Es ensordecedor su silencio sumiso, que debería ser penalmente punible, frente al último y gravísimo atentado terrorista de Estados Unidos en Europa: la voladura de los gasoductos rusos, que provocará tantas penalidades y sufrimiento a los más desfavorecidos
Sabemos el daño inmenso que el “nuevo” Estados Unidos, el que surgió al final de 1963, viene haciendo a Europa durante las últimas décadas. Me refiero al Estados Unidos que surgió tras aquel auténtico Golpe de Estado mundial que fue la voladura de cerebro del presidente John F. Kennedy. Sobre las voladuras criminales de las élites “filantrópicas” en su propio país desde que volaron el cerebro de Abraham Lincoln, o al menos desde que volaron el de John F. Kennedy, no quiero hoy extenderme.
Y tratando solo de voladuras terroristas de la OTAN en Europa, baste recordar una: la de la estación de Bolonia realizada por su red Gladio en agosto de 1980. Voladura en la que murieron 85 personas y más de 200 fueron heridas gravemente. En cuanto a España se refiere, con la información que existe puede afirmarse que también la voladura del Dodge 3700 negro de Carrero Blanco no fue otra cosa que la voladura controlada, controlada por Estados Unidos, del edificio franquista (ver el último párrafo del artículo “Felipe, el dios, acusa”). Voladura a la que debía seguir la reconstrucción de una España “Nueva”. Que al final tampoco resultó ser tan nueva ni mucho menos, sino tan solo OTANista.
Y si continuamos con otras voladuras, hay una de la que prácticamente no se habla aunque ha sido la más letal de todas, ya que conllevó muchos millones de víctimas mortales: la voladura el 6 de abril de 1994 del Falcon 50 presidencial ruandés cuando estaba a punto de aterrizar en Kigali. Pero no quiero detenerme en el pasado. Así que acabo ya la inacabable lista de perversas voladuras, de las que son autores los líderes de la cacareada “comunidad internacional” y adalides de “la lucha contra el terrorismo”, con la más mediática de todas ellas: la de las Torres Gemelas. Indudablemente (más allá de las tres teorías posibles sobre la autoría más o menos activa o pasiva del Estado Profundo), tal voladura fue o, mejor, intentó ser, el inicio de un Nuevo Orden Mundial.
Y si, ampliando nuestro objetivo, nos referimos no solo a voladuras sino también a todo tipo de crímenes de la OTAN, la relación de ellos sería prácticamente inmanejable en un artículo. Lo cierto es que los medios de manipulación masiva les funcionan muy bien. Son como una apisonadora que lo aplasta todo. Los últimos grandes crímenes en España que también han logrado silenciar son los de los atentados en Barcelona y Cambrils el 17 de agosto de 2017. Aunque en realidad, el objetivo inicial de los terroristas, cuyos movimientos estaban tan controlados por “nuestros” servicios secretos, eran también otras dos tremendas voladuras: la del templo de la Sagrada Familia y la del Camp Nou. Así que, emborrachados de éxito en el constante uso de su poderosa propaganda, una y otra vez se permiten imponer como verdades incuestionables las más ridículas y hasta delirantes falsedades.
Ahora, tras el intento de Estados Unidos de boicotear durante años por todos los medios el Nord Stream 2 (sin remontarnos a las décadas de intentar la voladura de una posible colaboración entre Alemania y Rusia) y de incluso anunciar sin el más mínimo pudor que acabarían con ese gaseoducto, los y las presstitutas de “nuestros” medios nos cuentan que “Rusia” ha llevado a cabo el día 26 de septiembre la voladura no del gaseoducto OTANista Baltic Pipe que va de Noruega a Polonia, inaugurado el 27 de septiembre (el día siguiente de la voladura de los dos Nord Stream), sino… ¡sus propios dos gaseoductos!
Lo de menos es que Estados Unidos esté “haciendo las américas” en este río revuelto con la venta de su carísimo gas licuado. O que esté impulsando a las corporaciones europeas a mudarse a Estados Unidos. Lo importante es que, “casualmente”, se ha llegado a aquello que tanto se buscaba: la voladura de toda alianza, incluso meramente comercial, entre Rusia y Alemania; la sustitución de esta por la fiel Polonia como uno de los centros energéticos más importantes del continente; la dependencia alemana absoluta de Estados Unidos; la división de Europa…
Esta operación terrorista y mediática ha sido tan descarada que no puede ser interpretada solo como un simple atentado terrorista. Es seguramente además un aviso. Un típico aviso mafioso. Pero “nuestros” políticos, lacayos europeos de esas élites, han entrado en este perverso juego: culpan a Rusia o callan. No pueden ser tan idiotas como para creerse una mentira tan burda y absurda. No son meros televidentes desinformados. Solo puede tratarse del más rastrero colaboracionismo, que nada tiene que envidiar al del Régimen de Vichy con los nazis. O probablemente no deban ser considerados solo como colaboradores sino, sencilla y llanamente, como lacayos que han sido llevados por sus elitistas padrinos a la posición y cargo que detentan.
