Del anexo del libro La hora de los grandes “filántropos” de Joan Carrero, enero 2012, pp. 597-599

Todo va muy deprisa… es la ofensiva final en La Hora de los grandes “filántropos”. Durante los dos meses en los que la editorial ha llevado a cabo las tareas de revisión de este libro y de preparación de su edición, los acontecimientos se han ido sucediendo cada vez más aceleradamente, confirmando siempre la realidad de cuanto expuse a todo lo largo de sus páginas, confirmando la realidad de un poderoso e inmisericorde proyecto de dominación hegemónica economicopoliticomilitar. Debe ser destacada la centralidad del factor energético en esta gran crisis que, en unas décadas, culminará con el colapso de la civilización occidental industrial tal y como la conocemos, colapso inevitable dado el cada vez más cercano fin de la energía fósil1.

Por una parte avanza inexorablemente el proyecto bélico que reveló el general Wesley Clark el 2 de marzo de 2002 ante las cámaras de televisión de Democracy Now (revelación que ha reiterado en otras ocasiones): en 2001, además del Afganistán ya atacado, otros siete países figuraban en la agenda para ser invadidos en los próximos años. Empezando por Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia y Sudán, el proyecto terminaba con el ataque a Irán.

Durante la promoción de su libro el 3 de octubre de 2007 en el Club Commonwealth de San Francisco, California, el ex general de cuatro estrellas, comandante supremo de la OTAN, el político, el halcón, y el candidato presidencial de 2004, Wesley Clark, declaró en un discurso sorprendentemente significativo que los neoconservadores habían cometido un “golpe de Estado en la política” y se habían hecho cargo de la dirección de la política estadounidense, pero que se olvidaron de notificárselo al resto del país.

Clark continuó diciendo que se reunió con Donald Rumsfeld en el Pentágono diez días después del 11 de septiembre. Agregó que ese mismo día también se reunió con un funcionario de entre el personal conjunto que discutió con él y trató de mostrarle un memorando confidencial emitido por la oficina del secretario de Defensa que llamaba a la invasión y destrucción de los gobiernos de siete países (además de Afganistán) en Oriente Próximo y África dentro de un período de cinco años. Según Clark, los países que figuraban en el memorando eran Sudán, Siria, Libia, Líbano, Irak, Somalia e Irán.

Además, Clark conectó este memorando confidencial con otra reunión que tuvo con Paul Wolfowitz en el Pentágono en 1991, cuando el Sr. Wolfowitz era subsecretario de Defensa (el puesto número tres del Pentágono) y después de la primera invasión de Irak por los EE.UU. en la operación llamada Tormenta del Desierto. Clark dijo que el Sr. Wolfowitz no estaba satisfecho con el mantenimiento de Saddam en el poder en ese momento. Sin embargo, se dice que el general Clark afirmó que los EE.UU. aprendieron una importante lección durante la operación Tormenta del Desierto. La moraleja de esta lección fue que EE.UU. puede utilizar su poder militar en Oriente Medio y los rusos no van a intervenir o a detener sus actividades. Además, Wolfowitz supuestamente pronosticaba a Clark que tenían unos 10 años para limpiar los viejos regímenes clientes soviéticos como Siria, Irak, Irán, etc., antes de que otra gran superpotencia surgiera y los desafiara.

El discurso de 2007 de Clark era extraño ya que ilustra claramente que el plan para remodelar Oriente Medio ha estado funcionando durante muchos años. La visión de Oded Yinon se está desmoronando, y la primavera árabe está lejos de ser una primavera donde la vida se rejuvenece, sino que es un camino hacia el inframundo y hacia la destrucción total de la región.2

También se van cumpliendo los pronósticos de expertos como Webster Tarpley: el objetivo último del régimen Obama no es Oriente Medio sino Pakistán, Rusia, China… Según los grandes cerebros multilateralistas, cuyos métodos son diferentes, e incluso a veces opuestos, a los de los neocon, las estrategias no deben estar obsesivamente centradas solo ni principalmente en el control de los recursos energéticos. Incluso para alcanzar tal control, es fundamental el frenar el espectacular crecimiento de China. Pero la línea divisoria entre duros y “blandos” se difumina cuando se trata de grandes inversiones militares en Afganistán y Pakistán, así como de hacerse con los activos nucleares de éste último y de frenar o incluso acosar a Rusia y China. Los últimos acontecimientos en Pakistán son cada vez más amenazadores (la expresión estrategias de provocación surge espontánea al analizarlos), al tiempo que el centro de gravedad de las geoestrategias imperiales se desplaza hacia Asia.

En cuanto al continente africano, otro indicador preocupante es el anuncio hecho por los grandes medios de comunicación sobre el hecho de que actualmente Al-Qaeda ha establecido en África sus bases. Si tenemos en cuenta el hecho que los muyahidines y Al-Qaeda ha sido utilizados en Libia por las potencias occidentales para derrocar a Muamar Gadafi (y esta es solo la penúltima vez que los utilizan, ahora están ya en Siria), ese anuncio no solo es descarado y cínico sino además preocupante: más allá de la presencia de Al-Qaeda en África, presencia real o sobredimensionada por la propaganda occidental, lo que en realidad tal anuncio significa es que Occidente está firmemente decidido a “actuar” a partir de ahora en África. O, con más precisión, que está decidido a seguir actuando en ella aún con mayor energía de lo que lo está haciendo actualmente. El Africom se convierte así, cada vez más, en un instrumento preventivo y disuasivo del “terrorismo” en ese continente, así como en un instrumento “liberador” de sus pueblos en el momento en que el Imperio considere necesaria tal “liberación”.

Por otra parte, también sigue fatalmente su curso el proceso de concentración financiera y de centralización del poder de decisión politicoeconómica. En este sentido, a Europa, en concreto, le ha llegado su Hora, la hora de su “refundación” (en expresión del neonapoleónico Nicolas Sarkozy), que será más bien la hora del cumplimiento del antiguo mito griego del secuestro de Europa, la hora de la violación de la Europa de los pueblos, la hora del sometimiento de la verdadera Europa. Llega una nueva Unión Europea en la que un Gobierno de tecnócratas, controlado evidentemente por “los mercados” (es decir, por los grande financieros-“filántropos”), controlará a su vez a los estados europeos mediante una política fiscal y presupuestaria común. En los primeros días de diciembre de 2011, una vez tomada por parte de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy la decisión de llevar acabo tal “refundación”, los bancos centrales han inundado Europa de liquidez a la vez que han bajado considerablemente las primas de riesgo.

Notas

1 El recientemente fallecido Ramón Fernández Durán, miembro de Ecologistas en Acción, es un referente indiscutible en esta cuestión. Editorial Virus ha publicado diversos libros suyos, el último La Quiebra del Capitalismo Global: 2000-2030 en marzo de 2011.

2 “Guerra global: guerras planeadas que llevan a los resultados planeados”, www.laproximaguerra.com, 4 de diciembre de 2011.