La única razón por la cual «la Tercera Guerra Mundial desatada contra Rusia» por EE.UU. y sus vasallos todavía está contenida es la paciencia del jefe del Kremlin, Vladímir Putin.
En caso de que la Casa Blanca fuera atacada con drones o se entregaran misiles con uranio empobrecido a los vecinos de la potencia estadounindense, el mundo ya estaría hecho cenizas.
De hecho, la OTAN ni siquiera necesitó pretextos para convertir en cenizas países enteros. La lista de sus agresiones es larguísima. Yugoslavia, Irak, Libia o Siria son tan solo algunos casos.
Lo dijo en una entrevista para mi canal el intelectual Juan Carrero, aspirante al Premio Nobel de la Paz en 2000, al insistir en que «el mundo debe estar agradecido a Vladímir Putin» por mantener la «calma, la sensatez y la firmeza al mismo tiempo».
01:14 La «sensatez» de Putin impide la «hecatombe» mundial.
04:47 «Acusan al presidente Vladímir Putin de lo que ellos son».
07:40 Problemas «psiquiátricos» de las élites occidentales.
10:11 La prensa hegemónica adopta los métodos comunicacionales de Joseph Goebbels.
13:17 La «sencillísima» solución del conflicto de Ucrania.
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