Todos aquellos que no son títeres dóciles de los grandes poderes financieros y del Estado profundo han sido y siguen siendo eliminados/marginados con el mayor descaro
Aunque algunas/os habéis echado en falta que no envíe artículos a www.l-hora.org desde hace muchos meses, por ahora seguiré sin hacerlo.
En primer lugar, creo que todo se ha vuelto ya tan descarado, que es muy difícil que mediante más análisis vayan a abrir por fin sus mentes aquellas/os que todavía no han sido capaces de entender lo que está sucediendo. Es increíble que, gentes que creen saber, sigan leyendo, viendo o escuchando a medios, sobre todo “progresistas”, que, por ejemplo, sobre el atentado a Trump ofrecen titulares como estos: “Trump resulta herido tras caer en un mitin”, “Dos muertos en un mitin de Trump”, “Aparente atentado a Trump”… Todos aquellos que no son títeres dóciles de los grandes poderes financieros y del Estado profundo han sido y siguen siendo eliminados/marginados con el mayor descaro. Solo quedan los fantoches. Sobre todo, los de máscara progresista o verde. Ellos son “los buenos” de esta película para unas sociedades cada vez más estupidizadas. Por el contrario, están “los malos”, aquellos que deben ser eliminados: Putin, Trump, Orbán, Fico…
Es increíble que las inercias mentales de tantos amigos aún no les permitan ver que la catalogación de derechas/izquierdas está totalmente obsoleta, que los “verdes” son ahora los más militaristas, o que los “progresistas” son los que jamás hacen la menor alusión a una OTAN que, progresivamente, va llevando a la humanidad y al planeta a un gran desastre. La verdadera línea divisoria está entre líderes/marionetas del globalismo anti-multeralista y líderes independientes. Hace doce años, cuando, en el libro La hora de los grandes “filántropos”, hice un extenso análisis sobre la infiltración de “nuestras” elites occidentales en el progresismo, hasta lograr un verdadero secuestro de él, quizá aún era pronto para ser aceptado. Igualmente lo debía ser cuando, en 2016 argumenté que, gracias a la derrota de Hillary Clinton frente a Trump, se retrasaría el proyecto apocalíptico de dichas elites para lograr aplastar a Rusia y China mediante la utilización de sus dóciles títeres demócratas (los Clinton, Obama, etc.). Pero a estas alturas del proceso y de los acontecimientos… ¿cómo se puede ser tan ciego aún? En la segunda parte de dicho artículo ya me referí a que seguramente se intentaría solucionar el problema mediante la eliminación física de Trump.
En segundo lugar, de todos modos, en www.l-hora.org podréis siempre encontrar una lúcida selección de importantes artículos (que no hayan sido publicados en castellano o catalán). Además, aparte de los compañeros que publican informes y análisis sobre Ruanda/Congo, cada vez hay más analistas de canales hispanos magníficos sobre los acelerados acontecimientos que la humanidad está viviendo: Juan Antonio Aguilar, Marcelo Ramírez, Adrián Zelaia, Alberto Iturralde, Alfredo Jalife, el coronel Pissolito, Dennis Small, Mikel Itulain, Victor Ternovsky, Ezequiel Bistoletti, Fernando Moragón, el coronel Baños, Lorenzo Ramírez, Jesús López, Miguel Ruiz, Enrique Refoyo y muchos otros que sería largo enumerar. Aparte de otras páginas no hispanas, pero con traducción al castellano, como, por ejemplo Red Voltaire, EIR o Global Research.
Muchos de los análisis de estos excepcionales líderes intelectuales y morales responden directamente a la cuestión sobre qué podemos hacer frente a semejantes retos:
- ¿Qué hacer II? (Juan Antonio Aguilar, DMP Geopolítica, 13.07.2024)
- Nos llevan a la guerra. ¿Qué hacer? (EKAI Center, 28.06.2024)
- Occidente: Una oportunidad histórica. (Adrian Zelaia, DMP Geopolítica, 11.07.2024)
Respecto al atentado contra Trump, me ha llamado especialmente la atención el análisis de Marcelo Ramírez.
En él, Marcelo se centra no solo en el hecho de que Trump pretenderá acabar con la guerra en Ucrania sino, sobre todo, en su descuerdo con las elites en las grandes cuestiones financieras. A diferencia de muchos otros análisis, pero al igual que yo hice en mi citado libro, considera que las verdaderas causas y claves de magnicidios como el de Kennedy hay que buscarlas en el secuestro de la Fed por las grandes familias “filantrópicas”, en la intención de los asesinados de cambiar toda esa situación, etc. Trascribiré tan solo un párrafo entre las decenas de páginas de las que entonces escribí sobre este trascendental asunto:
“Al extraño desconocimiento de lo que es la Reserva Federal se añade otro. No conozco a casi nadie que sea consciente de que todos aquellos presidentes estadounidenses que, al igual que Theodore Roosevelt, se enfrentaron enérgicamente (antes o después de él) a esos grandes monopolios, especialmente al monopolio del dólar, fueron asesinados o sufrieron, como él, intentos de asesinato: Andrew Jackson (1767-1845, séptimo presidente, al que se intentó asesinar), Abraham Lincoln (1809-1865, decimosexto presidente, asesinado a los cinco meses de iniciado su segundo mandato), James A. Garfield (1831-1881, vigésimo presidente, asesinado seis meses después de iniciar su presidencia), John F. Kennedy (1917-1963, trigésimo quinto presidente, asesinado a la mitad de su mandato aproximadamente)… Y ello sin contar ni a aquellos presidentes que ‘desaparecieron’ de la escena de manera menos violenta ni a las muchas otras personalidades políticas que sufrieron toda clase de serios problemas por causa de su enfrentamiento a tales monopolios.”
En conclusión, para mí ya no es tiempo de análisis. Los hice antes, durante décadas. Ahora es tiempo de soluciones. Y como estoy seguro de que, frente a tan poderosas y perversas elites anglo/occidentales (“satanistas”, como las califica el mismo presidente Putin), no son suficientes todos nuestros esfuerzos humanos, he escrito y publicado recientemente mi quinto libro. En él expreso y argumento mi convicción de que solo podremos triunfar en esta batalla decisiva y final para la humanidad bajo la inspiración y la fuerza de Aquel que ya venció a los poderes militares, a la mentira, a la injusticia, a la mezquindad, al odio, a la violencia, a los poderes económicos, a la tortura, a la desesperación, a los espejismos del supuesto realismo y la supuesta eficacia, al desánimo e incluso a la muerte.
Investigación en curso: Atentado contra Trump en Pensilvania (Marcelo Ramírez – Humo y Espejos, 14.07.2024)