El 16 de marzo de 2024 se entregó en Bruselas el 13º Premio Victoire Ingabire Umuhoza por la Democracia y la Paz.
En su discurso, Rachel Kami Runyinya, coordinadora de la Red Internacional de Mujeres por la Democracia y la Paz en Bélgica (RIFDP), recordó que el premio fue creado en Montreal, Canadá, en 2011, y que encarna el coraje y el espíritu de lucha de Victoire INGABIRE UMUHOZA por su enfoque positivo de la resolución de conflictos. Este premio honra a cualquier persona u organización que emprenda acciones significativas y valientes para promover la democracia y la paz en la región de los Grandes Lagos de África.
He aquí los demás puntos principales de su discurso:
A la vista de los acontecimientos que se vienen produciendo en la región desde hace 30 años, nos parece importante reflexionar sobre el valor de la vida humana. ¿Es menos importante en esta región que en otras? ¿Qué se puede hacer para que se tenga en cuenta? ¿Cómo evitar que la vida humana, aquí o en otros lugares, se trivialice hasta el punto de que se mate a un ser humano y se le considere una nada? Estas son las preguntas que nos han llevado a elegir el tema de este año: «Devolver el valor a la vida humana».
Los conflictos entre pueblos siempre han causado sufrimiento, especialmente a los más vulnerables. Desde que el FPR tomó el poder en Ruanda en 1994, y desde el inicio del conflicto en octubre de 1990, la región africana de los Grandes Lagos ha sido escenario de numerosos actos de violencia y atrocidades. El conflicto se extendió de Ruanda a la República Democrática del Congo a finales de 1996. Más de 10 millones de personas perdieron la vida, y más de 500.000 mujeres fueron víctimas de violaciones, una cifra que sigue aumentando. Este sufrimiento infligido a las poblaciones congoleña y ruandesa es el resultado de múltiples intereses políticos, económicos y geoestratégicos. Como sociedad civil, nuestra principal preocupación es poner de relieve el sufrimiento y las terribles consecuencias que están padeciendo estas poblaciones.
Las mujeres y las niñas son los principales objetivos de la violencia sexual extrema en la región africana de los Grandes Lagos. Estas violaciones se utilizan como armas de guerra para aterrorizar a las poblaciones locales y desestabilizar a las comunidades. Los hombres también son asesinados y mutilados sin piedad. Los agresores destruyen bienes públicos como casas, escuelas, hospitales e infraestructuras, con el objetivo de desestabilizar a las comunidades y provocar desplazamientos masivos de población.
Para reconstruir el tejido social desgarrado por la guerra, es crucial promover la reconciliación y la justicia para las víctimas. Acabar con la impunidad de los crímenes de guerra y contra la humanidad es una prioridad. La complicidad de organismos internacionales, gobiernos y poderes financieros en los conflictos armados de la República Democrática del Congo ha sido duramente criticada. Las Naciones Unidas, por ejemplo, han sido acusadas de no actuar con decisión para poner fin a la violencia y las violaciones de los derechos humanos en la RDC. Muchos gobiernos y potencias financieras han sido criticados por apoyar a los grupos armados en el conflicto del este de la RDC. Ruanda ha sido acusada de proporcionar armas y apoyo financiero a grupos rebeldes como el M23, agravando el sufrimiento de la población civil. Minerales como el oro y el coltán suelen explotarse ilegalmente para financiar los conflictos.
A pesar de los retos impuestos por el conflicto, las mujeres congoleñas y ruandesas han demostrado una notable resistencia y determinación para superar el trauma de la guerra. Siguen desempeñando un papel crucial en la promoción de la paz y la justicia, haciendo campaña contra la impunidad de los autores de crímenes y trabajando por la reconciliación entre comunidades devastadas por la guerra. El reconocimiento del papel fundamental que desempeñan las mujeres en esta maltratada región es esencial si queremos avanzar en el proceso de paz, reconstrucción y desarrollo. Es crucial que se les conceda un lugar central en estos esfuerzos.
Los ganadores
- Sra. Nicole NDONGALA Nzoiwidi, de España.
- Sra. Françoise Robin Germain, de Francia.
- Sr. Deo NAMUJIMBO, de Francia.
- Sr. Pie TSHIBANDA, de Bélgica, recibió el premio al Artista comprometido por la paz.
Discurso completo de la Sra. Victoire INGABIRE
«Señoras y señores, buenas noches.
Quisiera dar las gracias a la Red Internacional de Mujeres por la Democracia y la Paz por haberme invitado a este acto, que organiza por decimotercera vez. También quiero reiterar mi agradecimiento a todos ustedes que, cada año desde que se organiza este acto, han asistido con la misma determinación. Determinación de ver surgir la democracia y la paz en nuestro país y en la región africana de los Grandes Lagos.
