Con el paso de los meses, un cúmulo creciente de informaciones hace cada vez más difícil creer en un origen natural de esta pandemia. E incluso en un origen accidental de ella, dado el conjunto de acontecimientos “casuales” que la han hecho posible. Acontecimientos que, sobre todo, han convertido tal pandemia -que no tiene unos índices de letalidad tan altos como los de otras pandemias pero con una potencialidad de contagio muy rápida y elevada- en una profunda crisis económica global. Me limitaré, por motivos de brevedad, a solo algunas de las muchas referencias posibles.

Me referiré, en primer lugar, a aquellas lecturas que me han recordado que Italia, el otro país en el que, al igual que en Irán, surgió un foco independiente del que se originó en Wuhan, es el único país díscolo de Europa y del G-7 que, pese a las muchas presiones, se integró hace un año en el que pronto será un histórico proyecto chino, el de la nueva Ruta de la Seda. En el gran diario globalista hispano, El País, nada sospechoso de veleidades fantasiosas ni conspiracionistas, se podía leer lo que sigue día 23 de marzo de 2019:

“Italia se ha convertido este sábado en el primer país del G-7 en formar parte de la nueva Ruta de la Seda china, el ambicioso proyecto de infraestructuras que pretende conectar Europa, Oriente Medio y Asia. Pese a los recelos de la Unión Europea, que ve en Pekín un ‘rival sistémico’, el presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, sellaron este sábado en Roma un memorándum de entendimiento para asegurar la entrada del país transalpino en la gran red de infraestructuras china repartida por los cinco continentes y también una treintena de acuerdos de colaboración en diferentes campos.

Italia, en plena recesión técnica y con una necesidad apremiante de inversión y financiación, percibe el acuerdo como un respiro y China, que ve en los puertos italianos un lugar ideal desde el que difundir sus productos e inversiones, es consciente del valor simbólico y político del acercamiento para afianzar su papel a nivel global.

La presión y las reticencias de las últimas semanas de la Unión Europea y de Estados Unidos, que temen un aumento de la influencia asiática en el viejo continente han limitado en parte las negociaciones. De los 50 acuerdos iniciales previstos, se han firmado solo 29 y se ha dado un importante paso atrás con el bloqueo de la entrada de Huawei, la compañía china líder en la tecnología móvil de quinta generación, en el desarrollo de las redes 5G en Italia.”

Así, aquella terrible “advertencia”, contra la tendencia de los italianos a votar a la izquierda comunista, que fue el gran atentado en la estación de trenes de Bolonia el 2 de agosto de 1980, no sería nada comparada con este mortífero actual mensaje -al estilo mafioso, un tipo de “mensajes” que las cúpulas políticas y económicas italianas conocen bien- para que Italia se deje de «veleidades» fuera del marco “correcto” y “único posible”, el atlantista. Recordemos que dicho atentado, que provocó 85 muertos y más de 200 heridos, fue llevado a cabo por la Red Gladio, la red terrorista secreta de la OTAN, pero adjudicado a las Brigadas Rojas en una operación propagandística al estilo de las campañas actuales de lavado social de cerebros.

En segundo lugar, otra lectura que ha “agravado” mi “paranoia” ha sido la de un artículo de la igualmente nada sospechosa Renee Parsons, esposa de Bob Parsons, socio de Bill y Melinda Gates y Warren Buffett en el proyecto The Giving Pledge. Téngase en cuenta que Bill Gates incluso ha sido acusado de estar detrás de esta gran crisis sanitaria, dada la gran información que tenía hace tiempo sobre esta posible pandemia. Ya en 2015 ofreció un mensaje premonitorio en una charla de Tecnología, Entretenimiento y Diseño (TED): “Si algo ha de matar a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, probablemente será un virus muy infeccioso más que una guerra. Puede que exista un virus con el que las personas se sientan lo suficientemente bien mientras están infectadas para subirse a un avión o ir al supermercado y eso haría que se extienda por todo el mundo de manera muy rápida”. Hasta el mallorquín más universal en la actualidad, el gran tenista Rafael Nadal, fue alertado por Bill Gates. Durante el pasado febrero le dijo en Sudáfrica que lo que estaba sucediendo en China era más preocupante de lo que parecía.[1] Por eso, por pertenecer al círculo íntimo de alguien acusado incluso de conspirador, me refería a la esposa de Bob Parsons como una persona nada “sospechosa”. Sin embargo el pasado 16 de marzo escribía lo siguiente en Global Research:

