Sudáfrica, parte en la Convención sobre el Genocidio, acusó a Israel de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia
Durante casi tres meses, Israel ha gozado prácticamente de impunidad por sus atroces crímenes contra el pueblo palestino. Eso cambió el 29 de diciembre, cuando Sudáfrica, Estado Parte en la Convención sobre el Genocidio, presentó una demanda de 84 páginas ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ, o Corte Mundial) en la que alegaba que Israel está cometiendo genocidio en Gaza.
La bien documentada solicitud de Sudáfrica alega que «los actos y omisiones de Israel… son de carácter genocida, ya que se cometen con la intención específica requerida… de destruir a los palestinos de Gaza como parte del grupo nacional, racial y étnico palestino más amplio» y que «la conducta de Israel –a través de sus órganos estatales, agentes estatales y otras personas y entidades que actúan siguiendo sus instrucciones o bajo su dirección, control o influencia– en relación con los palestinos de Gaza, viola sus obligaciones en virtud de la Convención sobre el Genocidio».
Israel está montando toda una campaña para impedir que la CIJ declare que está cometiendo genocidio en Gaza. El 4 de enero, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí dio instrucciones a sus embajadas para que presionaran a los políticos y diplomáticos de sus países anfitriones para que hicieran declaraciones oponiéndose al caso de Sudáfrica en la CIJ.
En su demanda, Sudáfrica citaba ocho alegaciones en apoyo de su afirmación de que Israel está perpetrando un genocidio en Gaza. Estas alegaciones son las siguientes:
(1) Matanza de palestinos en Gaza, incluida una gran proporción de mujeres y niños (aproximadamente el 70 por ciento) de las más de 21.110 víctimas mortales y algunas parecen haber sido objeto de ejecución sumaria.
(2) Causar graves daños físicos y psíquicos a los palestinos de Gaza, incluidas mutilaciones, traumas psicológicos y tratos inhumanos y degradantes.
(3) Provocar la evacuación y el desplazamiento forzosos de aproximadamente el 85% de los palestinos de Gaza, incluidos niños, ancianos y discapacitados, así como enfermos y heridos. Israel también está causando la destrucción masiva de hogares, aldeas, ciudades, campos de refugiados y zonas enteras palestinas, lo que impide el regreso de una proporción significativa del pueblo palestino a sus hogares.
(4) Causar hambre, inanición y deshidratación generalizadas a los palestinos asediados en Gaza, impidiendo la suficiente ayuda humanitaria, cortando el suministro de alimentos, agua, combustible y electricidad, y destruyendo panaderías, molinos, tierras agrícolas y otros medios de producción y sustento.
(5) No proporcionar y restringir el suministro de ropa, refugio, higiene y saneamiento adecuados a los palestinos de Gaza, incluidos 1,9 millones de desplazados internos. Esto les ha obligado a vivir en situaciones peligrosas de miseria, junto con ataques y destrucción rutinarios de lugares de refugio y asesinatos y heridas de personas que se refugian, incluidas mujeres, niños, ancianos y discapacitados.
(6) No proporcionar o garantizar la prestación de atención médica a los palestinos de Gaza, incluidas las necesidades médicas creadas por otros actos genocidas que están causando graves daños corporales. Esto está ocurriendo mediante ataques directos a hospitales, ambulancias y otras instalaciones sanitarias palestinas, el asesinato de médicos, sanitarios y enfermeros palestinos (incluidos los médicos más cualificados de Gaza) y la destrucción e inutilización del sistema médico de Gaza.
(7) Destruir la vida palestina en Gaza, destruyendo sus infraestructuras, escuelas, universidades, tribunales, edificios públicos, registros públicos, bibliotecas, tiendas, iglesias, mezquitas, carreteras, servicios públicos y otras instalaciones necesarias para mantener la vida de los palestinos como grupo. Israel está matando a familias enteras, borrando historias orales enteras y asesinando a miembros destacados y distinguidos de la sociedad.
(8) Imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos palestinos en Gaza, incluso mediante la violencia reproductiva infligida a mujeres, recién nacidos, lactantes y niños palestinos.
Sudáfrica citó innumerables declaraciones de funcionarios israelíes que constituyen pruebas directas de la intención de cometer genocidio:
«Gaza no volverá a ser lo que era antes. Lo eliminaremos todo», declaró el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant. «Si no tardamos un día, tardaremos una semana. Llevará semanas o incluso meses, llegaremos a todos los sitios».
