Vladimir Putin: “No había alternativa, antes o después esto tenía que suceder”

Tomando por buena, sin la menor distancia crítica, la versión absolutamente distorsionada de los acontecimientos que presentan aquellos que Paul Craig Roberts llama las presstitutas de los medios y los supuestos expertos (muchos de ellos, en realidad, agentes estatales y para estatales travestidos); votando a lacayos, siempre dóciles a las directrices recibidas, como Pedro Sánchez, Emmanuel Macron u Olaf Scholz; tolerando que en cargos de máxima responsabilidad sean colocados psicópatas como Christine Lagarde, Ursula von der Leyen o Josep Borrell… nosotros mismos nos hemos convertido en importantes piezas de este mecanismo infernal que nos está llevando cada vez más cerca de El Abismo.

Somos gravemente corresponsables por nuestra desidia en la búsqueda de información veraz, por nuestra dependencia del supuesto saber de los presstitutos de los medios y de los ruines “expertos” atlantistas, por nuestra ignorancia estúpida… Ya no se trata solo del silencio y pasividad de la gran masa de los buenos, que tanto lamentaban los líderes más carismáticos del siglo XX. Se trata de auténtico colaboracionismo criminal. Lo nuestro cada vez es más semejante a la estupidización de la sociedad alemana del periodo nazi así como a su complicidad y corresponsabilidad en las múltiples agresiones internacionales llevadas a cabo por Adolf Hitler. Sin hablar del genocidio.

Parece que tendrá que ser de nuevo Rusia la que acabe con el nazismo en el que ya vivimos. Totalitarismo disfrazado muy hábilmente de democracia, gracias al control absoluto de la información. La diferencia más importante con aquella guerra contra el nazismo es que ahora ambas partes tienen enormes arsenales nucleares. Mientras que entonces la Alemania nazi aún no disponía de la bomba atómica, gracias seguramente a que Werner Heisenberg retrasó intencionadamente su desarrollo.

Paradójicamente, los escasos ciudadanos que hemos levantado con energía nuestra voz frente a semejante locura somos marginados e incluso criminalizados. Ya pasó también entonces. Pero el tiempo siempre acaba poniendo a cada uno en su lugar. Ya lo hizo entonces y lo hará también ahora. Ni entonces se quiso ver ni ahora se quiere ver lo que realmente está sucediendo. Como con toda razón se afirma desde el Gobierno de Rusia, el aporte creciente de armamento por miles de millones de dólares y euros a Ucrania es, de hecho, una declaración de guerra.

Lo es, ciertamente, por más que Occidente lleve a cabo una guerra, tan necia como es esta, no directamente sino utilizando y sacrificando a los ucranianos. No habrá, por tanto, que extrañarse de que Rusia reaccione con medidas extremas, como viene alertando últimamente. Sabe bien que lo que está en juego no es su supuesto proyecto neoimperial, fantasma inventado por gentes extremadamente perversas, sino su existencia misma. Y no va a permitir su propia destrucción. Si lo inconcebible llega, nuestros lamentos posteriores (los de aquellos que sobrevivan) serán tan necios como están siendo nuestros posicionamientos frente a esta guerra.

Se tratará de una guerra nuclear que hubiese sido completamente evitable con medidas tan sencillas como la de que la OTAN detuviese su acoso a Rusia. Un acoso cada vez más agobiante que ha acabado cruzando una peligrosísima línea roja: utilizar finalmente a Ucrania, tan especial para Rusia por múltiples razones, como instrumento de facto de la OTAN. O medidas como la de aceptar la necesidad de que las nuevas dos repúblicas del Donbass dejen de ser subyugadas por el Gobierno de Kiev. Un Gobierno nacido de un golpe de estado orquestado por Estados Unidos y condicionado totalmente por neonazis rusófobos. Un Gobierno presidido por alguien incondicionalmente ligado a la CIA y tan beligerante que, finalmente, no tuvo el menor reparo en declarar públicamente su objetivo de poseer armas nucleares.