“Si hemos aprendido algo desde 1963 [¿por qué hace esta referencia?: se trata del año del asesinato del presidente John F. Kennedy], es a cuestionar todo lo que el gran gobierno, los grandes medios de comunicación y el gran dinero nos dicen, ya que siempre hay algo más que la historia ‘oficial’. […]

A primera vista, parece una curiosidad pasajera que los dos siguientes países más afectados por las infecciones del coronavirus, cada uno de ellos diferenciado de China y entre sí, tengan amplias relaciones comerciales con China. […]

Italia fue el único país del G7 que firmó la iniciativa «Cinturón y Carretera» con acuerdos de ciudades hermanadas en toda Italia.  Algunas de esas ciudades hermanadas han sido las más afectadas por el coronavirus.  Irán también ha sufrido un aumento de las infecciones ya que los funcionarios del gobierno han sido especialmente afectados, como si fueran un objetivo específico. Irán ha tenido una amplia asociación estratégica con China desde 2016 y, desafiando las sanciones de los Estados Unidos, ha seguido importando productos embargados de China mientras le  vendía su petróleo.

Cabe preguntarse por qué, de los 175 países del mundo, esos dos países, en particular, han experimentado específicamente la mayor presencia de coronavirus que ningún otro. Puede suponerse que la «coincidencia» no ha pasado desapercibida para los gobiernos chino, iraní o italiano.

[…] En caso de que no lo hayan notado, antes del coronavirus ha habido una lucha titánica por el dominio global que se está llevando a cabo por parte de Estados Unidos, Israel, Rusia y China a través de sus representantes soberanos. La manifestación más actual de esa lucha, por casualidad o no, es el brote de coronavirus.

[…]cualquier crisis puede ser utilizada para crear una nueva colectivización de la sociedad con un control global centralizado como la nueva realidad […]

El Banco Federal de Nueva York se movió rápidamente para aprobar un préstamo a corto plazo de 1,5 billones de dólares a los bancos por la ‘inusual’ interrupción de los servicios durante la crisis del coronavirus que huele más bien a un rescate por la puerta trasera para Wall Street.

La OMS, los CDC y las vacunas obligatorias

Una pandemia fuera de control alienta al público a confiar en los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) o en la OMS (Organización Mundial de la Salud) como «expertos médicos» definitivos en materia de salud pública. Mientras que ambos están completamente carentes de escrúpulos en sus compromisos con el dominio de la Gran Farmacia […]

Robert F. Kennedy Jr. en un video reciente reveló una corrupción masiva en los CDC y la OMS con ambos en el negocio de las vacunas en lugar de como agencias reguladoras que llevan a cabo la supervisión de las grandes farmacéuticas y protegen la salud pública.  Kennedy informó que con un presupuesto anual de 11.000 millones de dólares y una puerta giratoria con la industria, los CDC son dueños de sus propias patentes de vacunas y recaudan millones en beneficios cada año.  Señalando a la OMS como una ‘marioneta’ para la Gran Farma y el Gran Dinero, Kennedy dijo que la OMS está controlada de arriba a abajo por la industria farmacéutica que proporciona la mitad del presupuesto de la OMS.

Hecho por el hombre o por la madre naturaleza

Aunque el origen del coronavirus aún no se ha determinado definitivamente, la cuestión es si se trata de un arma biológica militar, tanto si el virus se filtró fuera de un laboratorio por error humano como si fue liberado deliberadamente en el ámbito público.

Dos científicos experimentados (incluido un ex analista antiterrorista de la Agencia Nacional de Seguridad) sugieren que el Covid-19 parece estar hecho por el hombre, mientras que su documento de investigación, que ha sido retirado de la circulación en Internet, concluyó que

‘En resumen, alguien se involucró en la evolución del coronavirus 2019-nCoV. Además de los orígenes de la recombinación natural y el huésped intermedio, el coronavirus asesino probablemente se originó en un laboratorio de Wuhan.’

