hutus”, en su “mayoría niños, mujeres, ancianos y enfermos”, realizadas por el FPR (Frente Patriótico Ruandés) en 1996-1997 en el Zaire. La investigación abarca los crímenes cometidos en el Zaire/Congo durante toda la década que va desde 1993 hasta 2003 y Ruanda no es el único país incriminado. Pero el exterminio sistemático realizado por el FPR de refugiados hutus ruandeses y otros hutus congoleños, eliminados violentamente o mediante el bloqueo sistemático de los alimentos que les estaban destinados, podría ser considerado, como afirma Jean-Philippe Rémy en Le Monde, “el corazón del informe.” En todo caso es evidente que, como a su vez aclara Christophe Châtelot en el magnífico artículo principal de este amplio reportaje, el informe “es demoledor, principalmente para Ruanda”…Seguir leyendo