La compañia de las máquinas de votación basada en Londres, Smartmatic, afirma que las votaciones recientes realizadas esta semana en Venezuela han sido manipuladas. Sin embargo, en su declaración de vídeo de 5 minutos, no ha proporcionado pruebas.
El artículo de la AP titulado «Informe electoral: la votación de Venezuela probablemente manipulada«, afirma:
La cifra de venezolanos que han participado en las elecciones para una todopoderosa asamblea constituyente ha sido manipulada –con un mínimo de un millón de votos– en un recuento oficial, según afirmó el jefe de una compañía de tecnología de voto el miércoles, una conclusión que seguramente sembrará aún más discordia en la confrontación que ha generado meses de protestas nacionales.
El presidente ejecutivo de Smartmatic, Antonio Mugica, aseguró que los resultados registrados por sus sistemas y los comunicados por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela indican «sin lugar a dudas» que se manipuló la cifra de participación oficial de más de 8 millones de participantes.
Mugica, sin embargo, afirma en su declaración completa que (énfasis añadido):
Nuestro sistema electoral automatizado está diseñado para que se pueda comprobar cuando se manipulan los resultados. Sin embargo, debe haber personas que auditen el sistema y observen este hecho. Durante las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente no había auditores de los partidos de la oposición, ya que no querían participar.
Así, en el mejor de los casos, Mugica y Smartmatic pueden advertir que podrían haber ocurrido irregularidades, ya que no había nadie de la oposición para auditar los registros finales e informar de posibles incongruencias.
Dado que no había ningún auditor de la oposición, no se ha probado que se hayan producido estas irregularidades. Ni el artículo de la AP ni la declaración completa de Mugica proporcionan pruebas o explicaciones sobre cómo Smartmatic “estimaba” que entre el recuento final y la participación había una diferencia de «un millón de votos». Mugica ni siquiera explica si se trataba de un millón más que el presentado, o un millón menos.
Smartmatic tampoco ha podido revelar la información que tiene respecto al recuento final, o simplemente ha mentido en nombre de la oposición venezolana y los poderosos intereses extranjeros que la patrocinan desde Washington, Londres y Bruselas.
Esta última declaración, sin ninguna prueba que justifique estas acusaciones, cuestiona la profesionalidad, la ética y la imparcialidad de Smartmatic. Otros países que estén interesados en las máquinas de Smartmatic deben considerar la posibilidad de que el CEO de la compañía intente utilizar sus máquinas y su función de contar votos para manipular también su política interna.
Esta noticia también es un llamamiento a los medios occidentales por no haber tenido en cuenta las incongruencias muy evidentes entre las conclusiones de Mugica y la falta de pruebas para su corroboración.