El relato que construyen sobre el gran conflicto de Ucrania es una falsedad demasiado grosera. Pero no por ello dejan de acusar una y otra vez a Rusia. Absolutamente surrealista. Todo cada vez más surrealista. Sobre todo la surrealista idiotización generalizada de una sociedad que sigue “devotamente” sumisa a su maltratador. ¿Sumisión pura y dura? ¿Masoquismo? ¿O quizá, ya que estamos hablando de terrorismo, síndrome de Estocolmo? Espero que este invierno nadie se me queje de los precios de la energía, etc. Porque quizá no controle mis adjetivos sobre tanta estupidez supina. Es el Gran Reset que traerá, esta vez sí, un Mundo Nuevo.
Mientras escribo sobre todo esto, llega una nueva noticia sobre “otra infamia del Putin”: acaba de bombardear a una caravana de civiles en Zaporiyia, provocando tres decenas de víctimas mortales y nueve decenas de heridos. Y el “héroe” Zelenski acaba de llamarlo “escoria sedienta de sangre”. Putin es tan perverso y loco que al parecer él mismo, personalmente, intenta volar la gran central nuclear de Zaporiyia, que las tropas rusas controlan; ha llevado a cabo la voladura de los dos carísimos gaseoductos rusos, que van de Rusia a Alemania, al tiempo que ha respetado el gaseoducto OTANista que va de Noruega a Polonia; acaba de acribillar a una caravana de civiles que estaban intentando entrar en la zona ya controlada por las tropas rusas y que por esa causa acababan de ser amenazados por los ucranianos…
¿Qué tendrá que suceder de una gravedad y dimensiones descomunales para que nuestras sociedades abran los ojos? ¿Hasta cuándo permaneceremos sumisos en una OTAN que está llevando al mundo a su destrucción? ¿Hasta cuándo permaneceremos sumisos en una OTAN que no es otra cosa que el brazo asesino con el que las élites de las Citys londinenses y neoyorquina ejecutan sus crímenes? ¿Hasta cuándo permaneceremos sumisos a un Banco Central Europeo y una Unión Europea que son solo los instrumentos para el sometimiento económico de las naciones europeas?
Finalmente, cuando estoy a punto de concluir este artículo, conozco el del profesor Chossudovsky titulado: “Acto de guerra de Estados Unidos contra la Unión Europea: ¿Ordenó el presidente Biden el ataque terrorista contra Nord Stream?”. Sus tesis están absolutamente en línea con la radicalidad del título y subtítulo de este mío:
“Desde un punto de vista legal (Derecho Internacional: Carta de la ONU, Ley del Mar) esto no fue un ataque terrorista contra Rusia, fue un Acto de Guerra de los Estados Unidos contra la Unión Europea.
Estados Unidos no es un aliado de la UE. Todo lo contrario. El papel insidioso de EE.UU. en la realización de actos de sabotaje contra la UE está ampliamente documentado. Sin lugar a dudas.
Mientras tanto, los políticos corruptos de la UE no solo culpan a Rusia, sino que también preparan el escenario para la destrucción de la Unión Europea en nombre de Washington.”
Pero es una vez más Pepe Escobar quien en su artículo titulado “Alemania y la UE han recibido una declaración de guerra”, publicado el mismo día que el del profesor Chossudovsky, da un mayor número de valiosas claves técnicas y políticas para entender como ha podido ser ejecutada semejante voladura y todo lo que ella significa. Dejando las claves técnicas para quienes decidan leer íntegro este importante artículo, creo que merece ser recogido casi todo lo demás:
“El sabotaje de los oleoductos Nord Stream (NS) y Nord Stream 2 (NS2) en el Mar Báltico ha llevado ominosamente al ‘Capitalismo del Desastre’ a un nivel completamente nuevo y tóxico.
Este episodio de Guerra Híbrida Industrial/Comercial, en la forma de un ataque terrorista contra la infraestructura energética en aguas internacionales, señala el colapso absoluto del derecho internacional […].