Además, en el sitio web Biondt.org se publicó un artículo con los hallazgos de que el coronavirus fue diseñado con ‘proteínas estructurales clave’ identificando ‘cuatro inserciones de secuencias de aminoácidos homólogas a las secuencias de aminoácidos en el VIH 1’. Este documento también fue retirado con la advertencia del editor de que sus conclusiones no deben ser consideradas como ‘concluyentes’. […]

El estándar del Laboratorio BSL es del más alto nivel de riesgo biológico y está calificado para manejar los ‘patógenos más peligrosos del mundo’.  Es el primero de su tipo en China y está situado a 20 millas de donde se dice que se originó el coronavirus. Sin embargo, también se ha determinado que Estados Unidos es el único país del que se sabe que tiene las cinco cepas de coronavirus de las que descienden todas las demás, lo que sugiere un papel más importante de Estados Unidos en la pandemia.

Evento 201

En lo que podría considerarse otra coincidencia, la Fundación Bill y Melinda Gates se asoció con el Centro John Hopkins para la Seguridad de la Salud y el Foro Económico Mundial para llevar a cabo un ejercicio simulado de cinco horas específico para una pandemia de coronavirus. El simulacro se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York el 18 de octubre y se denominó Evento 201.   El evento, en el que participaron empresas estadounidenses, el sector de la salud pública, líderes gubernamentales y funcionarios militares, tuvo lugar seis semanas antes de que se produjera el brote en Wuhan, aunque ahora hay informes no confirmados de exposiciones anteriores en otros lugares.

En otra coincidencia, los Juegos Mundiales Militares de 2019 comenzaron en Wuhan el 19 de octubre con la asistencia de 300 atletas militares estadounidenses.  Se ha informado de que cinco atletas sin nombre fueron hospitalizados durante los juegos con una infección no identificada.

Como si se tratara de un simulacro, el Evento 201 abordó la forma en que el mundo debería responder a un brote de coronavirus, centrándose especialmente en cómo controlar las noticias de ‘conspiración’ con una Junta de Emergencia de Pandemia formada para gestionar la pandemia. El gobierno chino no fue invitado a participar en el simulacro.”

Por su parte, el periodista Pepe Escobar, en un artículo publicado el 17 de marzo en Asia Times, https://l-hora.org/?p=13312&lang=es, hacía el siguiente análisis [no reitero los elementos comunes que este artículo tiene con el de Renee Parsons]:

“Añadiendo todo esto al hecho de que las variaciones del genoma del coronavirus en Irán e Italia fueron secuenciadas y se reveló que no pertenecen a la variedad que infectó a Wuhan, los medios de comunicación chinos están ahora haciendo preguntas abiertamente y dibujando una conexión con el cierre en agosto del año pasado del “inseguro” laboratorio militar de armas biológicas en Fort Detrick, los Juegos Militares y la epidemia de Wuhan. Algunas de estas preguntas se han hecho, sin respuesta, dentro de los propios Estados Unidos.

[…] La hipótesis de trabajo de que el coronavirus es un arma biológica muy poderosa pero que no provoca el Armagedón, lo revela como un vehículo perfecto para un control social generalizado a escala mundial.”

El 18 de marzo, Alexandre Hassanin publicaba en The Conversation un artículo titulado “Origen del Coronavirus: el análisis del genoma sugiere que dos virus pueden haberse combinado” Su conclusión es la expresión del desconcierto que le produce a este científico[2]  el hecho de que el covid-19 no sería posible sin la extraña circunstancia de que dos virus divergentes hayan infectado al mismo organismo simultáneamente:

“En diciembre de 2019, 27 de las primeras 41 personas hospitalizadas (66%) pasaron por un mercado situado en el corazón de la ciudad de Wuhan en la provincia de Hubei. Pero, según un estudio realizado en el Hospital de Wuhan, el primer caso humano identificado no frecuentaba este mercado. En su lugar, una estimación de datación molecular basada en las secuencias genómicas del SARS-CoV-2 indica un origen en noviembre. Esto plantea interrogantes sobre el vínculo entre esta epidemia de COVID-19 y la vida silvestre. […]

El 7 de febrero de 2020, nos enteramos de que se había descubierto en el pangolín un virus aún más cercano al SARS-CoV-2. Con el 99% de concordancia genómica reportada, esto sugería un reservorio más probable que los murciélagos. Sin embargo, un estudio reciente que se está revisando muestra que el genoma del coronavirus aislado del pangolín de Malasia (Manis javanica) es menos similar al SARS-Cov-2, con sólo un 90% de concordancia genómica. Esto indicaría que el virus aislado en el pangolín no es responsable de la epidemia de COVID-19 que se está produciendo actualmente.