Avi Dichter, ministro de Agricultura de Israel, declaró: «Ahora estamos haciendo realidad la Nakba de Gaza», en referencia a la limpieza étnica de palestinos de 1948 para crear el Estado de Israel.
«Ahora todos tenemos un objetivo común: borrar la Franja de Gaza de la faz de la tierra», proclamó Nissim Vaturi, vicepresidente de la Knesset y miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores y Seguridad.
La estrategia de Israel para derrotar el caso de Sudáfrica en la CIJ
Israel y su principal patrocinador, Estados Unidos, comprenden la magnitud de la solicitud de Sudáfrica ante la CIJ, y están lívidos. Israel suele hacer oídos sordos a las instituciones internacionales, pero se está tomando en serio el caso de Sudáfrica. En 2021, cuando la Corte Penal Internacional inició una investigación sobre los presuntos crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza, Israel rechazó firmemente la legitimidad de la investigación.
«Israel generalmente no participa en tales procedimientos», dijo a Haaretz el profesor Eliav Lieblich, experto en derecho internacional de la Universidad de Tel Aviv. «Pero no se trata de una comisión de investigación de la ONU o del Tribunal Penal Internacional de La Haya, cuya autoridad Israel rechaza. Es la Corte Internacional de Justicia, que deriva sus poderes de un tratado al que Israel se adhirió, por lo que no puede rechazarla por los motivos habituales de falta de autoridad. También es un organismo con prestigio internacional».
Un cable del 4 de enero del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí dice que el «objetivo estratégico» de Israel es que la CIJ rechace la petición de Sudáfrica de una medida cautelar para suspender la acción militar de Israel en Gaza, se niegue a declarar que Israel está cometiendo genocidio en Gaza y dictamine que Israel está cumpliendo con el derecho internacional.
«Un fallo del tribunal podría tener implicaciones potenciales significativas que no sólo están en el mundo legal, sino que tienen ramificaciones prácticas bilaterales, multilaterales, económicas y de seguridad», afirma el cable. «Pedimos una declaración pública inmediata e inequívoca en el sentido siguiente: Declarar pública y claramente que SU PAÍS rechaza las más ultrajantes [sic], absurdas e infundadas acusaciones vertidas contra Israel».
El cable da instrucciones a las embajadas israelíes para que insten a los diplomáticos y políticos al más alto nivel «a reconocer públicamente que Israel está trabajando [junto con los actores internacionales] para aumentar la ayuda humanitaria a Gaza, así como para minimizar los daños a los civiles, al tiempo que actúa en defensa propia tras el horrible ataque del 7 de octubre por parte de una organización terrorista genocida».
«El Estado de Israel comparecerá ante la CIJ de La Haya para disipar el absurdo libelo de sangre de Sudáfrica», declaró el portavoz del primer ministro Benjamin Netanyahu, Eylon Levy. La solicitud de Sudáfrica «carece de fundamento jurídico y constituye una explotación vil y un desacato al tribunal», afirmó.
Israel está haciendo todo lo posible, incluyendo acusaciones poco sinceras de «libelo de sangre», un tropo antisemita que acusa erróneamente a los judíos del sacrificio ritual de niños cristianos.
«Qué trágico que la nación del arco iris que se enorgullece de luchar contra el racismo luche a favor de los racistas antijudíos», ironizó Levy. Hizo la sorprendente afirmación de que la campaña militar de Israel para destruir a Hamás en Gaza está diseñada para prevenir el genocidio de los judíos.
Como dice el viejo adagio, cuando te están echando de la ciudad, ponte al frente de la multitud y actúa como si estuvieras encabezando el desfile.
El régimen de Biden se levantó para defender a su fiel aliado Israel. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, arremetió contra la solicitud de Sudáfrica ante la CIJ calificándola de «sin mérito, contraproducente y completamente carente de cualquier base de hecho». Kirby afirmó: «Israel no está intentando borrar del mapa al pueblo palestino. Israel no está intentando borrar a Gaza del mapa. Israel está intentando defenderse de una amenaza terrorista genocida», haciéndose eco de la absurda afirmación israelí.