Los funcionarios alemanes ya están dando vueltas a que el NS y el NS2 pueden estar ‘potencialmente’ fuera de servicio ‘para siempre’. La economía y los ciudadanos de la UE necesitan urgentemente ese suministro de gas. Sin embargo, la EUrocracia de Bruselas -que gobierna sobre los Estados-nación- no lo secundará, porque ellos mismos han sido dictados a dedo por el Imperio del Caos, la Mentira y el Saqueo. Se puede argumentar que esta eurooligarquía debería ser juzgada algún día por traición.
Tal y como están las cosas, la irreversibilidad estratégica es ya evidente; la población de varias naciones de la UE pagará un precio tremendo y sufrirá graves consecuencias derivadas de este ataque, a corto, medio y largo plazo.
El panorama general revela a un Occidente colectivo sumido en el pánico, con unas ‘élites’ atlantistas dispuestas a recurrir a cualquier cosa -mentiras escandalosas, asesinatos, terrorismo, sabotaje, guerra financiera total, apoyo a los neonazis- para evitar su descenso a un abismo geopolítico y geoeconómico.
Desactivar el NS y el NS2 representa el cierre definitivo de cualquier posibilidad de un acuerdo germano-ruso sobre el suministro de gas, con el beneficio añadido de relegar a Alemania a la humilde condición de vasallo absoluto de Estados Unidos.
Esto nos lleva a la cuestión clave de qué aparato de inteligencia occidental diseñó el sabotaje. Los principales candidatos son, por supuesto, la CIA y el MI6, con Polonia como chivo expiatorio y Dinamarca desempeñando un papel muy dudoso: es imposible que Copenhague no haya sido al menos ‘informada’ sobre la cuestión. […] podemos estar ante el caso de un miembro de la UE/OTAN involucrado en un acto de sabotaje contra la economía número uno de la UE/OTAN. Eso es un casus belli.
El ministro de Defensa danés se reunió urgentemente con el secretario general de la OTAN este miércoles. Después de todo, las explosiones se produjeron muy cerca de la zona económica exclusiva (ZEE) de Dinamarca. Esto puede calificarse de burdo kabuki [teatro] en el mejor de los casos; exactamente el mismo día, la Comisión Europea (CE), la oficina política de facto de la OTAN, avanzó en su obsesión característica: más sanciones contra Rusia, incluyendo el tope de precios del petróleo, que está condenado al fracaso.
Mientras tanto, los gigantes energéticos de la UE van a perder mucho con el sabotaje. La lista incluye a las alemanas Wintershall Dea AG y PEG/ E.ON; la holandesa N.V. Nederlandse Gasunie; y la francesa ENGIE. Luego están los que financiaron la NS2: Wintershall Dea de nuevo, así como Uniper; la austriaca OMV; ENGIE de nuevo; y la británica-holandesa Shell. Wintershall Dea y ENGIE son copropietarios y acreedores. Sus accionistas, enfurecidos, querrán respuestas serias en una investigación seria.
Y lo que es peor: en el frente del terror de los oleoductos ya no hay límites. Rusia estará en alerta roja no sólo por Turk Stream sino también por Power of Siberia. Lo mismo para los chinos y su laberinto de oleoductos que llegan a Xinjiang.
Sea cual sea la metodología y los actores que estaban en el bucle, esto es una venganza -por adelantado- por la inevitable derrota colectiva de Occidente en Ucrania. Y una cruda advertencia al Sur Global de que lo volverán a hacer. Sin embargo, la acción siempre genera reacción: a partir de ahora, también podrían ocurrir ‘cosas raras’ con los oleoductos de Estados Unidos y el Reino Unido en aguas internacionales.
La oligarquía de la UE está alcanzando un avanzado proceso de desintegración a la velocidad del rayo. Su ventana de oportunidad para al menos intentar un papel como actor geopolítico estratégicamente autónomo está ahora cerrada.
Estos EURÓcratas se enfrentan ahora a un grave problema. Una vez que esté claro quiénes son los autores del sabotaje en el Báltico, y una vez que comprendan todas las consecuencias socioeconómicas que cambian la vida de los ciudadanos de toda la UE, el teatro tendrá que parar. Incluyendo la subtrama ya en marcha, ubérrima y ridícula, de que Rusia voló su propio oleoducto cuando Gazprom podría simplemente haber cerrado las válvulas para siempre.
Y una vez más, la cosa empeora: Gazprom amenaza con demandar a la empresa energética ucraniana Naftofgaz por impagos. Eso supondría el fin del gas ruso que transita por Ucrania hacia la UE. Por si todo esto no fuera suficientemente grave, Alemania está obligada por contrato a comprar al menos 40.000 millones de metros cúbicos de gas ruso al año hasta 2030.
