Para intentar explicar muchas de las claves ocultas de estas semanas de negociaciones en Madrid, algunos responsables de Podemos y otros grupos de izquierda, así como algunos buenos analistas, se refieren con una cierta frecuencia a los intereses y maniobras de las grandes empresas del Ibex-35. Seguramente no andan muy errados. Como ha expuesto David Hernández, por ejemplo, en esencia se trataría de poner en marcha en España un plan B, una especie de opción Renzi (Sánchez+Rivera). Dado que la lamentable situación del PP hace inviable el plan A (PP+Ciudadanos) y dado que la gran coalición (PPSOE) también se ha ido viendo inviable, se trataría de evitar a toda costa que Podemos se convierta en una fuerza mayoritaria que llegue al Gobierno como ha sucedido con Syriza en Grecia. 

Ciudadanos no solo habría cumplido la función de apuntalar al PP sino también la de fragmentar la tendencia al cambio. Se la habría potenciado como alternativa a un PP tan corrupto que hace aguas por todas partes. Y se la estaría todavía potenciando, incluso acorralando más aun al PP a fin de que entre en un periodo de regeneración y se abstenga en el momento de la próxima votación de Pedro Sánchez a la presidencia. Entretanto, hay que dar a Pedro Sánchez la talla del gran estadista que nos sacará del atolladero (mientras se radicaliza la imagen de Pablo Iglesias y se favorece la de Alberto Garzón), obligando a callar a toda voz crítica dentro del PSOE.

Yo tan solo suelo denunciar aquellas cosas de las que no solo estoy seguro sino que además tengo información contrastada, pero la verdad es que estos análisis me parecen bastante sensatos y coherentes. De hecho, los sucesivos posicionamientos de Felipe González (el de las puertas giratorias de entrada y salida desde la política a alguna de las más potentes empresas de ese Ibex-35) fueron muy claros: primero pidió a Pedro Sánchez que dejara gobernar al PP, para finalmente solicitar a este, siempre vehementemente, que deje gobernar a Pedro Sánchez. Creo que se trata de un cambio de posiciones muy revelador viniendo de quien viene: de un eximio personaje que, en la alta política, está al servicio de los más importantes poderes económicos nacionales e internacionales.

Me pregunto si hasta el mismo ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, el de tantas intervenciones dignas de ser olvidadas, no estará esta vez tan desencaminado cuando habla de acoso judicial al PP. Muchas voces se han alzado indignadas ante la sola insinuación de que la justicia no fuese tan independiente como debería. Pero yo me pregunto por qué entonces cayó como una losa sobre el juez Baltasar Garzón, llegando a acabar incluso con su carrera, cuando este intentó ir en serio a por los altos cargos del PP responsables del caso Gürtel. Así que Fernandez Díaz debe saber algo de todo este tipo de hipotéticas maquinaciones económico-político-judiciales. Quizá lo que le falta es tan solo confirmar sus denuncias refiriéndose a situaciones anteriores en las que su PP parecería haber jugado más bien el papel de co-acosador. Seguro que así sus insinuaciones habrían tenido mucha más credibilidad y fuerza.

Como digo, son relativamente frecuentes las alusiones al posible rol del Ibex-35 en este momento crucial. Sin embargo, pocas veces oigo o leo referencias a algo mucho más decisivo que los resultados de las citadas negociaciones en Madrid: la Troika ya lo viene avisando… ¡el nuevo gobierno tendrá que hacer más recortes! A esta elitista cúpula europea (más bien globalista) le importa un rábano quien gobierne en España con tal de que se ejecuten sin resistencia alguna sus recetas de más austeridad. Y estas directrices de Bruselas, tan decisivas para la sociedad española, no me parecen suficientemente tratadas por nuestros políticos tan atareados en sus negociaciones. A los del PPSOE, que han sido y seguirán siendo quienes apliquen tales recetas, no parece interesarles demasiado el hablar de ellas. Y para los otros, quizá no sea el momento de dar una imagen de radicales antieuropeos. O quizá haya otros motivos, que ahora se me escapan (¿falta de perspectiva amplia?), que expliquen tanto silencio sobre algo tan serio, algo que nos trae el recuerdo de los grandes sufrimientos del pueblo griego.

La semana pasada relativicé también las negociaciones a la española al compararlas con la transcendencia para nosotros de las primarias estadounidenses. Primarias en las que parece que con Bernie Sanders se reactiva la gran lucha entre los intereses particulares de las grandes “familias” financieras y los de todo el pueblo estadounidense. Se trata de una lucha que ya dura siglos pero que últimamente estaba latente, dado que estas “familias” han conseguido secuestrar eficazmente al Estado. Pero entre Wall Street y el Ibex-35… están la Troika (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y el Eurogrupo. Y con ellos vienen la austeridad y los recortes. Unos recortes que convertirán en raquítico el margen de actuación que le quedará al nuevo Gobierno de España. Por lo que he considerado conveniente dedicar este y el próximo artículo (como mínimo) a algo que tanto nos afecta.