Sólo queda pendiente la cuestión de si se convertirá en una guerra nuclear
Existe una gran cantidad de documentación oficial estadounidense que insiste, desde hace décadas, sobre la absoluta “necesidad” de impedir que cualquier potencia emergente (en especial Rusia y China) se convierta en un posible competidor (aunque solo sea regional) que haga peligrar la hegemonía mundial estadounidense. Documentación que insiste además en la necesidad de impedir tal emergencia usando para ello sin reparo alguno todo el espectro de “medidas” necesarias, incluidas, por ejemplo, la guerra biológica o la guerra nuclear preventiva.
El detallado documento de la Corporación Rand sobre cómo desestabilizar a Rusia, forzándola a implicarse en la defensa de los más de ocho millones de ucranianos de etnia rusa y ante la petición de Ucrania de entrar en la OTAN, es solo uno de los últimos. Quienes, a pesar de tanta documentación hecha pública, sigan creyendo que Rusia ha invadido Ucrania sin motivo ni justificación alguna es que aún no ha hecho los deberes más elementales. Si tantas, tan graves y tan descaradas informaciones son públicas, ¿qué cosas espantosas se dirán en los documentos top secret?
Tras dinamitar cualquier posible alianza entre Alemania y Rusia, que era uno de sus principales objetivos, el Imperio de la Mentira lanza hacia el este los nuevos Panzers
Una vez puesto en marcha el proyecto de destruir o debilitar a Rusia, el Imperio de la Mentira avanza en sus objetivos utilizando, una vez más, a terceros. Pero lo más triste es que sea Alemania, junto a Polonia, la punta de lanza de la gran coalición otanista, formada por gobiernos infiltrados y controlados por las luciferinas elites imperiales. No se trata de algunos pequeños países europeos que, formando antes parte de la Unión Soviética, pudieron sufrir en su momento lo peor del estalinismo y aún les resulte difícil interiorizar que la Rusia actual no es la Unión Soviética.
Se trata de la poderosa Alemania que provocó hace tan solo unas décadas la mayor barbarie de la historia. ¡Qué doloroso que sea ella precisamente, la Alemania de los Panzers que ya asolaron antes Rusia, la que ocasionó 26 millones víctimas mortales rusas, la primera que haya declarado la guerra a Rusia! Son fáciles de imaginar los pensamientos y sentimientos del pueblo ruso ante la aparición en escena de decenas o centenares de Leopard 2 alemanes. Drago Bosnic lo analiza con lucidez:
“Durante un debate en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, declaró sin rodeos que Alemania y sus aliados están en guerra con Rusia. La admisión inesperada, aunque esencialmente cierta, es bastante impactante dado el hecho de que muchos funcionarios occidentales han insistido en que no están directamente involucrados en el conflicto con Moscú. Baerbock hizo la declaración durante una discusión sobre el envío de tanques pesados ’Leopard 2′ al régimen de Kiev. La mayoría de los principales medios ignoraron convenientemente sus palabras, pero numerosos expertos se alarmaron y advirtieron que Berlín esencialmente declaró la guerra a Rusia.
[…] Moscú reaccionó de inmediato a los comentarios, y la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova , dijo que esta es otra prueba más de que el Occidente político estaba planeando una guerra contra Rusia desde hace bastante tiempo.
‘Si a esto le sumamos las revelaciones de Merkel de que estaban fortaleciendo a Ucrania y no contaban con los acuerdos de Minsk, entonces estamos hablando de una guerra contra Rusia que estaba planeada de antemano. No digas más tarde que no te advertimos’, dijo Zakharova .
Los comentarios de Baerbock se producen inmediatamente después de casi un año de narrativa rusofóbica directa, que incluye planes declarados abiertamente para la guerra con Rusia . A mediados de noviembre, Der Spiegel publicó documentos filtrados del Ministerio de Defensa alemán, que revelan que la Bundeswehr (Fuerzas Armadas de Alemania) se está preparando para la guerra con Rusia. El borrador secreto titulado ‘Directrices operativas para las Fuerzas Armadas’ fue escrito por nada menos que el propio Jefe de Estado Mayor alemán, el general Eberhard Zorn. Hizo hincapié en la necesidad de una ‘mega-reforma’ del ejército alemán e identificó claramente a Rusia como una ‘amenaza inmediata’.
