«Hemos recibido información complementaria que confirma que el petroleo controlado por militantes del Estado Islámico (ISIS) entra en territorio turco a escala industrial. Tenemos todas las razones para creer que la decisión de abatir nuestro avión fue guiada por el deseo de garantizar la seguridad de las rutas de entrega de este petróleo a los puertos donde se envían en camiones cisterna.» (Presidente ruso Vladimir Putin, París, 30.11.15)
El lunes, los restos del teniente coronel Oleg Peshkov fueron trasladados a Moscú, donde fue recibido por el ministro ruso de Defensa, el Jefe de la Fuerza Aérea de Rusia, miembros de la familia y una formación militar. Peshkov será enterrado con todos los honores y recibirá el premio más alto de la Federación de Rusia, la Medalla al Valor, por su servicio en la lucha contra los grupos terroristas apoyados por Estados Unidos en Siria. El Su-24 de Peshkov fue emboscado el martes pasado por un F-16 turco cuando presuntamente había entrado en el espacio aéreo de Turquía durante 17 segundos.
El ataque por sorpresa, que no fue precedido por ninguna advertencia, obligó al piloto a tirarse, después de lo cual fue asesinado a tiros mientras descendía en su paracaídas. El militante anti-régimen que afirma haber matado a Peshkov es un turco ultranacionalista llamado Alparslan Celik, que es un líder de Los Lobos Grises, una organización terrorista que «ha llevado a cabo decenas de asesinatos políticos desde 1970». El grupo de Celik de yihadistas «moderados» es una de las muchas milicias dispares que son apoyadas por los EE.UU. y Turquía en su esfuerzo por derrocar al presidente sirio Bashar al Assad y fragmentar el país en partes más pequeñas.
El derribo del Su-24 no ha desencadenado la reacción instintiva de Moscú que muchos habían esperado. En su lugar, la atención de Putin se ha centrado en su objetivo final de derrotar al terrorismo en Siria y el mantenimiento de la integridad soberana del Estado. Putin ha impulsado la presencia militar de Rusia de 69 aviones de combate Sukhoi, 160 bombarderos, así como submarinos y buques de guerra situados en el Mar Mediterráneo. También ha desplegado el sistema de defensa antiaérea S-400 y Latakia, y ha ordenado la permanencia de los misiles de crucero guiados Moskva dentro de la distancia de disparo de la costa de Siria. El derribo del avión de combate ruso sólo ha intensificado la determinación de Putin para sellar la frontera norte, derrotar a los terroristas y ganar la guerra en Siria. Esta no es claramente la reacción que Washington esperaba.
En declaraciones francas a los medios de comunicación rusos, Putin implicó a los EE.UU. en el derribo del Su-24 indicando que el ejército estadounidense fue informado sobre la trayectoria de vuelo del avión de combate y luego pasó de inmediato esa información a Turquía. He aquí lo que dijo:
«Dijimos a nuestros socios estadounidenses de antemano dónde, cuándo y en qué altitudes nuestros pilotos iban a operar. La coalición liderada por Estados Unidos, que incluye a Turquía, era consciente de la hora y el lugar donde nuestros aviones operarían. Y es exactamente donde y cuando fuimos atacados. ¿Por qué compartimos esta información con los estadounidenses? O ellos no controlan a sus aliados, o simplemente pasan esta información a derecha e izquierda sin darse cuenta de cuáles podrían ser las consecuencias de tales acciones. Tendremos que tener una conversación seria con nuestros socios estadounidenses.»
Las declaraciones condenatorias de Putin no han aparecido en ninguno de los medios de comunicación occidentales. La censura de esta información es similar a la realizada sobre los comentarios que Putin hizo sólo dos semanas antes de la cumbre del G-20 en la que anunció que «40 países» están financiando ISIS incluidos los miembros del G-20. He aquí un extracto de la declaración bomba de Putin:
«Pongo ejemplos en base a nuestros datos sobre la financiación de las diferentes unidades de Estado Islámico por particulares. Este dinero, como hemos establecido, procede de 40 países y hay algunos miembros del G-20 entre ellos», dijo Putin a los periodistas.
