Del libro La hora de los grandes “filántropos” de Joan Carrero, enero 2012,
pp. 94-95
Muchos de los posicionamientos de Amnistía Internacional (en especial sobre Ruanda y el Congo), son como mínimo sorprendentes. El último es el llamamiento al Consejo de Seguridad de la ONU por parte de su secretario general, Salil Shetty, para que se actúe en Siria. ¿Acaso este señor piensa que el Consejo de Seguridad es el más noble e imparcial árbitro en nuestro mundo y que las anteriores intervenciones occidentales en Irak, Libia, etc., son la mejor referencia para la nueva intervención en Siria?
Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional, en [su artículo] “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe actuar para acabar con la represión en Siria” comienza, en el título mismo, admitiendo una ingenuidad básica, ahistórica. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas jamás ha actuado para acabar con la opresión en ninguna parte, es una herramienta de los poderes más opresivos sobre la tierra, y si actúan para acabar con la opresión de otros es para superponer su opresión mucho mayor. Hacerle la pelota a las potencias imperialistas, como si éstas fueran las garantes de los derechos humanos, dice mucho sobre la agenda eurocéntrica de Amnistía. Es una agenda tan en la bancarrota como las potencias a las que apela. […] Shetty condena la declaración de las Naciones Unidas: “se queda muy corta de lo que realmente se necesita.” ¿Y qué es lo que realmente se necesita? Shetty nunca llega a articularlo –“se tiene que hacer algo y hay que hacerlo ahora”– por tanto deja que se entienda leyendo entre líneas. Lo mismo que Fisk [periodista que también llama a una intervención militar occidental en Siria] [Shetty] escribe: “La impotencia del Consejo con respecto a Siria contrasta fuertemente con la rápida y decisiva acción que tomó en el caso de Libia. Pero, de hecho, son las repercusiones de su resolución contra Libia lo que ha paralizado al Consejo”. La “rápida y decisiva” acción contra Libia, cuando podría haber dicho la insensata prisa por un cambio de régimen que ha prolongado la guerra y violado los derechos humanos de muchos más libios de los que estaban en juego en febrero. En cualquier caso, a Libia se la convierte ahora en el punto de referencia de una buena acción (asombra que esta gente no invoque los buenos viejos tiempos del genocida programa “petróleo por alimentos” aplicado por las Naciones Unidas, entre otras de sus sanciones, contra el pueblo de Irak). Shetty quiere que Brasil, Sudáfrica e India se impongan sobre el Consejo de Seguridad para superar el desacuerdo político y hacer “algo” contra Siria. Habiendo posicionado la acción militar contra Libia como el punto de partida de la discusión, su lamento sobre la falta de acción contra Siria al menos implica un deseo de acción militar: entonces Siria y Libia serían iguales en su recepción del generoso cuidado y tierna atención de la OTAN. […] Más que increíble es que Shetty invoque la autoridad moral de sus vecinos árabes para hablar de Siria: “tales actores clave como la Liga Árabe, el Consejo de Cooperación del Golfo y ahora el gobierno de Arabia Saudita han hablado claramente contra los asesinatos allí [en Siria]”. Fisk no fue ni tan gracioso, ni tan incompetente. Esta es Amnistía Internacional, invocando la opinión saudí sobre derechos humanos, invocando las voces de los tiranos Estados del Golfo, una Liga Árabe de dictadores. “Ahora es el momento…” afirma Shetty, mimetizando la forma de construir la oración actualmente en boga en el Washington de Obama, “de tomar una postura y que cuenten contigo” ¿Tomar una postura y hacer qué? ¿De que cuente contigo… quién? “No deberían fracasar en la prueba siria,” concluye, […].1
Es extraño, además, que al secretario general de Amnistía Internacional no le interese la otra parte de la verdad: tal y como afirman diversos expertos (no ya el Gobierno sirio, que es parte interesada), no todas las víctimas de estos últimos meses en Siria son responsabilidad del Gobierno, ya que cientos de miembros del ejército han muerto también tiroteados; desde al menos 2005, Estados Unidos dedica importantes partidas a desestabilizar este país desde el interior, etc. Así, elementos armados en las manifestaciones han causado cientos de víctimas, con el objetivo de provocar el caos y la represión gubernamental (¡qué fácil es provocar un incendio!); esta represión es la que justificará futuros embargos e incluso la intervención internacional…
1 “Libia: enjabonar, aclarar, repetir; Siria: imperialismo liberal, negándose a aprender”, Maximilian C. Forte. Monthly Review 18 de agosto de 2011.Traducido para Rebelión por Mariola y Jesús María García Pedrajas.