La afirmación tiene poco sentido, ya que Alemania está ahora a más de 1.500 km de Rusia, con Bielorrusia, Polonia y Ucrania entre los dos países. Si bien tales afirmaciones tenían cierto sentido en el apogeo de la (Primera) Guerra Fría, cuando la Unión Soviética tenía más de medio millón de soldados estacionados solo en Alemania Oriental (además de otros estados miembros del Pacto de Varsovia), la situación se invierte hoy en día. La OTAN es la que está invadiendo las fronteras occidentales de Rusia, con una expansión lenta que incluye golpes y otras intervenciones en varios estados de Europa del Este y postsoviéticos. Después de décadas de esta agresión progresiva y los intentos inútiles de Moscú de construir una asociación integral con el Occidente político, Rusia se vio obligada a lanzar su contraofensiva.
A principios de marzo, el gobierno alemán anunció un aumento drástico en el gasto de defensa, incluido un presupuesto de 100.000 millones de euros para la Bundeswehr, prácticamente el doble en comparación con 2021. Aunque esto inevitablemente ejercerá una presión adicional sobre la ya difícil economía alemana, devastada por el boomerang de las sanciones de su fallido asedio económico a Rusia, el servilismo suicida de Berlín a Washington DC parece tener prioridad. Gran parte de la prosperidad de Alemania se basó en el acceso a energía rusa barata, ahora cosa del pasado gracias al resurgimiento de la rusofobia en Berlín.
Además, Alemania también tiene una responsabilidad histórica única en una escala que prácticamente ningún otro país del mundo tiene, especialmente hacia Rusia. Durante la Segunda Guerra Mundial, lanzó una invasión brutal de la Unión Soviética, matando a casi 30 millones de personas y destruyendo prácticamente todo a su paso. Peor aún, después de aproximadamente 80 años de desnazificación tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, Berlín aún decidió apoyar a la junta neonazi en Kiev, renunciando efectivamente a su propia posición política oficial de posguerra. Esto también incluye las armas alemanas que están matando a los rusos, tanto a soldados como a civiles.
Alarmados por el cambio dramático en la retórica, muchos en Alemania ya están señalando el hecho de que el país está repitiendo el mismo error histórico al enemistarse con Rusia. Petr Bystron, miembro de AfD (Alternativa para Alemania) del Parlamento alemán, recordó a sus colegas en el Bundestag las consecuencias de enviar tanques alemanes para luchar contra Rusia en Ucrania:
‘Es un enfoque interesante el que están tomando aquí. Tanques alemanes contra Rusia en Ucrania. Por cierto, vuestros abuelos ya intentaron hacerlo entonces con los Melnyks y Banderas [colaboradores de los nazis ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial] y ¿cuál fue el resultado? Sufrimiento incalculable, millones de muertos en ambos bandos y, al final, tanques rusos aquí en Berlín. Y dos de ellos todavía están aquí, frente al Bundestag. ¡Deberían pasar por delante de ellos todas las mañanas y recordarlo!’”
A las declaraciones de la ministra alemana de Exteriores podríamos ir añadiendo cada día otras nuevas, desde los más diversos ámbitos. Declaraciones que, en un notable crescendo, van confirmando la situación de guerra mundial. El almirante Rob Bauer, por ejemplo, presidente del Comité Militar de la OTAN afirma que esta organización está lista para enfrentarse a Moscú directamente y que hay que rearmarse y pasar a una economía de guerra, ya que “los rusos estarán en nuestras fronteras”. Curiosa forma de decir que la OTAN se ha ido acercando cada vez más a la frontera rusa.
Talk and fire: “nuestros” honorables sociópatas y sus criminales negociaciones
Quienes dedicamos un tiempo diario a estar informados y atentos a la posibilidad de que nuestras propias vidas y la de nuestros seres queridos sean arrasadas próximamente (aunque no nos hayamos vacunado “por solidaridad”, la solidaridad es el hilo conductor de nuestra existencia), conocemos cosas que “nuestras” televisiones jamás sacarán a la luz o no lo harán sin manipularlas. Son cosas tan incómodas para estos canallas como el reciente reconocimiento por parte de la cancillera Merkel de que los acuerdos de Minsk solo tenían por objetivo el ganar tiempo para convertir a Ucrania en un considerable rival militar de Rusia. Esta es solo la enésima confirmación, la última por ahora, de que el proyecto anglosajón de “reducir” a Rusia era bien real. Casi lo habían conseguido… hasta que una nueva generación de rusos, como Vladimir Putin, despertaron del hechizo que les hacía idealizar una civilización anglo-occidental que no es merecedora de tal idealización.
