El Papa Francisco ha sugerido al diario italiano Corriere Della Sera que los «ladridos de la OTAN a la puerta de Rusia» provocaron la operación militar en Ucrania y aludió a que los países no deberían suministrar más armas a Ucrania. En concreto, el Papa dijo que Rusia tiene «una rabia que no sé si fue provocada, pero que tal vez fue facilitada» por la implacable expansión de la OTAN hacia el gigante euroasiático.

Aunque el Papa Francisco denunció la operación militar rusa y se preocupa por los civiles, se ha abstenido de nombrar a Moscú como agresor, un reflejo de la tradición de neutralidad del Vaticano y de su propia ambición de mejorar las relaciones con la Iglesia Ortodoxa Rusa.

«En Ucrania, fueron otros estados los que crearon el conflicto», dijo el Papa Francisco en la entrevista sin nombrar a ningún estado en concreto. Pero sí destacó que esos estados extranjeros fomentaron el conflicto y el sufrimiento en «Siria, Yemen, Irak, una guerra tras otra en África».

«No sé responder –estoy demasiado lejos– si es correcto suministrar armas a los ucranianos», dijo el Papa. «Lo que está claro es que en esta tierra se prueban las armas… Las guerras se libran para esto: para probar las armas que hemos fabricado».

Cabe recordar que Kiev ha criticado al Papa por describir su conflicto con Rusia como «fratricida», lo que, según ellos, resta importancia a la agresión de Moscú. Al mismo tiempo, el Papa expresó su deseo de visitar Ucrania, pero dijo que quería viajar primero a Moscú para reunirse con el presidente Vladimir Putin para pedir el fin de la guerra. Sin embargo, por el momento, el Kremlin no ha respondido a la oferta.

Aunque el Papa Francisco es el jefe espiritual de 1.300 millones de cristianos católicos de todo el mundo, esto no se corresponde con el liderazgo o la influencia política. Tomemos como ejemplo al presidente Joe Biden, descrito por NBC News como «el católico más prominente de Estados Unidos» y sólo el segundo presidente católico de Estados Unidos después de JFK. Es muy improbable que Biden considere la sugerencia del Papa de que la OTAN forzó la intervención de Rusia contra Ucrania.

De hecho, el Papa Francisco ha tenido muy poca influencia en los acontecimientos de Ucrania. Se recuerda que sus llamamientos a una tregua ortodoxa de Pascua en Ucrania fueron ignorados, su reunión prevista con el Patriarca Kirill de Moscú fue cancelada, y ahora evidentemente una visita propuesta a Rusia ha sido por ahora ignorada. El hecho es que el Vaticano es incapaz de marcar un camino importante en cuestiones geopolíticas, por lo que para Putin es menos prioritario reunirse con el Papa Francisco, dados los problemas que tiene Rusia para hacer frente a una guerra y a severas sanciones económicas.

Sin embargo, Moscú también debe tener en cuenta que el Papa posee un importante poder de atracción y una autoridad moral que millones de personas en todo el mundo consideran muy importante. Es de suponer que el pueblo polaco –en el que el 87% se identifica como católico romano, una cantidad casi igual se opone a Putin y el 94% apoya a la OTAN– debe estar en un dilema al tratar de reconciliar el hecho de que su líder espiritual sugirió que la Alianza Atlántica provocó la respuesta militar de Rusia contra Ucrania, algo en completa oposición a lo que los medios de comunicación polacos y la clase política afirman.

El Papa ha causado sensación en los medios de comunicación occidentales, y muchos de ellos se han escandalizado de que haya hecho ese comentario. Sin embargo, el hecho de que destacara que los «ladridos de la OTAN a la puerta de Rusia» podrían haber provocado la guerra en Ucrania no debería ser controvertido, ya que Moscú había advertido en repetidas ocasiones que no toleraría amenazas a su seguridad nacional en su frontera. La OTAN ha sido implacable en su intento de ampliar la adhesión hasta las fronteras de Rusia, llegando incluso a envalentonar a Georgia a pesar de que el país no tenía ninguna perspectiva realista de adhesión, lo que desencadenó la guerra ruso-georgiana de 2008.

Aunque el Papa Francisco se ha visto en la tesitura de que los medios de comunicación occidentales le pidan explicaciones por su negativa a «señalar a Rusia o al presidente Vladimir Putin por su nombre», hay que tener en cuenta que los Papas tradicionalmente no realizan este tipo de denuncias.

Sin embargo, también es interesante observar que el Papa, a pesar de que su principal objetivo es el bienestar espiritual de los católicos, parece tener más matices geopolíticos que la mayoría de los académicos, expertos, responsables políticos y grupos de reflexión occidentales a la hora de entender el duro mundo en el que vivimos: las provocaciones interminables llevan a represalias y respuestas, algo que Occidente ignoró pero que se sorprendió al descubrir que los soldados rusos empezaron a entrar en Ucrania el 24 de febrero.

Aunque el Papa tendrá poca influencia en el curso de la guerra, lo que su declaración ha hecho es suscitar el debate, y quizás incluso la comprensión para algunos, de que fue la OTAN la que provocó que Rusia entrara en guerra con Ucrania. En este sentido, el Papa es más realista que los pensadores liberales y neoconservadores que dominan el discurso y la política occidentales, y quizás sus comentarios puedan instigar un debate más realista en Occidente sobre lo que llevó a las acciones de Rusia contra Ucrania, como la persecución de los rusoparlantes en Ucrania, la ambición de Kiev de ingresar en la OTAN y las armas nucleares, y el funcionamiento de laboratorios de armas biológicas cerca de la frontera con Rusia.

Fuente: InfoBrics

Papa Francisco: Los ladridos de la OTAN desencadenaron la invasión rusa de Ucrania (CNN en español, 05.05.2022)