«Se mataron los Acuerdos de Paz de Arusha cuando se mató a los presidentes de Ruanda y Burundi el 6 de abril de 1994. La ONU y las llamadas grandes potencias permitieron que se enterraran los Acuerdos cuando permitieron que el ejército del Frente Patriótico Ruandés, decidido a arrebatar este poder al pueblo y a sus representantes, eclipsaron el acuerdo de paz. El consenso de Arusha fue tirado a las ortigas. Todos los partidos políticos y líderes que apoyaron el proceso de Arusha fueron demonizados y criminalizados. Se robó al pueblo ruandés el derecho a decidir».

Quisiera dar las gracias a la Red Internacional de Mujeres por la Democracia y la Paz por concederme este premio, que lleva el nombre de la inspiradora líder, Victoire Ingabire Umuhoza. Espero ser merecedor de este honor.

Todos aquellos que apoyan la paz y la libertad tienen una deuda para con su Red porque se ha convertido en una institución que trabaja con valentía y coherencia para llevar la paz y la libertad a la región del África de los Grandes Lagos. Al establecer este premio anual, asumís el coraje y el ejemplo de una líder política excepcional. Vuestra actividad, diligente y consciente, vuestro sitio web, las asambleas y manifestaciones políticas son la prueba de que Victoire Ingabire Umuhoza no está sola. Gracias a vuestros esfuerzos, todos podemos unirnos a su campaña contra la tiranía. Los principios que ella encarna prevalecerán inevitablemente. Según el proverbio, «No hay héroes sin audiencia valiente». Gracias a todos los que estáis reunidos aquí y a los que dan su apoyo en todo el mundo y en la región de los Grandes Lagos, Victoire Ingabire Umuhoza puede contar con una audiencia valiente.

Victoire Ingabire ha estado en prisión durante 8 años. Se trata de un escándalo internacional: una dictadura, la de Paul Kagame, tiene miedo de una ciudadana que habla con el corazón. Nuestra causa común, la libertad política, se amplía porque Victoire Ingabire Umuhoza, a diferencia de sus verdugos, no busca el poder; busca justicia. Su objetivo es un sistema político funcional que respete los derechos de todos los ruandeses y respete sobre todo la libertad de expresión.

Como investigador de la defensa y locutor de radio, he hablado con ruandeses de todos los ámbitos, incluidos colaboradores cercanos de Paul Kagame. Comparten el objetivo de Victoire Ingabire –añadamos de Diane Rwigara– para establecer un sistema que proteja la libertad de opinión y la libertad de elección política. Y insistiré que los numerosos ruandeses que conozco que desean un sistema político representativo donde no haya intimidación, no están motivados en modo alguno por la venganza o el odio.

Recordemos ahora el período de principios de los años 90. Los ruandeses habían elegido claramente el tipo de gobierno que querían. Como consecuencia de las negociaciones, llegaron a un consenso. Esto fue llamado Acuerdos de Arusha de agosto de 1993. Después de años de guerra, los partidos políticos que representaban opiniones políticas diferentes acordaron un sistema multipartidista, con un poder judicial independiente, libertad de prensa y voto popular por sufragio universal. Estos acuerdos contaron con el apoyo de las organizaciones sociales, de la Iglesia y de todos los líderes de la nación.

Para todos aquí, es importante destacar que los Acuerdos de Arusha también contaban con el apoyo de embajadas extranjeras: Estados Unidos, Francia y la Organización de la Unidad Africana (hoy en día la Unión Africana) se comprometieron a garantizar que se cumpliera la promesa de un sistema multipartidista. Todo estaba en marcha para un orden democrático. Lo que pedimos hoy se previó en los Acuerdos de Arusha de 1993. Se trataba de nuestro objetivo común, nuestra responsabilidad común.

Pero se mataron los Acuerdos de Paz de Arusha cuando se mató a los presidentes de Ruanda y Burundi el 6 de abril de 1994. La ONU y las llamadas grandes potencias permitieron que los Acuerdos de Arusha fueran enterrados cuando permitieron al ejército del Frente Patriótico Ruandés, decidido a arrebatar este poder al pueblo y a sus representantes, eclipsar el acuerdo de paz. El consenso de Arusha fue tirado a las ortigas. Todos los partidos políticos y líderes que apoyaron al proceso de Arusha fueron demonizados y criminalizados. Se robó al pueblo su derecho a decidir. El precio pagado ha sido enorme. La mayoría de los presentes saben más que yo sobre la magnitud de esta tragedia.

Sin los principios de Arusha, nos encontramos un orden impuesto, un orden basado en la justicia del vencedor. Incluso en el tribunal de Naciones Unidas, que se comprometió a llevar ante la justicia a todos los que fueran culpable de crímenes contra la humanidad, nadie del Frente Patriótico Ruandés ha sido acusado. La justicia del vencedor no es justicia. Sólo se puede corregir estableciendo un orden judicial normal, como el previsto en Arusha, establecido por un sistema representativo popular.

Los Acuerdos de Arusha eran el camino a seguir. También debemos interpelar a los gobiernos y a los dirigentes políticos que, a través de la connivencia, han permitido al militarismo sustituir los valores internacionales de la democracia y la libertad de expresión. Debemos exigir que los organismos internacionales vuelvan al plan de trabajo de la democracia, lo mismo que el pueblo ruandés había propuesto.

Finalmente, recordamos que Victoire Ingabire Umuhoza es una defensora de la paz. Como dice el refrán, «cuando los fusiles callan, las musas se hacen escuchar».

Victoire Ingabire Umuhoza es una defensora de la paz con el Congo y Burundi, pide el fin de las incursiones militares y las amenazas de incursión, y el establecimiento de una sociedad democrática en manos de los civiles.

Las musas de la libertad serán escuchadas.

¡Viva Victoire Ingabire Umuhoza!