Todavía sería muy sencillo detener el peligroso deslizamiento de la especie humana hacia su propia desaparición. Pero no se quiere evitar la guerra, sino todo lo contrario: en su delirante e infernal proyecto de dominación mundial, las élites occidentales, que ya controlan la información, las mentes y todo en Occidente, están empeñadas en someter a la Rusia de Vladimir Putin, sin más demora y cueste lo que cueste. De todos modos la disminución de la población mundial y el debilitamiento de Europa para mantenerla bajo su control forman también parte del proyecto satánico de estos incalificables seres, más diabólicos que humanos.

Matthew Ehret, en un magnífico artículo del pasado 27 de abril, titulado “¿Cuán difícil es evitar la Tercera Guerra Mundial? Es más fácil de lo que se cree”, artículo lleno de puntos afines con este mío (que ya tenía bastante avanzado al leer el suyo) pero con un mayor desarrollo de ciertas importantes informaciones, no se refiere solo al hecho de que estar armando a Ucrania tan poderosamente es una auténtica declaración de guerra por parte de Occidente, por más que no haya militares “nuestros” sobre el territorio, sino que da un paso más:

“Y así nos encontramos acercándonos cada vez más rápidamente a un abismo, ya que miembros de las fuerzas especiales del Reino Unido han entrado oficialmente en Kiev con ‘las botas sobre el terreno’ el 15 de abril con el fin de proporcionar formación a las fuerzas ucranianas. Obviamente, esto aumenta el riesgo de intercambios militares con las fuerzas rusas (y, por tanto, de activar el pacto de suicidio colectivo del artículo 5 de la OTAN). […].

El periodista británico Michael Tracey señaló recientemente que ‘Chris Coons, el senador demócrata de Delaware que ocupa el antiguo escaño de Joe Biden, y que básicamente sirve de emisario personal de la Administración, empezó a hacer las rondas para hacer flotar la siguiente fase de la intervención estadounidense’. Reitero: Coons no es un senador cualquiera, es el senador que básicamente opera como un conducto directo a Biden. Así que el hecho de que Coons empiece de repente a declarar que ya es hora de que el Congreso y Biden decidan cuándo van a estar dispuestos a enviar ‘no sólo armas, sino tropas en defensa de Ucrania’, es muy revelador. ‘Putin sólo se detendrá cuando nosotros lo detengamos’, advirtió Coons en la televisión el pasado domingo.

Algunos afirman que esto no es gran cosa, ya que la alianza occidental ya ha estado suministrando armas letales y entrenamiento durante años para preparar la carne de cañón ucraniana para su inevitable guerra con Rusia, así que ¿qué diferencia hay si las tropas de la OTAN entran en la contienda ahora mientras está en juego una guerra caliente? Rusia es, después de todo, el Hitler moderno, y el pobre Zelenski es el mejor ser humano desde Martin Luther King Jr., así que parece que estamos moralmente obligados a hacer todo lo que podamos, ¿no? […].

A pesar del hecho de que los grupos afiliados al ISIS de Siria se han desplegado en Ucrania para continuar su yihad contra Rusia, y a pesar del hecho de que incluso las agencias de prensa dominantes han tenido que admitir a regañadientes la presencia de grupos neonazis en Ucrania, los occidentales apenas parpadean pasando por alto tales hechos incómodos con la declaración ‘siempre habrá algunas manzanas podridas’. […].

Estos mismos asesores mediáticos nos aseguran que nunca hubo una solución a esta crisis más allá de una confrontación militar con los villanos rusos en alguna lucha abstracta a muerte por la libertad y la democracia. Constantemente se nos dice que la culpa de los terribles acontecimientos de los últimos dos meses de guerra recae directamente sobre los hombros de Putin, quien, según nos aseguran las multitudes de expertos, realmente desea derrocar el orden occidental, socavar la democracia y restaurar un imperio autoritario neosoviético en el mundo.