Quienes hemos dedicado algún tiempo a conocer el por qué y el cómo en Ruanda y la RD del Congo se realizaron unos genocidios (nuestra solidaridad va más allá de nuestros cercanos seres queridos) que, aunque silenciados, son comparables al nazi (que, por el contrario, está todos los días en las pantallas pequeñas y grandes), sabemos que también hubo entonces unas negociaciones parecidas en Arusha, Tanzania. Apadrinadas, cómo no, por el Gobierno demócrata estadounidense de Bill Clinton. Unas negociaciones que, de igual modo, solo tenían por objeto engañar y entretener al ingenuo gobierno de Ruanda (tan ingenuo como el de Rusia en las negociaciones de Minsk) hasta que pudiese ser descabezado. Cosa que se logró con el atentado del 6 de abril de 1994, en el doble magnicidio en el que perdieron la vida los presidentes hutus de Ruanda y Burundi, sus respectivas comitivas y los pilotos franceses.
Descabezamiento de unos gobiernos de mayoría hutu, tan legítimos como el actual de Rusia, asesinando a unos presidentes dignos que no se sometieron a la barbarie estadounidense, como no se somete ahora el presidente Putin. Pero parece que esta vez, con Rusia, no lo tienen fácil, a pesar de la horda formada por “nuestros” cobardes y cómplices líderes políticos “democráticos”. Cómplices, demasiado habituales ya, en tantas y tan perversas operaciones semejantes. Como lo fue la del linchamiento del presidente Gadafi y la transformación de la próspera Libia en un Infierno en esta tierra. En la entrevista que le fue realizada el 27 de diciembre de 2022 al ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se refirió a esta cuestión tras ser preguntado sobre el posible uso de armas nucleares:
“[La primera ministra del Reino Unido] Liz Truss […] declaró sin sombra de duda durante el debate electoral que estaba dispuesta a dar la orden para lanzar un ataque nuclear. Sin embargo, Washington fue aún más lejos: algunos ‘funcionarios anónimos’ del Pentágono de hecho amenazaron con asestar un ‘golpe decapitador’ contra el Kremlin, y en la realidad se trata de la amenaza de eliminación física del jefe de Estado ruso. Si alguien abriga tales planes realmente, debe pensar muy bien sobre las posibles consecuencias de tales planes.
Sin hablar de las provocaciones del régimen de Kiev que se pasan de la raya. Volodímir Zelenski exigió a los países de la OTAN asestar ataques nucleares preventivos contra Rusia. Eso también va más allá de lo permitido. Sin embargo, hemos oído declaraciones aún peores de los representantes del régimen.
[…] los criterios con los que Washington determina las condiciones para el uso de armas nucleares no tiene dimensiones. Allí se mencionan ciertos ‘intereses vitales’ que en la doctrina estadounidense no se especifican de ninguna manera y, aparentemente, pueden extrapolarse a casi cualquier terreno y circunstancias, en caso de que sea necesario.”
Esta gentuza mentirosa, manipuladora, perversa y cruel consigue pasar año tras año como los bienintencionados y nobles dirigentes de nuestras avanzadas sociedades occidentales. Si un desquiciado psicópata fundamentalista musulmán asesina a un inocente europeo al grito de “Alá es grande”, es que el Islam, a diferencia del cristianismo, predica la guerra santa. Si el más desquiciado aún, pero que aparenta estar en su sano juicio, Geoge W. Bush reúne a su camarilla de gentuza execrable para rezar antes de empezar las enormes masacres de Irak y del linchamiento de Sadam Hussein, es que ha comenzado la Guerra entre el Bien y el mal. ¡¡Deseo y espero que, por el bien de la humanidad, un día sean juzgados todos estos miserables, raza de víboras, sepulcros blanqueados!!
Necios y miserables que se dicen a sí mismos: “Pasito a pasito lograremos poder arrasar Moscú y hacerlo justificadamente”
Dos cosas son cada vez más evidentes: La primera es la decisión, a la que me vengo refiriendo, de “reducir” a Rusia. La segunda se refiere a la estrategia para lograrlo: hacerlo muy paulatinamente, sin grandes sobresaltos, paso a paso, único modo de lograr un objetivo tan impactante sin provocar una reacción social. Un objetivo como el de intentar que Moscú sea arrasada. Aunque a veces parece que se impacientan. Ahora, por ejemplo, sin que aún se haya puesto en marcha el envío de los tanques, ya están aireando con insistencia la necesidad de que Ucrania disponga de aviones de combate F-16 (que ya están listos para su uso) y misiles de largo alcance que alcanzarían Moscú. El Armagedón un poco más cerca cada día.
