En los Grandes Lagos africanos están convencidos de que si no fuera por la atención que se le presta a nivel internacional, Victoire Ingabire ya habría sido asesinada. A pesar de ello, sigue siendo una heroína bastante anónima en Europa. Es otra mujer de esas que encarnan con valentía la esperanza de millones de africanos, silenciados a la fuerza, una voluntad indomable a la que muchos africanos comparan con Nelson Mandela.
Esta mujer de nacionalidad rwandesa vivía una vida acomodada en el exilio con su marido y sus tres hijos en Holanda. Siempre activa en la lucha por la justicia en su país, en 2006 fue nombrada presidenta de la coalición de oposición política en la diáspora, Fuerzas Democráticas Unificadas, FDU-Inkingi. Desde esa posición, Ingabire aceptó el duro y peligroso reto de volver a Ruanda para presentarse a las elecciones presidenciales de agosto de 2010. Poco después fue detenida y encarcelada, acusada de terrorismo y delitos de opinión, y sometida a un proceso judicial sin garantías, como ha denunciado Amnistía Internacional.
Ella y su formación están profundamente convencidos de que los problemas de Ruanda son de origen político y merecen una solución política. Como buenos africanos, su programa político se enmarca en la filosofía del ubuntu, resolución de los problemas a través del diálogo, la unión y la colaboración. A la cabeza de su partido, Ingabire lucha con todas las consecuencias por la paz y la reconciliación en Ruanda, que tantos años lleva bajo el yugo del miedo y la desigualdad. Sigue las máximas del ubuntu, defiende el entendimiento mutuo y no la venganza; la reparación mutua y no las represalias.
Su familia, amigos, seguidores, compañeros de partido y muchos congoleños, ruandeses, ugandeses y burundeses acaban de formar el grupo de Amigos de Victoire Ingabire en Europa. Con ello, principalmente, pretenden hacer visible la lucha de Victoire, pues es lo que la mantiene viva.
Aunque también trabajan por la concienciación entre la ciudadanía europea sobre la realidad en Ruanda y los Grandes Lagos africanos y recaudan fondos para pagar a los abogados de Victoire y de otros prisioneros de conciencia que, como ella, languidecen en las cárceles del brutal régimen del FPR en Ruanda.
El proceso por el que está atravesando Ingabire es probablemente el más largo y enrevesado de la historia del país. El gobierno de Rwanda, encabezado por Paul Kagame, y todo su aparato represor saben que si dejan que esta mujer salga de la cárcel y se presente a unas elecciones, arrasará como un vendaval.
Cada vez son más los que van perdiendo el miedo a mostrar en público su apoyo. Victoire, con sus principios del ubuntu y la no-violencia ha hecho temblar el sistema de terror que oprime a la mayoría de los ruandeses desde hace décadas. En esta lucha por la paz y la reconciliación, lo que más necesita de nosotros es que no nos olvidemos de ella. Es importante, para mantenerla viva, así vencerá, porque como decía Gandhi, cuando los que tienen el poder después de haberte ignorado y difamado, te atacan, es cuando ganas.