Durante esta semana, la campaña “Apadrine usted una familia de refugiados sirios (víctimas del genocida Bashar el Asad)” ha tenido por protagonista al Grande de España Cayetano Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, hijo de la más grande de todos los Grandes de España, la duquesa de Alba. Dada la “política” de la Unión Europea y del Gobierno español sobre los refugiados, los españoles de a pie sensibles al sufrimiento humano difícilmente podrán hacer otra cosa que donar unos euros para “la causa”. Pero no importa demasiado. Lo que de verdad interesa es que cuele el “verdadero” mensaje, que cuele el paréntesis del citado eslogan, que cuele subliminalmente en el subconsciente de la gente (subconsciente que algunos saben manipular tan científicamente) este mensaje: el sátrapa (ahora incluso genocida) Bashar el Asad, que desde hace décadas masacra a su pueblo, debe desaparecer de la escena.

El jueves tuve la “suerte” de escuchar en el programa “Hoy por Hoy” (líder de audiencia de la radio española) las emotivas y vehemente palabras del IV Duque de Arjona (mi querido municipio natal que, en la provincia de Jaén, se yergue como una atalaya entre un mar de olivos) y XIV Conde de Salvatierra. Arjona, por cierto (la importante Urgavo Alba del periodo romano y en la que más tarde, en 1194, nacería Alhamar, el futuro primer rey nazarí de Granada), fue entregada por el rey Juan II de Castilla a Fadrique Enríquez, junto con el título de duque de Arjona. Ya en nuestros días, concretamente el 26 de abril de 2013, la duquesa de Alba cedió el título a su hijo Cayetano Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart. Así que eso de donarse o arrebatarse ciudades entre los “grandes”, de conquistar o perder países entre ellos, ya viene de lejos.

Unos días antes el Grupo Prisa ya había comenzado esta aristocrática campaña “solidaria” con el reportaje “Refugiados en la Casa de Alba”, publicado en “La revista del sábado” de El País. Esta es la contundente frase del Grande de España con la que comienza tal reportaje: “Bashar el Asad es un genocida, un asesino que tortura y mata a su pueblo desde hace décadas”. Y continúa así: “Cayetano Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, de 53 años recién cumplidos, duque de Arjona y conde de Salvatierra, habla así porque conoce de primera mano el drama de los refugiados sirios. Acoge en la finca de Las Arroyuelas de Carmona (Sevilla) a Saleh Abou Saleh, de 50 años, a su esposa Dima, diseñadora de 35, y sus dos hijos, de cinco y un año”.

De modo vehemente y encadenando valoraciones políticas una tras otra, el Grande de España lanzó su solidario mensaje: últimamente no puede dormir por causa de la tragedia que sufren los sirios; está harto de tantos que saben y hablan de todo y que frente a este drama humano se dedican a hacer con vehemencia análisis políticos; hay que dejarse de tantas tonterías, hablamos de personas, de lo que se trata es de que un tirano masacra a su pueblo; un tirano que arranca las uñas a los jóvenes disidentes políticos… Semejantes razones no me preocupan demasiado, no son nada originales, hasta el “apolítico” Francisco Franco criticaba a aquellos que se metían en política. Lo que en realidad me impresionó es el descarado apoyo que los trasnochados posicionamientos “apolíticos” y “caritativos” de este supernoble recibieron por parte de los demás tertulianos de la “progresista” emisora. Lo que en realidad me impresiona de todo este asunto es el descaro cada vez mayor con el que los grandes medios corporativos van creando lo que Noam Chomsky y otros lúcidos analistas llaman la creación de los consensos necesarios para que Occidente avance en su gran proyecto imperial de dominación.

Ante semejante cúmulo de distorsiones, estereotipos y lugares comunes uno no puede menos de preguntarse si este supernoble tiene idea de los crímenes de nuestros aliados (Turquía, Arabia Saudí, etc.) en esta “noble” tarea de liberar a Siria del genocida, crímenes incomparablemente mayores que los suyos; del proyecto de gaseoducto al que se refería hace poco el sobrino de John F. Kennedy así como de los otros intereses geoestratégicos por los que se intenta acabar con el Gobierno sirio; del antiguo plan estadounidense, denunciado por el mismo general Wesley Clark, para acabar con los gobiernos “incómodos” de Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia y Sudán e Irán… Me pregunto, si este Grande de España tiene la menor idea de las grandes mentiras anteriores a las actuales, mentiras ya reconocidas, con las que se justificaron todas las “liberaciones” precedentes; o si conoce los correos electrónicos de Hilary Clinton sobre el planificado derrocamiento de Muamar el Gadafi…

Me pregunto, en definitiva, si este Grande de España sabe algo del proyecto anglosajón de dominación de África y el Gran Medio Oriente. Proyecto en el que Europa participa como sumiso vasallo. Proyecto en el que, mientras se continúa buscando el derrocar a Bashar el Asad, aunque sea a costa de arrasar un país, ya se prepara la próxima jugada que de nuevo tiene a Libia por objetivo. Nueva jugada en la cual se ha adjudicado a Italia un papel protagonista, dado su rol histórico colonial en Libia.

En todo caso, de lo que sí estoy seguro es de que quienes deciden la línea editorial del gran diario global del Grupo Prisa y de su hermana la Cadena Ser sí que deben tener mucha más información de la que tiene este Grande de España. Un mediático supernoble que está promoviendo justamente el análisis que los grandes creadores del caos y la división en África y el Gran Medio Oriente están empeñados en promover. Cada día más expertos auténticos denuncian el hecho evidente de que todos los últimos grandes crímenes contra la paz no habrían sido posibles sin estas campañas de manipulación social llevadas a cabo por los grandes medios corporativos. Son por tanto cooperadores necesarios en este descomunal proyecto criminal de dominación.