La afirmación de Kirby de que Israel está tratando de impedir un genocidio es especialmente absurda, dado el hecho de que desde que Hamás mató a 1.200 israelíes el 7 de octubre, las fuerzas israelíes han matado al menos a 22.100 gazatíes, de los cuales unos 9.100 son niños. Al menos 57.000 personas han resultado heridas y al menos 7.000 están desaparecidas. Un número incalculable de personas están atrapadas bajo los escombros.
Las medidas provisionales contra Israel pueden tener un impacto inmediato
Sudáfrica solicita a la CIJ que dicte medidas provisionales (interim injunction) para «proteger de nuevos, graves e irreparables daños a los derechos del pueblo palestino en virtud de la Convención sobre el Genocidio». Sudáfrica también pide al tribunal «que garantice el cumplimiento por parte de Israel de sus obligaciones en virtud de la Convención sobre el Genocidio de no cometer genocidio y de prevenir y castigar el genocidio».
Las medidas provisionales que Sudáfrica solicita incluyen ordenar a Israel que «suspenda inmediatamente sus operaciones militares en y contra Gaza» y que cese y desista de matar y causar graves daños físicos o mentales a los palestinos, de infligirles condiciones de vida destinadas a destruirlos total o parcialmente, y de imponer medidas para impedir los nacimientos palestinos. Sudáfrica quiere que la CIJ ordene a Israel que deje de expulsar y desplazar por la fuerza a los palestinos y de privarles de alimentos, agua, combustible y suministros y asistencia médica.
La CIJ, brazo judicial de las Naciones Unidas, está compuesta por 15 jueces elegidos para un mandato de nueve años por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU. No es un tribunal penal como el Tribunal Penal Internacional, sino que resuelve disputas entre países.
Si una de las partes de la Convención sobre el Genocidio considera que otra ha incumplido sus obligaciones, puede llevar a ese país ante la CIJ para que determine su responsabilidad. Así se hizo en el caso de Bosnia contra Serbia, en el que el Tribunal determinó que Serbia había incumplido sus obligaciones de prevenir y castigar el genocidio en virtud de la Convención.
Las obligaciones de la Convención sobre el Genocidio son erga omnes partes, es decir, obligaciones de un Estado hacia todos los Estados parte de la Convención. La CIJ ha declarado: «En una convención de este tipo, los Estados contratantes no tienen intereses propios; sólo tienen, todos y cada uno, un interés común, a saber, la realización de esos altos fines que son la razón de ser de la Convención».
El artículo 94 de la Carta de la ONU establece que todas las partes en litigio deben acatar las decisiones de la CIJ y, si una de ellas no lo hace, la otra puede acudir al Consejo de Seguridad de la ONU para que se ejecute la decisión.
Un caso ante la CIJ puede durar varios años de principio a fin (pasaron casi 15 años desde que Bosnia presentó por primera vez su caso contra Serbia en 1993 hasta la emisión de la sentencia final sobre el fondo en 2007). Sin embargo, un caso puede tener un impacto inmediato. La presentación de un caso ante la CIJ envía un mensaje contundente a Israel de que la comunidad internacional no tolerará sus acciones y pretende que rinda cuentas.
Las medidas provisionales pueden dictarse rápidamente. Por ejemplo, la CIJ dictó medidas 19 días después de que se iniciara el caso bosnio. Las medidas provisionales son vinculantes para la parte contra la que se dictan, y su cumplimiento puede ser supervisado tanto por la CIJ como por el Consejo de Seguridad.
Las sentencias sobre el fondo dictadas por la CIJ en litigios entre partes son vinculantes para las partes implicadas. El artículo 94 de la Carta de las Naciones Unidas establece que «cada Miembro de las Naciones Unidas se compromete a cumplir la decisión de [la Corte] en cualquier caso en que sea parte». Las sentencias del tribunal son definitivas; no cabe recurso.
Las audiencias públicas sobre la solicitud sudafricana de medidas provisionales tendrán lugar los días 11 y 12 de enero en la CIJ, situada en el Palacio de la Paz de La Haya (Países Bajos). Las audiencias se retransmitirán en directo de 4:00 a 6:00 a.m. hora del Este/1:00 a 3:00 a.m. hora del Pacífico en el sitio web del Tribunal y en UN Web TV. El tribunal podría ordenar medidas provisionales en el plazo de una semana tras las audiencias.