Sin embargo, el coronavirus aislado en el pangolín es similar en un 99% en una región específica de la proteína S, que corresponde a los 74 aminoácidos implicados en el dominio de unión del receptor ACE (enzima convertidora de angiotensina 2), el que permite al virus entrar en las células humanas para infectarlas. En cambio, el virus RaTG13 aislado del murciélago R. affinis es muy divergente en esta región específica (sólo un 77% de similitud). Esto significa que el coronavirus aislado de pangolín es capaz de entrar en las células humanas mientras que el aislado del murciélago R. affinis no lo es.

Además, estas comparaciones genómicas sugieren que el virus del SARS-Cov-2 es el resultado de una recombinación entre dos virus diferentes, uno cercano al RaTG13 y el otro más cercano al virus de pangolín. En otras palabras, es una quimera entre dos virus preexistentes.

Este mecanismo de recombinación ya se había descrito en los coronavirus, en particular para explicar el origen del SARS-CoV. Es importante saber que la recombinación da lugar a un nuevo virus potencialmente capaz de infectar a una nueva especie huésped. Para que se produzca la recombinación, los dos virus divergentes deben haber infectado al mismo organismo simultáneamente.

Quedan dos preguntas sin respuesta: ¿En qué organismo se produjo esta recombinación? (¿un murciélago, un pangolín u otra especie?) Y sobre todo, ¿en qué condiciones se produjo esta recombinación?”

A su vez, Larry Romanoff[3]  publicaba dos nuevos artículos en Global Research. Uno el 19 de marzo, titulado “COVID-19: Toda verdad tiene tres etapas”, https://l-hora.org/?p=13414&lang=es. Este era su inicio:

“Primera, se ignora.
Segunda, es ampliamente ridiculizada.
Tercera, se acepta como algo evidente.

Con el Covid-19, hemos entrado en la Etapa 2. Al principio, los medios de comunicación ignoraron las afirmaciones y el análisis de que el virus podría haberse originado en los Estados Unidos. Pero la difusión de la información y la reafirmación de las pruebas de todas partes, incluso en los propios Estados Unidos, se ha vuelto demasiado intensa […].

Brevemente, los virólogos chinos descubrieron de manera concluyente que la fuente original del virus no era China, ni Wuhan ni el mercado de mariscos, sino que se había rastreado hasta Estados Unidos, siendo un posible escenario que el virus podría haberse originado en el laboratorio de armas biológicas de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Fort Detrick (que fue cerrado por el CDC en julio debido a los brotes), y traído a China durante los Juegos Militares Mundiales en octubre de 2019.

Además, los virólogos japoneses y taiwaneses llegaron independientemente a la conclusión de que el virus podría haberse originado en Estados Unidos.

Los estadounidenses hicieron todo lo posible desde antes del comienzo para desviar la culpabilidad elaborando cuentos de murciélagos, serpientes, pangolines, el mercado de mariscos, la Universidad de Wuhan como instalación de armas biológicas (que no lo es), […]

Ignoraron el hecho muy real de que pocas naciones crearían o soltarían un arma biológica que se ataca principalmente a si misma. También ignoraron la probabilidad geopolítica de un “fin del juego”: que un virus es un arma poderosa de guerra económica, capaz de hacer a la economía de China lo que una guerra comercial no podría hacer.

Los lectores ocasionales tienden a ignorar el hecho de que en la mentalidad estadounidense hay muchas razones geopolíticas sólidas para atacar a China, Irán e Italia, y el resto de los países constituyen simplemente un desafortunado daño colateral.”

