Los acontecimientos recientes muestran cambios significativos en la estrategia de los países occidentales que participan en el conflicto sirio. Los EE.UU. han enviado fuerzas de tierra a la región, incluidas las unidades de operaciones especiales. El Ejército del Aire francés ha aumentado considerablemente el número de salidas, y las tropas de reacción rápida de Francia y unidades navales se están acercado a Siria. 

El Reino Unido también ha comenzado a participar en los ataques de la coalición anti-ISIS liderada por Estados Unidos en territorio sirio. Del mismo modo, Alemania ha comenzado a desplegar sus aviones y a reubicar casi a 1.200 soldados de reacción rápida para el campo de batalla en Siria e Irak. Turquía está desplegando una gran fuerza de ataque militar en la frontera con Siria, incluyendo un número de unidades blindadas. Parece que los poderes de la OTAN han comprendido que ha fracasado la estrategia dirigida a la destitución de al-Assad por una amplia gama de grupos militantes, incluyendo a ISIS, que está respaldado por Turquía y los EE.UU.

De acuerdo con el escenario inicial aplicado por Occidente, ISIS y otros grupos militantes, engañosamente llamados la oposición moderada, iban a llevar a cabo un escenario como el de Libia en Siria y derrocar o preferiblemente matar a al-Assad, y sumir a todo el país en el caos. Entonces la coalición liderada por Estados Unidos comenzaría una operación militar a gran escala para detener a los terroristas que amenazan a la «oposición moderada» en Siria, desplegaría fuerzas de la OTAN sobre el terreno y tomaría el control de la infraestructura petrolera y logística crucial. Corporaciones petroleras occidentales apoyadas por la OTAN restaurarían entonces la situación tal como existía hace más de 40 años. Siria sería víctima de la explotación total de los poderes extranjeros. El Mediterráneo se convertiría en el lago interior de la Alianza.

Ahora está claro que Siria no caerá bajo la presión del grupo terrorista. Las fuerzas sirias respaldadas por Rusia e Irán están cobrando impulso, ciudades e instalaciones anteriormente controladas por militantes son recapturadas. Los aliados de la OTAN necesitan con urgencia un nuevo plan para mantener el control, al menos, del corredor de petróleo del norte de Irak y tratar de tomar ventaja de esta oportunidad para involucrar a Rusia en una guerra costosa larga, es decir, para lograr lo que no pudieron hacer en Ucrania. Esto significa que el contingente de la OTAN debe ocupar la infraestructura fundamental, incluyendo yacimientos petrolíferos, antes de que las fuerzas gubernamentales sirias la liberen. Contra el gobierno, lo que significa contra Rusia y contra Irán, las fuerzas se establecerían en partes de una Siria dividida. La necesidad de una excusa para poner en práctica el cambio de enfoque podría ser la razón por la cual el ataque del 13 de noviembre en París no fue impedido por los servicios especiales occidentales.

La implicación del plan occidental para dividir a Siria en una serie de entidades vasallas conduce a 3 escenarios principales:

1) La acumulación militar y la escalada en la región podría llevar a abrir un conflicto militar entre la OTAN y la coalición alternativa anti-ISIS liderada por Rusia. Este conflicto regional podría conducir fácilmente a una guerra mundial. Por otra parte, Turquía, un estado miembro de la OTAN, ya ha demostrado que está lista para intensificar la situación a fin de defender su negocio petrolero ilegal relacionado con ISIS.

2) Si el Ejército Árabe Sirio con el apoyo de las fuerzas de la milicia, Irán y Rusia no es capaz de mostrar un éxito significativo en el campo de batalla, Siria podría ser fácilmente dividida por las fuerzas terrestres respaldadas por Occidente apoyadas por fuerzas aéreas y servicios de inteligencia de la OTAN. Una intervención militar directa para tomar el control de la estructura de petróleo y puntos logísticos cruciales también sigue siendo posible. Incluso si la OTAN y sus aliados regionales toman con éxito el control de una parte importante del país, es poco probable que eviten esta escalada. La situación sería más grave si se estableciera un régimen títere agresivo en el territorio de Siria. Teniendo en cuenta que la coalición alternativa anti-ISIS no depondría las armas, un conflicto abierto podría ser fácilmente provocado por las potencias interesadas.

3) Si las fuerzas del gobierno sirio apoyadas por Rusia e Irán toman el control de áreas clave del país, la coalición liderada por Estados Unidos se enfrentará al hecho de que Siria está de facto liberada de los grupos terroristas. Podría evitar una intervención militar directa de la OTAN. En este caso, los países de la OTAN podrían fortalecer su presencia en Irak y utilizarlo como un punto de apoyo para poner en marcha acciones más destructivas contra Siria. Sea como sea, este es probablemente el escenario más seguro para evitar una escalada mundial.