El señor Kagame ha presentado dos querellas contra mí considerando que había sido difamado en el libro que he escrito (Las secretos du Genocide Rwandais – Enquête sur les mystères d’un président, publicado en éditions Duboiris), a través del cual le acusaba en la cuestión del atentado del 6 de abril de 1994 en Ruanda. Atentado que vio la muerte de dos jefes de Estado y de un equipo francés. Después de haber depositado las pruebas y en el momento que nos preparábamos para saber las fechas de la audiencia, quedamos sorprendidos cuando mi abogado recibió una carta de renuncia del señor Kagame y el Estado ruandés, después de habernos hecho trabajar durante meses para reunir pruebas para la justicia francesa.

Creo que habían subestimado el grueso del dossier de cargos que yo había acumulado sobre el señor Kagame y el Ejército Patriótico Ruandés durante cinco años de investigación. En el dossier había dos informes confidenciales de las Naciones Unidas y una carta de Kofi Annan que considera que el Ejército Patriótico Ruandés cometió crímenes contra la humanidad. Había igualmente el proyecto de estatutos del partido (prohibido) de Pasteur Bizimungu, el ex presidente de la República actualmente en prisión en Kigali, que había sido un alto cargo del FPR y que consideró en su dossier que el propio partido de Kagame, el FPR, había cometido crímenes contra la humanidad. Sin hablar de testigos, como el del antiguo ministro francés de Cooperación, Bernard Debré, o el comandante en jefe de los cascos azules belgas en Ruanda, el coronel Marchal, o un diplomático camerunés que era el asistente del representante personal del secretario general de Naciones Unidas en Ruanda en el momento del atentado y el inicio de la tragedia, o también el periodista Pierre Péan que había investigado sobre la cuestión del atentado. Todas estas personas probablemente habrían triturado al presidente Kagame y al Estado ruandés. Tuvieron miedo por primera vez de ser humillados por la investigación de un periodista.

Todas estas personas tenían pruebas de que el señor Kagame es el autor del atentado del 6 de abril de 1994 que desencadenó toda la tragedia de Ruanda. Tuvieron miedo sobre todo que después de ser presentados como víctimas del genocidio, se vería finalmente que también había verdugos del lado de los tutsis del FPR y que paradójicamente ninguno de ellos es inquietado actualmente por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR). Era la sorpresa o al menos el aspecto revolucionario que conllevaría este proceso sobre los juicios que se llevan a cabo actualmente en el seno del TPIR, lo que frenó el celo del presidente Kagame ante los tribunales franceses.

Charles Onana es un periodista de investigación y ensayista francés que trabaja sobre todo en el ámbito de África de los Grandes Lagos, habiendo escrito cuatro libros sobre el tema. Es fundador de Édions Duboiris.