«He mostrado a nuestros colegas fotos tomadas desde el espacio y desde aviones que demuestran claramente la magnitud del comercio ilegal de petróleo y sus derivados. La caravana de vehículos de abastecimiento de combustible se extendía en decenas de kilómetros, por lo que a partir de una altura de 4.000 a 5.000 metros se extiende más allá del horizonte», añadió Putin, comparando el convoy a los sistemas de tuberías de gas y petróleo.» (Putin: ISIS financed from 40 countries, including G20 members, RT)
No busque esta historia en el New York Times, el Wall Street Journal o el Washington Post. No la encontrará. No es de interés para los grandes medios de comunicación publicar información que sugiere que Washington y sus aliados están proporcionando apoyo material a organizaciones terroristas.
Está claro que el bombardeo ruso de grupos yihadistas que operan cerca de la frontera con Turquía y Siria tiene al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, preocupado. Erdogan ha esperado durante mucho tiempo que la zona se convirtiera en una zona segura donde militantes sunitas -comprometidos en derrocar al-Assad del poder- podrían recibir armas y otro tipo de apoyo de sus patrocinadores, mientras que iban y venían a su antojo. El intento de la coalición liderada por Rusia de retomar la zona y sellar la frontera para detener el flujo de terroristas de Turquía, es probablemente lo que precipitó el ataque contra el avión de guerra ruso. Ha sido un intento desesperado de detener la ofensiva rusa y revertir el curso de la guerra que ha girado de manera decisiva en favor de al-Assad. En cuanto a los grupos militantes que operan en este ámbito, el analista Pepe Escobar lo resume de esta manera en un post reciente en Sputnik News:
«Los del Su-24 eran en realidad, después de chechenos y uzbecos -más algunos uigures-, introducidos de contrabando con pasaportes turcos falsos (y pasaporte intel chino también), y operando todos ellos en tándem con un montón repugnante de turcos islamo-fascistas. La mayoría de estos matones transitan de acá para allá entre el Ejército Sirio Libre (FSA) armado por la CIA y Jabhat al-Nusra. Estos fueron los matones que ametrallaron a los pilotos rusos cuando caían en paracaídas después del derribo del Su-24…
Turquía, a todos los efectos prácticos, ha sido una extensa y cercana infraestructura salafista-yihadista y un Centro Logístico que ofrece de todo desde las fronteras porosas que permiten innumerables entradas yihadistas con billete de ida y vuelta desde Siria a Europa, facilitados por la policía corrupta, una encrucijada conveniente para todo tipo de contrabando y grandes operaciones de lavado de dinero.» (Sultan Erdogan’s War on…Russia, Pepe Escobar, Sputnik)
Escobar resume el papel de Ankara en Siria más sucintamente que nadie. Erdogan ha sido el mejor amigo de ISIS, de eso no hay duda. El problema al que Turquía se enfrenta ahora es que la coalición liderada por Rusia está destruyendo rápidamente la infraestructura que provee de fondos a ISIS, (refinerías de petróleo, campos y transporte), mientras va retomando gradualmente territorio que fue formalmente controlado por los muchos grupos anti-régimen o vinculados a Al Qaeda, en el norte, oeste y centro del país. Solo en los últimos días, Rusia y compañía han concluido el cerco de la ciudad más grande de Siria, Alepo, pulverizando un convoy de más de 500 camiones de petróleo en las proximidades de Raqqa, e intensificado sus bombardeos en las montañas de Turkmenistán, las montañas kurdas y las montañas del profeta Jonás. La coalición se ha movido hacia el norte hasta Azaz a lo largo de la frontera turca y recapturado la carretera estratégica Alepo-Raqqa que corta completamente el suministro del ISIS desde la ruta del este en Raqqa. Todo el progreso reciente viene a raíz de la reconquista de la estratégica base aérea de Kuweris que fue el punto de inflexión en los 4 años y medio de conflicto. Ahora la coalición de Rusia se ha centrado en el cierre de la frontera, una medida que corta líneas vitales de suministro a las milicias pro-turcas que operan en Siria y obliga a los terroristas a huir o a rendirse. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, subrayó este punto la semana pasada diciendo: «Estamos convencidos de que mediante el bloqueo de la frontera resolveremos en muchos aspectos las tareas para erradicar el terrorismo en territorio sirio».