Estas afirmaciones son, por supuesto, falsas. El hecho es que Putin había hecho todo lo imaginable para evitar la escalada militar que ahora está en marcha, empezando por su discurso sobre la seguridad en Múnich de 2008, en el que denunciaba los planes de contención militar de su nación y exigía a Occidente que respetara las preocupaciones de seguridad existenciales de Rusia.

Desde el momento en que Victoria Nuland instaló un régimen títere en 2014, las poblaciones étnicas rusas predominantes del este de Donbass vieron cómo las hordas de nazis quemaban vivos a sus conciudadanos en Odessa y no perdieron tiempo para votar por su secesión de Kiev en forma de dos repúblicas escindidas.

Putin podía haber reconocido rápidamente estos nuevos aspirantes a Estados en 2014, pero en su lugar eligió seguir el camino de Minsk II, haciendo todo lo posible para mantener a las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk como miembros integrales de una Ucrania indivisa. Durante ocho años vimos a los diplomáticos rusos intentar todo lo imaginable para mantener vivo Minsk II y durante ocho años sólo vimos la abrogación de este proceso de paz y más de 14.000 vidas de ucranianos del este perdidas a su vez.

En diciembre de 2021, el hecho de una intervención militar planeada en el este del Donbass y Crimea era imposible de ignorar, y Putin dejó claro que todo el conflicto podría evitarse fácilmente simplemente cumpliendo el tratado de Minsk II mientras se firmaban acuerdos vinculantes para mantener a Ucrania como un territorio neutral fuera de cualquier bloque militar antirruso. Sencillo.

Los beneficios de una solución tan elegante son infinitamente más favorables que la ruptura acelerada de las cadenas de suministro, la producción de alimentos y el suministro de energía, que perjudicarán a los europeos, a los estadounidenses y, lo que es más importante, a los ucranianos, incluso más de lo que perjudicarán a los rusos, que están encontrando nuevos mercados hambrientos de sus abundantes recursos en Asia. La obvia prevención de una guerra termonuclear no es tampoco una pequeña victoria para aquellos que decidan pensar con la cabeza despejada durante este tiempo de crisis existencial.”

También el 27 de abril era Bruce Gagnon quien, entrevistado en Grandangolo de Pangea, realizaba unas revelaciones que confirman todo lo anterior, así como la gravedad de la situación mundial. Las fuerzas de Kiev, especialmente los neonazis, están siendo entrenadas por Estados Unidos, que las dirige de hecho. Según su experiencia directa, el ex director adjunto de Paris Match, Régis Le Sommier, también lo confirma:

“[…] poco después del golpe de Estado de 2014, orquestado por Estados Unidos, este país y la OTAN establecieron una base de entrenamiento militar en el oeste de Ucrania. Y a esta base fueron llevadas unidades de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos desde Fort Carson, Colorado. Y su trabajo consistía en entrenar a estos nazis, y luego quitarles los uniformes que tenían insignias nazis y todo lo demás y ponerles uniformes proporcionados por Estados Unidos para que parecieran un ejército real.

Así que supe de esto porque el hijo de uno de mis queridos amigos está en las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos y estaba destinado en Fort Carson, Colorado. Y en dos ocasiones, el hijo de mi amigo fue enviado a esta base de entrenamiento en Ucrania. Así que lo sabía directamente. Y luego señalé antes que vi un video del embajador de Obama en 2016, un tipo llamado Jeffrey Piat.

Él fue parte de esa famosa llamada telefónica con Victoria Nuland en 2014, justo después de que ocurriera el golpe en Maidan, donde estaban en el teléfono hablando de la ONU, la UE: Vamos a elegir a quien queremos elegir como el nuevo líder de Ucrania. Así que de todos modos, desde ese momento sabemos que Ucrania ha sido inundada por los estadounidenses y otros de la OTAN. Y en este mismo momento en que estamos hablando, en la ciudad de Mariúpol, en el este de Ucrania, los nazis han sido mayoritariamente derrotados. Varios miles se han rendido a los rusos. Pero dentro de esa enorme fábrica de acero, dicen que debajo hay un sistema subterráneo de la era soviética de seis a ocho pisos de profundidad. Y dentro de este lugar, dicen que hay varios miles de nazis y, lo más importante, creo que asesores militares de Estados Unidos y la OTAN.

