El 9 de agosto, un ataque aéreo saudí apoyado por Estados Unidos bombardeó un autobús que transportaba escolares en Sa’ada, una ciudad en el norte de Yemen. The New York Times informó que los estudiantes estaban en un viaje recreativo. Según el departamento de salud de Sadá, el ataque mató al menos a cuarenta y tres personas.
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, al menos veintinueve de los fallecidos eran niños menores de quince años, y cuarenta y ocho personas resultaron heridas, incluidos treinta niños.
La CNN emitió imágenes horribles y desgarradoras de niños que sobrevivieron al ataque y que fueron atendidos en una sala de emergencias. Uno de los niños, que lleva su mochila azul de UNICEF, está cubierto de sangre y gravemente quemado.
Comentando la tragedia, la corresponsal de la CNN Nima Elbagir enfatizó que ella había visto un video sin voz que era incluso peor de lo que mostraba el segmento de la CNN. Luego señaló que las condiciones podrían empeorar debido a que el puerto vital de Hodeidah, el único puerto que actualmente funciona en Yemen, ha estado sometido durante semanas a ataques aéreos prolongados liderados por la coalición saudí. La Sra. Elbagir describió el puerto de Hodeidah como «el único salvavidas para llevar suministros a Yemen».
«Este conflicto está respaldado por Estados Unidos y el Reino Unido», dijo Elbagir, al concluir su informe, «ellos apoyan totalmente las actividades dirigidas por los sauditas en Yemen».
Empresas estadounidenses como Raytheon, General Dynamics, Boeing y Lockheed Martin han vendido miles de millones de dólares en armas a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y otros países de la coalición liderada por Arabia Saudita y los Emiratos que atacan Yemen.
El ejército de Estados Unidos reposta los aviones de guerra sauditas y emiratíes en pleno vuelo. Y Estados Unidos ayuda a los militares de la coalición saudita a elegir sus objetivos.
Isa Blumi, profesor asociado de la Universidad de Estocolmo y autor del libro Destroying Yemen, ha dicho que Estados Unidos es el «principal responsable» de los ataques de la coalición saudita.
Buscando una forma útil de describir el apoyo de Estados Unidos a la operación saudí-emiratí en Yemen, el periodista Samuel Oakford ofreció recientemente esta comparación: «Si el ataque aéreo hubiese sido un ataque criminal disparando desde un automóvil, Estados Unidos proveía el automóvil, las ruedas, el servicio y reparación, el arma, las balas, el mantenimiento de los criminales y el combustible».
El ataque del 9 de agosto contra niños y otros civiles sigue una lista trágica y sórdida de ataques de Arabia Saudita y los Emiratos que causan carnicerías y aflicción extrema en Yemen. El 12 de junio, Médicos Sin Fronteras informó sobre un ataque aéreo que destruyó su nueva instalación para el tratamiento del cólera en la ciudad de Abs, construida en previsión de un tercer brote epidémico de cólera en Yemen.
Decenas de personas murieron y resultaron heridas en un ataque del 3 de agosto al hospital Al Thawra cerca de la entrada al puerto de Hodeidah. Los analistas que examinaron las municiones utilizadas en el ataque creen que el asesinato y la destrucción se produjeron cuando las fuerzas de los Emiratos Árabes Unidos situadas cerca del aeropuerto de Hodeidah dispararon morteros hacia la zona.
¿Por qué los saudíes y los emiratíes lideran una coalición que ataca a Yemen, el país más pobre de la península árabe, desde marzo de 2015?
El profesor Isa Blumi cree que el objetivo es presionar a los yemeníes para que se sometan por completo y ejerzan el control sobre «una mina de oro» de recursos, incluidas reservas de petróleo, gas natural, minerales y una ubicación estratégica. Blumi señala que la guerra contra Yemen le cuesta al reino de Arabia Saudita 200 millones de dólares por día, pero el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, quien comentó que una guerra prolongada beneficia a Arabia Saudita, parece creer que el costo lo vale, considerando posibles ganancias futuras.
Las ganancias comerciales también parecen motivar a las compañías de armas estadounidenses que continúan beneficiándose de las ventas de armas a la coalición liderada por Arabia Saudita y los Emiratos.
Estados Unidos está profundamente implicado en la atroz carnicería en Yemen. Es nuestra responsabilidad como ciudadanos hacer todo lo posible para exigir el fin de esta complicidad.
Kathy Kelly (kathy@vcnv.org) co-coordina Voces para la no violencia creativa (www.vcnv.org).
Fuente original: Voices for Creative Nonviolence