Tengan en cuenta que Erdogan no es el único que ha diseñado el llamado «corredor Afrin-Jarabulus», al este del Éufrates. Los poderosos políticos de EE.UU., incluyendo a John McCain, Lindsay Graham, Jeb Bush, Hillary Clinton y otros, todos han aludido a esta zona como el lugar más adecuado para una zona de exclusión aérea. Y a pesar de que Obama se niega a enviar fuerzas terrestres de Estados Unidos para combatir en Siria, ha seguido alimentando el conflicto en otras formas menos visibles. Justo el miércoles pasado, bajo la cobertura de las vacaciones de Acción de Gracias, cuando los medios de comunicación estaban preocupados por otros asuntos, Obama firmó la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2016, que ofrece otros 800 millones de dólares en ayuda a los extremistas armados de Siria y Ucrania. La NDAA, que prevee efectivamente el cierre del campo de concentración de Guantánamo (Guantánamo), refleja la determinación de Obama de continuar la política viciosa de Washington en Siria, que ha causado la muerte de más de 250.000 personas y el desplazamiento de 11 millones más.
Esto ayuda a explicar por qué la ofensiva rusa ha encendido las alarmas en Washington; es porque la intención de EE.UU. de establecer una base de operaciones permanente para los terroristas en Siria se está convirtiendo rápidamente en humo.
El investigador geopolítico y escritor establecido en Bangkok, Toni Cartalucci, explica exactamente lo que está en juego para las partes en conflicto en un artículo brillante en Global Research titulado “’Suministros Humanitarios’ para el Estado Islámico (ISIS): Convoyes de Terror de la OTAN detenidos en la frontera de Siria». He aquí un extracto:
«El aumento de la actividad de Rusia en la frontera siro-turca significa el final de las fases del conflicto sirio. Con las fuerzas sirias y kurdas sosteniendo el este de la frontera del Eufrates, el corredor Afrin-Jarabulus es el conducto único que queda para los suministros con destino a los terroristas en Siria para pasar… Cuando este corredor esté cerrado y los suministros cortados, las facciones de ISIS, al-Nusra y todos los grupos apoyados por la OTAN se atrofiarán y morirán, y los militares sirios restablecerán el orden en todo el país…
Con ese apoyo cortado y la perspectiva de estos militantes erradicada, los verdaderos patrocinadores de este conflicto se están moviendo más directa y abiertamente para salvar su conspiración fallida contra el Estado sirio. Lo que vemos surgir es lo que se sospecha e incluso se obvia todo el tiempo: una guerra por delegación que comenzó y se desarrolló por ambiciones hegemónicas occidentales en la región, alimentando intencionadamente las fuerzas del extremismo, no luchando contra ellas» (Humanitarian Supplies for the Islamic State (ISIS): NATO’s Terror Convoys Halted at Syrian Border, Global Research).
Desde esta perspectiva, la reciente petición de Obama a Turquía para desplegar «30.000 (soldados) para sellar la frontera en el lado turco», (ver Wall Street Journal) debe ser vista con escepticismo extremo. Está claro que Washington no ha cedido en absoluto en su política «Assad debe marcharse», de hecho Obama reiteró este mantra hace menos de una semana. Eso significa que el equipo de Obama podría tener la esperanza de que las fuerzas de tierra turcas puedan tener éxito donde sus yihadistas fracasaron, es decir, que los 30.000 soldados serán utilizados para limpiar y mantener una extensión de 60 × 20 millas de territorio sirio que se podría utilizar como zona de seguridad. Todo lo que Turquía necesitaría es un pretexto para invadir y un poco de cobertura aérea de la USAF. No sería la primera vez que una falsa bandera ha sido utilizada para iniciar una guerra.
La conclusión es esta: Es mejor que Putin actúe con rapidez antes de que Washington y Ankara tengan a sus patos en fila y empiecen a movilizarse. Ahora es el momento de apoderarse de la frontera.
Mike Whitney vive en el estado de Washington. Es colaborador de Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion. Hopeless también está disponible en edición digital. Puede ser contactado en fergiewhitney@msn.com.