Por lo tanto, está claro para mí, después de haber recibido información repetidamente acerca de estos asesores militares de Estados Unidos y la OTAN en toda Ucrania en este momento, está claro que Estados Unidos y la OTAN siguen dirigiendo esta operación. La están dirigiendo. Y es obvio para mí que el ejército ucraniano se compone de nazis, pero también de reclutas que fueron obligados a entrar en el ejército. Jóvenes salidos de las granjas, salidos de las ciudades en busca de trabajo o realmente forzados a estar allí.

Probablemente no estaban muy motivados para luchar contra los rusos sabiendo que se enfrentaban a uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Y por eso escuchamos repetidamente que los nazis dicen que cualquiera que se rinda será fusilado. Y estoy seguro de que los asesores de Estados Unidos y la OTAN están forzando este tipo de dinámica en esta batalla que está teniendo lugar hoy.

Pero en las últimas dos o tres semanas ha habido varios intentos por parte del gobierno ucraniano de enviar helicópteros a esta zona de la acería de Mariúpol para intentar sacar a alguien. Y en todas las ocasiones los rusos derribaron los helicópteros, pero en una de ellas derribaron un helicóptero y dos personas vivieron, no murieron cuando los helicópteros se estrellaron.

Y se rumorea, no lo sé con certeza, pero se ha rumoreado repetidamente que una de las personas capturadas era un General de División de los Estados Unidos. Por lo tanto, es obvio para mí que Estados Unidos y la OTAN estaban muy desesperados por arriesgar las vidas de estos pilotos de helicópteros, arriesgar las vidas de cualquiera que pudieran poner en los helicópteros para ayudarles a escapar. Había algunas personas importantes allí y Rusia también está diciendo que están recogiendo las comunicaciones, las comunicaciones telefónicas desde el fondo de esa acería en seis idiomas diferentes.

Y los rusos han dicho que han identificado el inglés, el francés, el sueco, el alemán y probablemente también el italiano. Por lo tanto, creo que no hay duda de que los Estados Unidos y la OTAN están en esta guerra. No es sólo una guerra de Ucrania contra Rusia, es una guerra de Estados Unidos y la OTAN que utilizan a Ucrania como herramienta para luchar contra Rusia.

[…] justo en los últimos dos días, apareció una noticia de CBS Television News donde entrevistaron a un senador, un senador de los Estados Unidos con el nombre de Chris Coons, del Estado de Delaware. Es del mismo estado que Joe Biden, se dice que Chris Coons es el senador más cercano a Joe Biden.

Declaró en CBS News que Estados Unidos debería enviar ahora tropas a Ucrania para ayudar al gobierno ucraniano. Obviamente, ven que Ucrania está perdiendo mucho en este asunto. Y por eso, creo que va a haber un movimiento para enviar tropas estadounidenses y de la OTAN, especialmente tal vez a un país como Polonia, por ejemplo, justo en la frontera, enviar sus tropas también. Así que estamos en un momento muy peligroso. Y de nuevo, creo que este deseo de enviar tropas estadounidenses y de la OTAN allí subraya inmediatamente este deseo de mantener esta guerra.

Así que no veo un final inmediato. Incluso si Rusia terminara por completo las cosas en las próximas semanas, un par de semanas, creo que Estados Unidos y la OTAN continuarán con todos los esfuerzos que puedan para desestabilizar. Para seguir armando, ahora mismo en los Estados Unidos están entrenando a la gente de la artillería ucraniana, les van a dar nuevos equipos de artillería y los van a enviar de vuelta a Ucrania, y van a poder disparar a la región del Donbass desde muy lejos. Así que eso significa que Rusia tendrá que intentar continuamente deshacerse de esas posiciones de artillería. Así que este asunto se va a prolongar durante algún tiempo.

