Como siempre. El pulso entre España y Cataluña lo está ganando el primero. Como siempre. Ellos son más, y más patriotas. Más guerreros. Más tercos. Más intolerantes. Nosotros, de toda la vida, somos más ilustrados, más moderados, más racionales, más dialogantes y más negociadores. Más pactistas. Mejores tenderos. Mejores personas. Es así, y ellos lo saben. ¿Y qué? ¿De qué nos sirve ser más humildes y menos altivos? De nada.

No nos sirve de nada. De momento. Tenemos más capacidad de espera, más sentido de convivencia y de paz. De amistad. Nos gusta hablar, escuchar, callar. Ellos gritan, amenazan, intimidan. Nosotros permanecemos quietos, observando, analizando, decidiendo en voz baja y esperando. De momento. ¿Qué tiempo seguiremos observando y permaneciendo en voz baja, callando y esperando? Pedro Sánchez acaba de decir, en nombre de España, que ni la amnistía ni la autodeterminación son posibles para los catalanes. De momento. Pere Aragonés ha continuado callando y aguantando el chaparrón que le caía encima. ¿Cuál debe ser la táctica que ponga en práctica Cataluña? No se sabe. Yo no la sé adivinar. ¿Madurará algún día? No sólo España gana, lo peor de todo es que Cataluña pierde y no deja de perder. ¿Por el momento, o por los siglos de los siglos? Catalanes de los Països Catalans, es hora de decir ¡basta!

El no es el único lenguaje que conoce el Estado español. Ni Felipe González, ni Aznar, ni Zapatero, ni Rajoy ni Pedro Sánchez han hecho ni harán un paso adelante para la mejora de las relaciones entre España y Cataluña. Así ya les va bien. Ellos siempre ganan, pase lo que pase. Su política no es gubernamental, es estatal, y es la del ni pan ni queso. Ni autodeterminación, ni referéndum, ni agua ni saliva. Ni aire para respirar. Mientras tanto, Pedro Aragonés, como todos los que le han precedido en la plaza de Sant Jaume, dice que vamos avanzando. Hacia la extinción, avanzamos. Qué vida más triste, la nuestra.

Fuente: Última Hora