¿Simplemente decir que no? No pueden: Gazprom tiene derecho legalmente a cobrar incluso sin enviar el gas. Ese es el espíritu de un contrato a largo plazo. Y ya está ocurriendo: a causa de las sanciones, Berlín no recibe todo el gas que necesita, pero sigue teniendo que pagar.
Ahora está dolorosamente claro que los guantes de terciopelo imperiales están fuera cuando se trata de los vasallos. Independencia de la UE: prohibida. Cooperación con China: prohibida. Conectividad comercial independiente con Asia: prohibida. El único lugar para la UE es estar económicamente subyugada a los Estados Unidos: una remezcla chabacana de 1945-1955. Con un perverso giro neoliberal: nosotros seremos los dueños de vuestra capacidad industrial, y vosotros no tendréis nada.
El sabotaje de la NS y la NS2 está incorporado en el sueño húmedo imperial de romper la masa terrestre euroasiática en mil pedazos para evitar una consolidación trans-euroasiática entre Alemania (que representa a la UE), Rusia y China: 50 billones de dólares de PIB, basado en la paridad de poder adquisitivo (PPP), en comparación con los 20 billones de dólares de Estados Unidos.
Debemos volver a Mackinder: el control de la masa terrestre euroasiática constituye el control del mundo. Las élites estadounidenses y sus Caballos de Troya en toda Europa harán lo que sea necesario para no ceder su control.
Las ‘élites estadounidenses’ en este contexto abarcan a la desquiciada y estraussiana ‘comunidad de inteligencia’ infestada de neocons y a las Grandes Energéticas, las Grandes Farmacéuticas y las Grandes Finanzas que les pagan y que se benefician no sólo del enfoque de la Guerra eterna del Estado Profundo, sino que también quieren hacer su agosto con el Gran Reinicio inventado en Davos.
Los años veinte furiosos comenzaron con un asesinato, el del general Soleimani. La voladura de oleoductos es parte de la secuela. Habrá una autopista al infierno hasta 2030. Sin embargo, tomando prestado a Shakespeare, el infierno está definitivamente vacío, y todos los demonios (atlantistas) están aquí.”
Perturbador final: “Todos los demonios están aquí”. Quien no parece utilizar el término luciferinos de un modo puramente metafórico, como hace Pepe Escobar, es Joachim Hagopian en su reciente y magnífico artículo titulado “Los tambores de guerra suenan más fuerte, la Tercera Guerra Mundial se acerca cada vez más”. Este graduado de West Point, es un ex oficial del ejército y autor de diversos libros en los que expone un sistema defectuoso de liderazgo militar de los Estados Unidos y la mediocridad de los generales político-burócratas designados para ascender a la cúpula militar, que han perdido todas las guerras estadounidenses modernas diseñadas por la élite.
Después de abandonar su profesión militar, obtuvo una maestría en Psicología Clínica y trabajó como terapeuta licenciado en el campo de la salud mental con jóvenes y adolescentes abusados durante más de un cuarto de siglo. En Los Ángeles, se encontró luchando contra los servicios de protección infantil del condado más grandes de la nación dentro del sistema de bienestar infantil completamente roto y corrupto de Estados Unidos. No creo que este ex militar estadounidense se escandalice tan fácilmente, como tantos otros sí lo hacen, cuando el presidente Putin se refiere a la decadencia moral de Occidente. Los temores de Joachim Hagopian son también los mismos, ¡ojalá que no se materialicen!, que los que Paul Craig Roberts expresa en uno de sus últimos artículos titulado “Ha llegado un momento fatídico de la historia”. Al final de él se refiere, una vez más, a la cuestión crucial de los medios:
“Que podamos estar en esta posición extremadamente peligrosa se debe a la ausencia total en Occidente de medios de comunicación honestos e independientes y de expertos sobre Rusia honestos y competentes. Esencialmente, no hay inteligencia en Occidente entre los que toman las decisiones y no hay información precisa que llegue a las poblaciones occidentales.
Yo y algunos otros hemos hecho grandes esfuerzos, pero se nos llama ‘teóricos de la conspiración’, ‘agentes rusos’ y otros nombres que se utilizan para desacreditar a los que realmente entienden la realidad de la situación. Las crecientes restricciones sobre lo que se puede decir, o si se dice se le preste atención, ha creado una ignorancia masiva mientras nos acercamos a un posible momento fatídico de la historia.”
La advertencia de Biden acerca de poner fin a los gasoductos Nord Stream (RT, 07.02.2022)
Biden evade preguntas sobre el sabotaje al Nord Stream (RT, 30.09.2022)