Cataluña es una comunidad autónoma en el noreste de España, frontera con Francia y el Mar Mediterráneo, Barcelona es su capital y ciudad más grande.
En noviembre de 2015, los legisladores catalanes aprobaron un plan de secesión de España para el año 2017. El 1 de octubre es el momento de la verdad, los catalanes votarán en referéndum sobre si seguir siendo parte de España o separarse, estableciendo un estado independiente.
La autodeterminación es un derecho universal. Es un principio básico del derecho internacional, consagrado en varios tratados, afirmado en la Carta de las Naciones Unidas y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
Las siguientes características son necesarias para tener derecho a un estatus de estado-nación:
- un territorio determinable, fijo o no;
- una población fija;
- un gobierno en funcionamiento; y
- la capacidad de entablar relaciones con otros estados.
La aprobación por el Consejo de Seguridad y la Asamblea General requiere las siguientes condiciones: el aspirante debe ser un Estado, amante de la paz, dispuesto a aceptar las obligaciones de la Carta de las Naciones Unidas, ser capaz de llevarlas a cabo y estar dispuesto a hacerlo.
Cataluña está capacitada en todos los aspectos. Tiene derecho legal a declarar su independencia soberana de España. Concierne sólo a los catalanes decidir, a nadie más.
El primer ministro español, Mariano Rajoy, tiene otras ideas, reforzando la dureza del estado policial en la comunidad.
El miércoles, altos funcionarios catalanes fueron arrestados, un esfuerzo de intimidación ilegal para evitar la votación programada para el 1 de octubre. El vicepresidente catalán Oriol Junqueras tuiteó: «Están atacando a las instituciones de este país y atacando a los ciudadanos. No lo permitiremos.”
La consejera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia de Catalunya, Dolors Bassa, publicó en Twitter que «existe un estado de sitio».
El presidente catalán, Carles Puigdemont, calificó las acciones de Madrid como «totalitarias». A pesar de las advertencias de cancelar la votación del 1 de octubre, prometió que se celebrará.
No es fácil con miles de policías españoles listos para atacar y detener las cosas. Según informes, 10 millones de papeletas fueron incautadas.
Ya sea a favor o en contra de la independencia, decenas de miles de catalanes salieron a la calle cantando «queremos votar» y «democracia».
La fiscalía española abrió una investigación criminal, dirigida a cientos de alcaldes catalanes por cooperar con los planes del referéndum.
En un referéndum de 2014, el 80% de los catalanes votó a favor de la independencia. Madrid declaró la elección inválida e inconstitucional.
El jueves, la policía española asedió la sede del partido independentista CUP. Siguió un enfrentamiento de ocho horas, que formaba parte de la represión estatal policial para evitar la votación del 1 de octubre.
Cuanto más se agriete el régimen madrileño, más decididos pueden ser los catalanes para liberarse de su represión.
La agitación probablemente continuará durante días. En declaraciones a los reporteros, el jefe de relaciones exteriores de Cataluña, Raúl Romeva, dijo «el tema… no es independencia o no, sino la democracia en España y la UE» o la tiranía, y el régimen de Rajoy está optando por lo último.