Jeffrey Sachs, que presidió la comisión de la Covid-19 en la prestigiosa revista médica, ha afirmado que el virus mortal no salió de la naturaleza

La Covid-19 no procede de la naturaleza, sino que fue una diseminación accidental «de la biotecnología de los laboratorios estadounidenses», ha afirmado el economista y escritor de renombre mundial Jeffrey Sachs. Lo hizo en una conferencia organizada por el centro de estudios GATE, en España, a mediados de junio.

Al presentar esta «provocadora declaración», Sachs sugirió que estaba al tanto, ya que había presidido la comisión Covid-19 en la prestigiosa revista médica The Lancet.

«Así que es un error garrafal, en mi opinión, de la biotecnología, no un accidente de un contagio natural», reiteró.

El académico señaló que, aunque «no sabemos con certeza» si esto es así, hay «suficientes pruebas» que apuntan a ello, lo que «debería investigarse». Sachs lamentó que esta versión, sin embargo, «no se está investigando, ni en Estados Unidos, ni en ningún sitio».

En mayo, Sachs, junto con el profesor de farmacología molecular y terapéutica de la Universidad de Columbia, Neil Harrison, escribió un artículo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, en el que sugería que la Covid-19 se había originado en un laboratorio. En el artículo, los dos académicos pedían una mayor transparencia por parte de las agencias federales y las universidades estadounidenses, argumentando que no se habían revelado muchas pruebas pertinentes.

Según Sachs y Harrison, las bases de datos de virus, las muestras biológicas, las secuencias virales, las comunicaciones por correo electrónico y los cuadernos de laboratorio podrían ayudar a esclarecer el origen de la pandemia. Sin embargo, ninguno de estos materiales ha sido sometido a un «escrutinio independiente, transparente y científico», argumentaron.

Como indicador de que la Covid 19 se había originado en un laboratorio, los autores sacaron a relucir el hecho de que una secuencia de ocho aminoácidos en una parte crítica de la proteína de la espiga del virus es similar a una secuencia de aminoácidos encontrada en las células que recubren las vías respiratorias humanas.

De hecho, Sachs no es el primero que sugiere que el virus mortal no se ha producido de forma natural.

Aunque no hay pruebas concluyentes que permitan rastrear el origen de la Covid-19 más allá de toda duda razonable, la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó en febrero de 2021 que lo más probable es que se haya transmitido de un animal, posiblemente un murciélago, a los humanos.

El virus, altamente contagioso, fue identificado por primera vez en Wuhan (China) a finales de 2019. A continuación, se extendió rápidamente por todo el mundo, con varias oleadas que se cobraron millones de vidas hasta mayo de 2022, según la OMS.

Fuente: Russia Today