Otros Estados Parte en la Convención sobre el Genocidio pueden sumarse al caso de Sudáfrica
Otros Estados parte en la Convención sobre el Genocidio pueden solicitar permiso para intervenir en el caso presentado por Sudáfrica o presentar sus propias demandas contra Israel ante la CIJ. La solicitud de Sudáfrica identifica a varios países que se han referido al genocidio de Israel en Gaza. Entre ellos se encuentran Argelia, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Irán, Palestina, Turquía, Venezuela, Bangladesh, Egipto, Honduras, Irak, Jordania, Libia, Malasia, Namibia, Pakistán y Siria.
El 5 de enero, Quds News Network tuiteó: «El ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi, anuncia que su país respalda el caso de genocidio de Sudáfrica contra Israel en la CIJ». Añadió que el gobierno jordano está trabajando en un expediente jurídico para dar seguimiento al caso. Turquía, Malasia y la Organización de Cooperación Islámica (OCI) han anunciado que también respaldan el caso».
La recién formada Coalición Internacional para Detener el Genocidio en Palestina, respaldada por más de 600 grupos de todo el mundo, se ha reunido para instar a los Estados Parte a invocar la Convención sobre el Genocidio.
La coalición sostiene que «las declaraciones de intervención en apoyo de la invocación por Sudáfrica de la Convención sobre el Genocidio contra Israel aumentarán la probabilidad de que las Naciones Unidas apliquen una conclusión positiva sobre el delito de genocidio, de modo que se tomen medidas para poner fin a todos los actos de genocidio y se haga rendir cuentas a los responsables de dichos actos».
Durante la primera semana de enero, delegaciones de «diplomáticos de base», encabezadas por CODEPINK, World Beyond War y RootsAction, montaron una campaña por todo Estados Unidos instando a las naciones a presentar Declaraciones de Intervención en el caso de Sudáfrica contra Israel en la CIJ. Los activistas viajaron a 12 ciudades, visitando misiones de la ONU, embajadas y consulados de Colombia, Pakistán, Bolivia, Bangladesh, la Unión Africana, Ghana, Chile, Etiopía, Turquía, Belice, Brasil, Dinamarca, Francia, Honduras, Irlanda, España, Grecia, México, Italia, Haití, Bélgica, Kuwait, Malasia y Eslovaquia.
«Este es el raro caso en el que la presión social colectiva que insta a los gobiernos a apoyar el caso sudafricano puede ser un punto de inflexión para Palestina», declaró Lamis Deek, abogado palestino residente en Nueva York, cuyo bufete convocó la Comisión sobre Justicia, Reparaciones y Retorno por Crímenes de Guerra de la Asamblea Palestina para la Liberación. «Necesitamos que más Estados presenten intervenciones de apoyo, y necesitamos que el Tribunal sienta la mirada vigilante de las masas para resistir lo que será una presión política extrema de Estados Unidos sobre el Tribunal».
Suzanne Adely, presidenta del Gremio Nacional de Abogados, señaló: «El creciente aislamiento mundial de Israel y de Estados Unidos y sus aliados europeos es un indicador de que éste es un momento clave para que los movimientos populares muevan a sus gobiernos en la dirección de dar estos pasos y estar en el lado correcto de la historia.» De hecho, desde el 7 de octubre, millones de personas de todo el mundo han marchado, protestado y se han manifestado en apoyo de la liberación palestina.
RootsAction y World Beyond War han creado una plantilla que organizaciones y particulares pueden utilizar para instar a otros Estados Parte en la Convención sobre el Genocidio a que presenten una Declaración de Intervención en el caso de genocidio de Sudáfrica contra Israel en la CIJ.
Marjorie Cohn es profesora emérita de la Facultad de Derecho Thomas Jefferson, ex presidenta del Gremio Nacional de Abogados y miembro de los consejos consultivos nacionales de Assange Defense y Veteranos por la Paz, así como de la oficina de la Asociación Internacional de Abogados Demócratas. Es decana fundadora de la Academia Popular de Derecho Internacional y representante de Estados Unidos en el consejo asesor continental de la Asociación de Juristas Estadounidenses. Entre sus libros figuran «Los drones y los asesinatos selectivos: Cuestiones jurídicas, morales y geopolíticas». Es copresentadora de «Law and Disorder» Radio.
Fuente: Truthout
Foto: Una vista interior del Tribunal Internacional de Justícia en la Haya, Países Bajos, el 23 de julio de 2018.
Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica: Las acciones de Israel en Gaza equivalen a un genocidio (RT, 23.11.2023)