[…] creo que en todos nuestros países, todos tenemos que trabajar más y más para movilizarnos y tratar de detener esto porque podría llevar a la Tercera Guerra Mundial, que podría ser nuclear en un instante.»

De modo semejante, otro artículo unos días anterior a los dos que acabo de citar extensamente, concretamente del pasado 23 de abril, publicado también por Strategic Culture Foundation, y titulado “Fuera máscaras… Los lacayos de Estados Unidos y Europa son pirómanos psicópatas que alimentan el incendio de Ucrania”, insiste en la tesis de que las potencias occidentales están empujando a Rusia y al mundo hacia un abismo catastrófico. La guerra se está convirtiendo cada vez más en una confrontación directa entre dos potencias nucleares.

Y continuando con el hábito de referirme a los últimos artículos sobre la guerra de Ucrania publicados por https://l-hora.org, continúo con el indecente proceso no solo de lavado de imagen del criminal Zelenski sino incluso de su ensalzamiento y mitificación. Un Zelenski que supervisa personalmente, junto a sus asesores de la CIA, una tremenda campaña de asesinatos, secuestros y torturas de oponentes e incluso de simples disidentes. Destaco especialmente la desaparición de un gran número de alcaldes que intentaban pactar con Rusia pasillos humanitarios para miles de civiles. De civiles que los batallones neonazis ucranianos necesitan como escudos humanos.

En la última entrevista que Victor Ternovski me realizó en Sputnik (pueden oírla al final de este artículo), comenté, refiriéndome a ello, que algunos estamos inmunizados frente a semejantes farsas: en las pasadas décadas seguimos con estupor un ensalzamiento y mitificación semejantes del criminal de masas Paul Kagame. No solo ha ido recibiendo sucesivos doctorados honoris causa sino que la ONU lo llegó a nombrar copresidente de los Objetivos del Milenio junto a José Luis Rodríguez Zapatero. Estos son los modelos que la CIA y Occidente nos proponen frente al “autócrata” Putin. De momento, antes de continuar con China.

Es tal nuestra desidia e ignorancia que ni aún las evidencias de las anteriores agresiones internacionales atlantistas y las grandes manipulaciones “informativas” hacen mella en nuestros absurdos paradigmas mentales. Las actuales están como calcadas de ellas, pero nuestra capacidad de comprensión y discernimiento están al parecer absolutamente anuladas. Antes fueron los yihadistas los que hicieron que gentes como Hilary Clinton expresaran su gran satisfacción por contar con tales colaboradores. Ahora “trabajan” en algo semejante con la nueva Al Qaeda: los nazis supremacistas blancos.

Entre tanto sigue el incesante bombardeo con armamento de gran calibre: con “informaciones” que en mi anterior artículo califique no de armas de desinformación masiva sino de armas de auténtica destrucción masiva. La gran farsa sobre las enormes fosas comunes de Mariúpol está batiendo todos los récords anteriores. Se van superando a sí mismos.

Pero la vida y la realidad no son tan fácilmente controlables y manipulables. La soberbia de las élites occidentales será su perdición, como lo fue para Hitler, Lucifer, Saruman o el mismo Sauron. En mi anterior artículo citaba las afirmaciones de Paul Craig Robert sobre la autodestrucción de su propia hegemonía por parte de los idiotas de Washington al imponer a Rusia unas sanciones que perjudicarán más a Occidente que a Rusia y que provocará el nacimiento de nuevas alternativas. Ahora Sergey Glasyev, entrevistado por Pepe Escobar, expone el nuevo sistema monetario mundial, sustentado en una moneda digital, que estará respaldado por una cesta de nuevas monedas extranjeras y recursos naturales. Y que liberará al Sur Global tanto de la deuda occidental como de la austeridad inducida por el FMI.

Entrevista a Joan Carrero en el programa de radio "Octavo Mandamiento" (Sputnik, 03.05.2022)