Al mismo tiempo, comienzan ya a prepararse para atacar a China. El general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (EEUU), Mike Minihan, envió a sus subordinados un memorando donde les insta a preparase para un posible conflicto con China en dos años. En la nota dirigida a todos los comandantes de unidades de combate de la Fuerza Aérea de EEUU, Minihan ordena a sus subordinados que informen a finales de febrero sobre las medidas a gran escala de preparación para las hostilidades con China. No es raro que Putin se refiriese irónicamente a semejante falta de cordura, empeñándose en abrir al mismo tiempo dos frentes contra dos grandes potencias. Pero hay “jurisprudencia”: es lo mismo que hizo Hitler. Seguramente son en verdad unos necios, tan necios como los componentes de la camarilla de Hitler. Pero también son unos necios tan peligrosos como ellos, capaces de arrasar el mundo en su delirio luciferino de arrogancia y odio.
En su perspicaz artículo titulado “Una victoria rusa en Ucrania no pondrá fin a la guerra”, Mike Whitney realiza un análisis de las informaciones existentes sobre lo que puede estar ocurriendo en este momento en el frente de la guerra. Tras llegar a la conclusión de que quizá Rusia esté iniciando ya o esté a punto de iniciar su gran ofensiva y de que muy probablemente saldrá victoriosa de ella, se pregunta si Rusia está preparada para lo que va a seguir. Considera que tal victoria será solo el primer asalto de una pelea de 10 asaltos, ya que está convencido de que Estados Unidos “hará lo que sea necesario” para mantener su actual dominación global:
“No estamos diciendo que todo vaya a ser ‘tranquilo’ para los rusos a partir de ahora. No, habrá muchos baches en el camino por delante. Pero dada la superioridad de Rusia en mano de obra, potencia de fuego y base industrial, creemos que Rusia sin duda ganará esta primera fase de la guerra. El problema es que, incluso si el ejército ruso limpia todo el territorio al este del río Dniéper y lo anexiona a la Federación Rusa, eso no significa que la lucha se detendrá. No se detendrá. Las fuerzas respaldadas por Estados Unidos continuarán lanzando ataques desde el otro lado del río, desplegarán comandos para atacar detrás de las líneas rusas, entrenarán paramilitares para iniciar una insurgencia y dispararán misiles contra Crimea, Rusia y, tal vez, incluso Moscú mismo.
¿Está Putin listo para eso?
Washington no va a tirar la toalla porque Rusia ganó el primer asalto en una pelea a 10 asaltos. Estados Unidos todavía está totalmente comprometido con su plan de ‘debilitar’ a Rusia para convertirse en el jugador dominante en el mercado más prometedor del mundo, Asia Central. En ese sentido, los combates en Ucrania no han disminuido en absoluto la determinación de Washington; de hecho, creemos que el conflicto está agravando la rusofobia generalizada y los implacables gritos de venganza. ¿De qué otra manera explicamos la persistente escalada que aún no ha provocado ni un atisbo de protesta pública? Y tenga en cuenta que EE. UU. ya hizo estallar Nord Stream 2, empujó a Europa a una depresión severa, saboteó las líneas de suministro globales en el futuro previsible, descarriló el proyecto de ‘globalización’ de 40 años e hizo todo lo posible para incitar a China a una guerra. Lo que muestran estos incidentes es la importancia que concede Estados Unidos a su papel privilegiado en el orden global y los riesgos que está dispuesto a correr para preservar ese papel. En resumen, Estados Unidos hará ‘lo que sea necesario’ para mantener su control del poder.
Si yo fuera Putin, me prepararía para una lucha larga y sangrienta. Porque eso es lo que le espera.”
Annalena Baerbock, ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa: "Estamos en guerra con Rusia" (RT, 24.01.2023)
Maria Zakharova, directora del Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia: La confrontación con la OTAN "va en aumento" (RT, 27.01.2023)
Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia: "Nuestros socios occidentales niegan estar en guerra con Rusia" (RT, 18.01.2023)