Ya ha explotado. La caja de los truenos ya ha estallado. José Manuel Villarejo, el excomisario de policía, no pudo callar por más tiempo. Lo dice el Evangelio, que no hay ningún secreto que permanezca oculto para siempre. El CNI español, el órgano de la máxima seguridad del Estado, permitió dar «un pequeño susto» a Cataluña para evitar el referéndum de independencia del primero de octubre de 2017. El pequeño susto se saldó con 17 muertos y más de 200 heridos en la Rambla de Barcelona y en Cambrils.

¿Qué hará ahora el gobierno de España? ¿Qué harán las fuerzas vivas y muertas de ese Estado criminal y corrupto? Lo más probable es que, como siempre, se lave las manos. Y todo el mundo, calladito. Yo ya dije en su momento que yo no me callo. Mi conciencia no me permite callar. Este grave episodio de terrorismo de Estado, como antes los GAL y otras hierbas mortíferas centralistas, castellanistas y antiperiféricas, procedentes del franquismo más terrorífico y totalitario, no puede quedar impune.

¿Qué ocurrirá a partir de esta bomba informativa? De momento, ya hay muchos que se lavan las manos. ¡Ahí es nada! Ya es hora de que mucha gente se quite la venda de los ojos y mire lo que está pasando muy cerca de ellos. Todos estamos en peligro. Todos, en cierto modo, somos responsables. Pero no nos equivoquemos: unos lo son más que otros. No basta con decir que esto no vuelva a ocurrir. Deben depurarse responsabilidades y que cada uno lo pague según sus propios hechos.

Sin odio, sin revancha, sino haciendo uso de las leyes democráticas que nos hemos impuesto y del buen criterio de jueces y gobernantes con verdadero sentido de Estado y de espíritu humanitario extremo. Para ello, parece que debería empezarse de cero en la reconstrucción de esta democracia basada en la exaltación patriótica más inconsciente y abstracta. Las conexiones entre el CNI y el imán de Ripoll, con dos camiones de bombonas de butano preparadas para hacer saltar la Sagrada Família, indicaban que «no pasaría nada». ¡Buenos estrategas tiene el Estado español!

Fuente: Última Hora