Desgraciadamente, hoy, cuando se entrega por decimotercera vez este premio, la justicia ruandesa acaba de confirmar su falta de independencia privándome por enésima vez de mis derechos civiles y políticos. La decisión del Tribunal Supremo de denegarme el indulto refuerza la persistente preocupación por la independencia del poder judicial ruandés, la restricción de los derechos políticos de los opositores y la represión de las voces alternativas en Ruanda.
Esta decisión no sólo afecta a la capacidad de una sola persona para contribuir a la vida política ruandesa, sino que limita la capacidad del pueblo ruandés para explorar diversas perspectivas políticas.
Todos sabemos que las diversas formas de violación de los derechos humanos y de injusticia son una de las principales causas de inestabilidad y una amenaza permanente para la seguridad en la región africana de los Grandes Lagos. Sigo firmemente convencida de que la democracia, tal y como se consagra en el protocolo de la Unión, es la piedra angular de la seguridad y la paz, que son requisitos previos para el desarrollo sostenible en nuestro país y en todo el continente.
Los regímenes dictatoriales que niegan las libertades fundamentales a sus poblaciones generan conflictos que obstaculizan la consecución de los objetivos de la Unión Africana. Para que la paz, la estabilidad y el desarrollo duraderos prevalezcan en el continente, deben instaurarse regímenes democráticos en todos los países africanos. Como todos sabemos, los conflictos generan refugiados, y estos refugiados son vistos como amenazas por las potencias que los generaron.
Para subrayar la magnitud del impacto de los refugiados sobre la paz y la estabilidad en África, podemos ilustrarlo con lo que está ocurriendo en la subregión de los Grandes Lagos. Las guerras cíclicas a las que asistimos actualmente son esencialmente el resultado de regímenes que actualmente violan los derechos fundamentales de sus ciudadanos.
Hoy, nuestro país vuelve a estar enfrentado a la RDC, aduciendo como motivo la presencia de refugiados ruandeses que quieren desestabilizar Ruanda. El afán por perseguir a los refugiados ruandeses provocó en su día el deterioro de las relaciones de Ruanda con otros Estados africanos hermanos, como Burundi, Uganda, Tanzania, la República Democrática del Congo y Sudáfrica, e incluso con algunos de sus socios en el desarrollo, como Estados Unidos, el Reino Unido y Suecia.
Como siempre he dicho, la crisis ruandesa es de naturaleza política y requiere una solución política. Para resolver estos problemas, hemos lanzado un llamamiento urgente para que se celebre un diálogo nacional altamente integrador a escala regional y en cada uno de los Estados de la región de los Grandes Lagos, con vistas a resolver los problemas sociopolíticos tanto a escala regional como interna. Con las cartas sobre la mesa, este diálogo altamente inclusivo debatiría todas las causas que están en el origen de la inseguridad cíclica y endémica.
En el caso de Ruanda, se han formulado propuestas en el marco de un proyecto que otros colegas y yo hemos denominado Hoja de ruta para un futuro prometedor para Ruanda. Esta hoja de ruta identifica una serie de retos que se interponen en el camino del Estado de derecho, la democracia, el desarrollo sostenible y la prosperidad compartida en Ruanda.
Cabe señalar que nuestra propuesta de diálogo está en consonancia con la Estrategia de las Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz, la Prevención y la Resolución de Conflictos en la Región de los Grandes Lagos de África. Esta estrategia subraya que el diálogo efectivo y sostenido entre los ciudadanos es crucial para fomentar la confianza, abordar los agravios subyacentes y facilitar la acción colectiva hacia el objetivo común de la paz, la estabilidad y la prosperidad. Esto es lo que el proyecto de hoja de ruta se propone conseguir en Ruanda mediante un diálogo interruandés altamente integrador.
Reunir al gobierno ruandés con las voces disidentes de dentro y fuera del país, las organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones políticas de la diáspora ayudará a definir las vías y los medios para reformar la gobernanza en nuestro país y adecuarla a las realidades actuales. Este enfoque también pondrá fin a las razones que impulsan a la gente a llevar a cabo sus actividades políticas fuera de Ruanda y que motivan rebeliones con la intención de tomar el poder en Ruanda por la fuerza de las armas. Por eso les pedimos que defiendan este diálogo inter-ruandés para ayudarnos a silenciar las armas en la región de los Grandes Lagos.
Cabe señalar una vez más que la búsqueda de soluciones mediante el diálogo y el consenso es uno de los principios de la Constitución ruandesa. Por consiguiente, el diálogo que les pido que propugnen es legal y legítimo.
Señoras y señores, muchas gracias por escucharme.
Fuente: Echos d’Afrique