Este sábado el Ayuntamiento de Montuïri proclamará hijo ilustre a Joan Mas i Verd, alcalde durante la II República, asesinado por el franquismo en el mes de septiembre de 1936 a la edad de 35 años. Y el viernes por la noche se presentará el libro ‘Joan Mas Verd. Montuïri, vila republicana. Escrits 1930-1936’, de los autores Magdalena Jaume Adrover, Josep Quetglas Riusech y Guillem Mas Miralles. Estos dos actos forman el núcleo central de toda una serie de eventos que el Ayuntamiento de Montuïri llevará a cabo durante todo el año 2016, año dedicado a Joan Mas y a sus compañeros que también fueron asesinados o represaliados el año 1936. El libro que se presenta esta noche comprende buena parte de los artículos que Joan Mas y algunos de sus compañeros publicaron en ‘Ciudadanía’, ‘Tribuna Libre’, ‘el Republicano’…, además de las actas del Ayuntamiento que retratan los hechos más importantes de la política municipal del periodo republicano y de los meses anteriores, cuando los líderes republicanos ya asistían a los plenos y plantaban cara a los representantes de un sistema caciquil.
La valentía y la contundencia de las denuncias y las propuestas positivas de los jóvenes republicanos explican el triunfo republicano en las elecciones municipales del mes de abril de 1931 en un pequeño pueblo de una Mallorca tan conservadora –sólo en Esporles y Montuïri triunfaron las candidaturas republicanas. El despilfarro de caudales públicos, la anarquía urbanística, el favoritismo… eran las denuncias públicas de aquellos jóvenes, ya fuera por escrito o dando la cara como asistentes a los plenos, en los que hacían propuestas en positivo como la de construir un centro escolar.
Sorprende, leyendo aquellos escritos, la vigencia de su pensamiento. La denuncia de la corrupción, las desigualdades sociales, la injusticia, la discriminación, el gobierno al servicio de los poderosos… Son temas de absoluta actualidad. Pero no se quedaban en el planteamiento de temas locales, sino que, partiendo de la realidad montuirera, defendían los valores de la República que, para ellos, era mucho más que una forma de gobierno o una alternativa a una monarquía corrupta. La solución a los problemas de la gran mayoría de ciudadanos pasaba por extender la educación universal y laica, la cultura, la salubridad, la salud, el trabajo digno… Y creían en el poder al servicio del Pueblo, en la transparencia, en la rendición de cuentas, en la participación ciudadana, en la honestidad y en el patriotismo entendido como el espíritu de servicio a los demás.
De ahí que las principales obras que acometió el Ayuntamiento republicano fueron la construcción de un centro escolar moderno –obra del arquitecto Guillem Forteza– con gimnasio, taller, biblioteca y comedor escolar (daban becas de comedor a los niños de las familias más humildes); el cementerio municipal y la biblioteca popular. También se contrató a un médico y se promovieron inspecciones en las posesiones de las afueras para garantizar las condiciones de trabajo de los mensajes. El Ayuntamiento rendía cuentas periódicamente de los ingresos y de los gastos. Incluso la construcción del centro escolar fue sometida a referéndum.
Otro hecho destacable de Joan Mas, junto con el concejal Guillermo García, fue la participación en la Asamblea del Teatro Principal de Palma, que trató el Anteproyecto de Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares.
Esta obra, la de la República, nos ha sido escondida. Incluso, hoy en día, hay quienes intentan justificar el terrible golpe de estado del 36 y la posterior dictadura franquista atribuyendo a la República desorden y caos. Pero, al analizar las ideas y las obras de los gobiernos republicanos, inevitablemente, emerge el periodo de la historia de España en el que más se ha hecho para modernizar España y todo al servicio de las capas populares. Y por eso, se encontraron con las oligarquías y con la Iglesia, que tenía el monopolio de la educación. Una educación restringida a las familias que se lo podían permitir.
Muchos de aquellos héroes republicanos continúan enterrados en fosas comunes y anónimas. Su dignidad nunca ha sido restituida y continúan vigentes las sentencias emanadas de unos consejos de guerra que sólo fueron una farsa para justificar la injusticia.
Por este motivo, hay que valorar el acuerdo del Ayuntamiento de Montuïri, tomado por unanimidad de la Corporación, para valorar la labor de Joan Mas y, con él, la de todos sus compañeros, y así poner en valor su dedicación el pueblo y los ideales de la República.