Señor Juan Pedro Yllanes:

Ustedes han sido, sin duda alguna, los verdaderos triunfadores del 20D. El retorno a sus posiciones originales de izquierda, retorno que muchos observadores han creído apreciar durante las últimas semanas de la campaña electoral, así como su conexión más fluida con la realidad plurinacional española, les han conducido a un resultado magnífico. Pero, tan solo en cuestión de horas, bastantes “barones” del PSOE ya han dejado claro que jamás aceptarán el “chantaje” de un referéndum de autodeterminación en Catalunya como condición para formar gobierno. Pareciera que para muchos de nuestros conciudadanos tal referéndum sería la hecatombe universal. Debemos vivir en mundos diferentes, pienso yo, ya que un referéndum semejante se hizo en Escocia en septiembre de 2014 y, desde entonces, no solo la Tierra sigue girando aún sobre su eje y en torno al Sol sino que hasta el Reino Unido sigue aún unido. Así que Pablo Iglesias ha tenido que dejar claro que, con tales posicionamientos, el PSOE estaría apostando por la “gran-coalición” con el PP.

Me dirijo personalmente a usted no solo por su condición de cabeza de lista de Podemos en nuestras islas sino también por la de juez (aunque sea en excedencia), lo cual seguro que le hará receptivo a algunas de las cuestiones a las que me referiré. Pero, además, porque sus palabras en la misma noche electoral me devolvieron la ilusión de que quizá estemos más cerca de lo que creía de una nueva transición y un cambio de sistema en España. Me alegraría tanto de que les fuese bien, que me atrevo a exponerle públicamente estas consideraciones. En esencia lo que hoy quería decirle es que la pataleta de los “barones” del PSOE es tan solo un juego comparado con aquello de lo que creo que realmente deben cuidarse.

Creo que lo importante es que se cuiden de quienes mueven los hilos en Occidente, de quienes en el pasado fueron capaces de cambiar la mirada sobre la realidad de presidentes, en principio progresistas, como Felipe González o José Luís Rodríguez Zapatero (el que había asegurado “no os fallaré”). Presidentes que dejaron de ver frente a ellos a una sociedad compuesta por personas concretas, con sus anhelos y sufrimientos, para ver tan solo estrategias en un frío tablero de ajedrez. Presidentes que llegaron a justificar lo injustificable (nuestra capacidad de racionalizar es sorprendente) y a traicionar a la sociedad española que los había elegido. Lo de la entrada de España en la OTAN puede que para muchos sea ya demasiado lejano, pero lo del cambio de la Constitución española no lo es tanto.

Cuídense de aquellos para quienes trabajan, en Europa, los personajes de la llamada Troika, personajes que no han sido elegidos por ninguna de las sociedades europeas. Personajes como Jean-Claude Trichet, por ponerle un ejemplo. Siendo el presidente del Banco Central Europeo, instó enérgicamente a José Luis Rodríguez Zapatero en agosto de 2011, en una carta estrictamente confidencial, a “tomar con rapidez y decisión las medidas necesarias […] para garantizar el saneamiento de las finanzas públicas”. El PSOE, el PP y el resto de “fuerzas vivas” de nuestro sistema “democrático”, cediendo a tales coacciones, modificaron precipitadamente la “intocable” Constitución tan solo dieciocho días después de recibir dicha carta, cuando José Luis Rodríguez Zapatero ya había cerrado su segunda legislatura y cuando ya estaba a punto de disolverse el Parlamento. Son los mismos para quienes también trabaja Timothy Geithner. Siendo secretario del Tesoro de Estados Unidos, y gracias tan solo a unas cuantas llamadas telefónicas, consiguió que otro gobierno español, el de Mariano Rajoy, llevase a cabo el gran rescate de Bankia con dinero público.

Son los mismos que, en el ámbito militar, eliminaron de la escena no hace mucho a personas íntegras que ocupaban altos cargos en Estados Unidos, como Chuck Hagel, secretario de Defensa. O como el general Michael T. Flynn, quien, tras servir durante muchos años en el Mando Integrado de Operaciones Especiales, fue nombrado director de la inteligencia militar estadounidense, la DIA. Su “error” o “crimen”: haber alertado, en sus informes sobre Siria, de que la Administración Obama se estaba equivocando al proteger e incluso apoyar al Estado Islámico a fin de derrocar al presidente legítimo Bashar al-Ásad. Son los mismos que fabricaron y financiaron masivamente la candidatura de Barak Obama, relevo “progresista” con el que seguir moviendo los hilos de este gran guiñol que es Occidente y premio Nobel de la Paz “preventivo” (anterior a sus “meritorias” tareas “pacificadoras”) con el que seguir expandiendo su también “preventivo” dominio imperial.

Señor Yllanes, me resultó realmente consolador que en la misma noche de las elecciones tuviese palabras de apoyo para el candidato de MÉS al Congreso, Antoni Verger, del que dijo que hubiese podido ser una buena voz de las Baleares en Madrid, y que usted mismo se ofreciese para llevar a cabo allí las tareas que él hubiese querido hacer. Y que, de igual modo, apelase a blindar los derechos sociales, a respetar la plurinacionalidad o a la necesidad de llevar a cabo una reforma constitucional que, entre otras cosas, cambie el injusto sistema electoral actual. Pero lo más importante es que se cuiden de quienes mueven los hilos del sistema occidental.