Dos días después, Larry Romanoff publicaba el artículo titulado “COVID-19: Apuntando a Italia y Corea del Sur – La cadena de transmisión de la infección” https://l-hora.org/?p=13465&lang=es. Por cuestión de brevedad no recogeré sus referencias al caso de Corea del Sur ni a su análisis de los paralelismos, entre las circunstancias en la que se originó allí la pandemia y aquellas muy similares en las que se originó tanto en China como en Italia, sin vínculo alguno entre ellas.  Pero es importante recordar las recientes graves tensiones entre Seúl y Washington. No solo por el acercamiento entre las dos Coreas sino, sobre todo, por la disolución de las conversaciones entre ambos: ha sido notable el enojo de Seúl frente a la exigencia por parte del Secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, de que se dedicasen 5.000 millones de dólares a la defensa contra Corea del Norte. El mismo día en que se disolvieron las conversaciones con Estados Unidos, Corea del Sur firmó un acuerdo de defensa con China. La sociedad surcoreana es otra que, como la italiana, se está alejando cada vez más de Estados Unidos. Larry Romanoff concluye así este último artículo:

«Sin embargo, hay un punto importante que no puede ser pasado por alto, a saber, el hecho de brotes simultáneos de un nuevo virus en tres países diferentes, y en los tres casos no hay una epidemiología clara, y la incapacidad de identificar la fuente original o un paciente cero.

Múltiples expertos en armas biológicas coinciden unánimemente en que los brotes en una población humana de un patógeno nuevo e inusual en múltiples lugares simultáneamente, sin una idea clara de la fuente y los casos sin vínculos probados, es prácticamente una prueba prima facie de un patógeno liberado deliberadamente, ya que los brotes naturales casi siempre pueden resolverse en un solo lugar y un paciente cero.»

Es evidente que los grandes medios globalistas del llamado Estado Profundo se encuentran inmersos de lleno en una auténtica guerra “informativa” para anular a todo “intoxicador” que esté dejando en evidencia toda la intoxicación generada por esos mismos grandes medios. En especial para neutralizar todos aquellos análisis que apuntan a que, tras esta pandemia, podría entreverse una auténtica conspiración. Porque quizá esté en juego mucho más que el éxito de una nueva conspiración más. ¿No habrá tras esta pandemia un proyecto mucho más vasto y profundo, de la que ella es solo una etapa? A eso parecen apuntar muchos acontecimientos. Y a eso apuntan diversos expertos marginados por los grandes medios convencionales pero cuyos análisis son incomparablemente más honestos y lúcidos que los que nos venden cocinados cada día los “sabios” profesionales de “reconocido prestigio”. Este será el contenido de mi nuevo artículo.

De momento, en este domingo de Resurrección, quiero acabar con un canto a la esperanza cierta de nuestro triunfo final. Y voy a hacerlo con las palabras finales del artículo de Matthew Ehret que destaqué en mi tercer artículo sobre el coronavirus. Un artículo en el que este canadiense honorable analizaba y sacaba importantísimas lecciones de aquella página “olvidada” de la historia oficial en la que los ciudadanos de la gran nación estadounidense, con líderes como su presidente Franklin D. Roosevelt y Ferdinand Pecora a la cabeza, recuperaron admirablemente las riendas de su economía y su destino:

“Hay una sola solución sensata y justa para deshacer el daño que se ha hecho a tantos durante tanto tiempo: abolir el Sistema de la Reserva Federal y devolver el poder que esta tiene actualmente a un Gobierno Federal que trabaje por el bien público. Recuperarlo del poderoso cartel bancario que trabaja en su contra y no volver a permitir jamás que vuelva a caer en sus manos.

La historia prueba que un mundo mejor es posible cuando hay gente comprometida que trabaja lo suficiente para lograrlo. Así terminó la esclavitud; los trabajadores conquistaron el derecho a organizarse y a la negociación colectiva; las mujeres lograron el mismo derecho a voto que los hombres, el control sobre sus propios cuerpos, y más derechos y condiciones en la fuerza laboral; los negros y otras minorías obtuvieron importantes derechos cívicos; y los políticos instituyeron importantes leyes sociales aunque fuera sólo por temor a lo que podría suceder si no lo hacían.»

[1] https://www.ultimahora.es/deportes/rafa-nadal/2020/04/02/1153851/coronavirus-toni-nadal-afirma-bill-gates-aviso-rafa.html

[2] Profesor titular (HDR) de la Universidad de la Sorbona, ISYEB – Institut de systematique, Evolution, Biodiversité (CNRS, MNHN, EL SEU, EPHE, UA), Museo Nacional de Historia Natural (MNHN).

[3] Ha ocupado puestos ejecutivos de alto nivel en empresas de consultoría internacionales, profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai. Actualmente está escribiendo una serie de diez libros relacionados principalmente con China y Occidente. Es investigador asociado del Centro de Investigación sobre la Globalización (CRG).