El sistema electoral español ha perjudicado demasiado, una vez más, a una izquierda que esta vez se presentaba como Unidad Popular en Común. Pero en conjunto no ha favorecido en exceso al bloque formado por el PP y Ciudadanos, dado que este último partido tampoco tuvo grandes resultados y no se pudo beneficiar de la proporcionalidad. Con el 42,65 de los votos este bloque obtuvo 163 diputados. Por el contrario, el bloque formado por PSOE, Podemos y Unidad Popular en Común, que obtuvo un 46,34% de los votos, tan solo consiguió 161 diputados. Pero esta situación injusta se ha visto compensada por el hecho de que el sistema beneficie también a los partidos nacionalistas. Por eso insisto en que lo más importante es cuidarse de quienes verdaderamente mueven los hilos.

Son los mismos que en la noche del 22 al 23 de diciembre de 1913, violando con nocturnidad y alevosía la Constitución de Estados Unidos, crearon la Reserva Federal. Aquella noche se empezó a torcer todo. Crearon un banco central de propiedad privada. Así como suena, absoluta contradicción, total farsa: estatal pero privado. A partir de aquella noche, hasta el día de hoy, se fue imponiendo la voluntad y el poder de unas pocas “familias” sobre las decisiones democráticas mayoritarias de las sociedades occidentales. Porque no estoy hablando solo de Estados Unidos sino también de aquí.

Son los mismos que aún hoy siguen consiguiendo que algo tan decisivo como lo que acabo de exponer sea ignorado por prácticamente todo el mundo. Sus grandes medios “globalistas” nunca nos hablan de lo realmente importante. Su media docena de grandes diarios de referencia, como El País en el mundo hispanoparlante, son mucho más que órganos de propaganda: son colaboradores necesarios en grandes crímenes contra la paz. Seguro que usted, como juez que es, sabe bien de qué le hablo. Si conjuntamente estos diarios “bombardean” a la opinión pública con la mentira de que la libertad y la democracia en el mundo hacen necesario acabar con Sadam Husein o Muhamar el Gadafi, seguro que el mundo verá terribles guerras de agresión internacional. Si, por el contrario, deciden que la monarquía petrolera de Arabia Saudita o el régimen criminal de Ruanda son legítimos, tendremos, durante décadas, financiación de centenares de miles de yihadistas o expolio masivo del Congo.

Sin verdad y sin justicia jamás habrá paz ni auténticos cambios. Por eso tampoco puedo dejar de referirme a la justicia universal. Si hace unos días, citando a figuras cono mahatma Gandhi y Albert Einstein, escribí sobre la importancia de un único diputado de MES frente a todo este poderoso sistema, ¡cuánto más se podría decir sobre el importante papel que al respecto pueden jugar los sesenta y nueve diputados de Podemos! Los partidos que acabaron con la jurisdicción universal española (que se sometieron cobardemente al embajador estadounidense en Madrid, como revelan numerosos cables de WikiLeaks) han perdido más de cinco millones de votos. En estos últimos años otros personajes como Toni Blair y su esposa, que también trabajan para quienes mueven los hilos, han conseguido que INTERPOL liberase a altos cargos ruandeses en búsqueda y captura con código rojo. Ello ha significado que las prisiones de Ruanda sigan llenas de inocentes como Victoire Ingabire Umuhoza y que cientos de miles de mujeres congoleñas sigan siendo violadas año tras año. ¡Encuéntrese algún día en Madrid con el juez Fernando Andreu!

Hace ya dos décadas que empecé a preguntarme cómo aún eran posibles, a finales del siglo XX, genocidios con millones de víctimas en Ruanda y Congo. Y si algo he aprendido desde entonces es que las decisiones que determinan los acontecimientos mundiales más importantes, decisiones como estas de “cambiar” regímenes allí, arrasando países enteros, o la de “rescatar” bancos aquí, inyectándoles directamente decenas de billones de dólares sirviéndose de ese instrumento que es la Reserva Federal sin necesidad de pasar por el Congreso… las toma una reducida elite de grandes familias financieras. Sí, hablamos de decenas de billones de dólares, trillones según el sistema estadounidense, que no pasan por el debate de los presupuestos anuales ordinarios del Congreso, presupuestos anuales muy inferiores a dichas cantidades. Quienes no creen que sea posible algo semejante… ¡deberían informarse!

Algunos de los que trabajamos en el ámbito internacional, un ámbito absolutamente marcado por las grandes finanzas y el militarismo atlantista, un ámbito absolutamente determinante de lo local aunque nuestra sociedad no llegue a tomar plena conciencia de ello, sabemos que en ese ámbito no hay prácticamente diferencia entre republicanos y demócratas, o entre PP y PSOE aquí. El papel de este último puede llegar a ser incluso peor, por falsario, al igual que el de los demócratas, y porque se le suele permitir el llevar a cabo “reformas” que jamás se le tolerarían al PP. Creo que la única y verdadera oposición es la que se da entre, por una parte, estos dos grandes partidos que desde hace décadas forman parte de ese sistema occidental que ha secuestrado nuestras democracias y, por otra, quienes se rebelan contra él. Gentes muy poderosas seguro que ya están maquinando como presentar el hecho de que el PSOE deje gobernar al PP sin que esto sea demasiado escandaloso. Lo cierto es que –seguro que esta elite lo piensa- no hay que dar opción alguna a que una constelación de “radicales” del más diverso pelaje pueda interferir la “buena” marcha de nuestras “modélicas democracias” occidentales que tanto hacen por “la paz y la libertad” en el mundo.